VIII. Dos opciones.

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Maratón 2/3

Ross

Años atrás...

- ¿Es necesario que tengamos que ver esta aburrida película? - pregunto rodando los ojos.

- ¡Lynch, es mi favorita! - exclama indignada mi mejor amiga. - El amor entre ellos... Eso es amor verdadero. Es hermosa esta película.

Río levemente y la acerco más a mi mientras la abrazo. - De acuerdo...

Mientras Laura se dedica a ver la película, yo me dedico a mirarla a ella. Su hermosa sonrisa y sus gestos me tienen completamente enamorado.

Si, ¿para qué negarlo? Estoy enamorado de Laura Marano.

- ¿Por qué me miras? ¿Tengo algo? - pregunta sonriendo nerviosa y yo me río suavemente.

- Además de belleza... Nada más tiene tu cara... - murmuro acariciando su mejilla, Laura de inmediato se sonroja.

Quiero besarla.

La acerco más a mi colocando mi mano sobre su cuello y rozo nuestros labios. Al ver que no se opone, y de hecho se acerca más... La beso con timidez y dulzura.

Jamás había besado a una chica. Ella era mi primera.

Laura me corresponde el beso sorprendiéndome por completo cuando lo profundiza. Era dulce y lento, los dos disfrutando el momento y la sensación... Si necesitaba una confirmación sobre mis sentimientos, aquí la tenía.

- ¿Sabes? Nunca había besado a alguien... - murmura sonriendo tímidamente mientras acaricia mi mejilla con suavidad.

- ¿Sabes? Yo tampoco...

Laura suelta una carcajada y yo sonrío al escucharla reir. Es tan hermosa. Antes de poder decir algo más, mis labios están sobre los suyos nuevamente y ya estoy besándola otra vez.

- Desde que te he conocido he querido hacer esto. - le explico.

Ella está a punto de responderme pero parece recordar algo y se separa de inmediato de mi.

- ¡Mi padre pasará a buscarme por mi casa en cinco minutos! - exclama alarmada.

Su papá no sabía que venía a mi casa, era muy celoso de su hija y le armaría la Tercer Guerra Mundial si se enterara.

- ¿Quieres que te acompañe? - le pregunto.

- No, descuida. ¡Nos vemos luego! Al fin estamos en vacaciones. - dice sonriendo para después besarme suavemente e irse.

Pero esa fue la última vez que la vi siendo la chica que yo conocía. A partir de ese día, Laura cambió completamente y rompió mi corazón.

Actualidad...

Cuando me despierto por segunda vez en el día, esta vez Laura no está a mi lado. ¿Dónde diablos está?

Luego de vestirme e ir al baño, bajo las escaleras y me encuentro con ella en la cocina. El almuerzo estaba listo.

- ¡Buenas tardes! - exclama sonriendo. - No sabía qué te gustaría así que he hecho de todo un poco... ¿He sonado creíble?

- ¿Sabes? Dale las gracias a tu cocinera cuando la veas... - murmuro divertido mientras la abrazo por la cintura y ella se ríe.

- Valió la pena el intento.

Suelto una carcajada y la beso mientras acaricio su cintura suavemente.

- No encontraba mi camisa... Ahora sé dónde está. - digo colocando mis manos por debajo de ésta.

- Me encanta.

- ¿Almorzamos?

- Claro. Oye, Ross... Emma me ha llamado.

De inmediato maldigo acordándome de lo que he hecho. Tengo una chica a la que le pedí matrimonio esperándome en casa y yo estoy con su mejor amiga luego de haber tenido sexo. Soy un hijo de puta.

- Debo irme... - murmuro molesto y Laura se saca la camisa para darmela, quedando en ropa interior. Jodida castaña. - Genial. Huele a ti.

- Dile que es porque me has tenido que cargar y mi perfume quedó impregnado.

- Bien.

Luego de terminar de vestirme, me dirijo a la salida sin siquiera despedirme de ella.

- Yo no te he obligado a nada así que no te enfurezcas conmigo por algo que has hecho tú solo.

- No, si lo has hecho... Sabes lo que siento por ti y sabes como utilizarlo para que te termine follando como la zorra que eres. Lo sabes perfectamente. ¡Déjalo de una vez! - le grito.

- ¡Es más fácil echarme la culpa a mi de todo! Yo no he guiado tu maldito pene a mi para que me follaras así que asume tu responsabilidad y sé hombre. ¡Es la segunda vez que la engañas!

- Cállate.

- No, no me callaré. Te acostaste conmigo, por primera vez, en aquel baile y cuando te he echado de mi habitación fuiste corriendo a los brazos de Emma. ¿No es verdad?
Bueno... Si...

Esa era la realidad.

En el baile de graduación me había acostado con Laura, pero luego todo se jodió y decidí olvidarla.

No contesto. Odio admitirlo.

- Tienes dos opciones. Te quedas y disfrutamos de nuestros cuerpos dejando todo esto atrás, o te vas y pierdes la oportunidad de tenerme al menos como amante.

¿Pero quién diablos se cree que es?

- Emma me está esperando... - murmuro para después irme de allí dejando a una muy enojada Laura.

Eso era lo correcto.

Cuando llego a casa, Emma aún sigue durmiendo como era de esperarse así que simplemente me acuesto a su lado y la abrazo.

Con Laura jamás sucedería esto de estar sin tener sexo y disfrutar simplemente el momento, porque no había amor entre nosotros.

The Wedding Donde viven las historias. Descúbrelo ahora