Ross
Me despierto por el sonido de mi celular y atiendo para no despertar a la mujer acostada a mi lado.
— ¿Si? — susurro.
— ¿Dónde diablos estás? Son las siete de la mañana, me levanto para ir al trabajo... Y simplemente no estás. — me grita mi prometida.
— Lo siento. La madre de Laura se accidentó y me he quedado con ella en el hospital, ahora estoy en una sesión. ¿Necesitas algo?
— ¿Desde cuándo tienes sesiones los domingos? — pregunta pero suelta un bufido y lo deja pasar. — Está bien. Que tengas un buen día, cariño. Te amo.
— Yo también te amo. — respondo sonriendo levemente y corto la llamada.
Suelto un suspiro y miro el cielo. Era un hermoso amanecer.
— Buenos días... — murmura Laura antes de besar mi mejilla y yo la beso con cariño.
— Buenos días, cariño. — digo sonriendo mientras acaricio su mejilla. Joder... es tan hermosa.
— ¿Quieres ir a desayunar? ¿O tienes que irte con Emma? — pregunta.
— Tengo toda la mañana libre. Hoy debe trabajar así que... soy todo tuyo.
— En ese caso... Vistamonos y vayamos a desayunar, luego si quieres podemos ir a mi casa y ver algo.
— Me encantaría. — acepto complacido.
— Entonces... ¿Seguiremos haciendo esto?
Sonrío de lado y la recuesto nuevamente quedando encima de ella para después comenzar a repartir besos por su cuello.
— ¿Esto responde tu pregunta?
Laura suelta una carcajada y niega con la cabeza divertida.
— Necesito que seas más específico...
— Oh... Si eso quieres... — murmuro para después besarla.
Y así comenzaba una increíble mañana con la mujer que poco a poco estaba recuperando mi corazón. Era Laura. Siempre sería Laura... pero lo nuestro no iba hacia ningún lado.
— ¿De qué trabajas? — me pregunta mientras desayunamos.
— Soy fotógrafo.
— Pensaba que seguirías con la banda... Tienen talento.
— No estábamos listos y esas cosas no son lo mio... La fama y eso, tú ahora estás con gafas de sol para que nadie te reconozca en un lugar cerrado. Esas cosas no quiero para mi.
— Me acosté con la sensación del momento... Soy la carne de todos los paparazzi.
Ruedo los ojos riendo levemente y me dedico a comer. No quiero hablar sobre ella estando con otros hombres... No quería saber nada sobre ello.
— Ross, no he estado con nadie más desde que te encontré nuevamente. No porque esté enamorada o alguna mierda como esa, es solo que... No lo sé... No puedo.
La miro sorprendido. — ¿Has estado solo conmigo?
— Si... — murmura avergonzada provocando una sonrisa en mi.
— Gracias por eso.
— No te creas la gran cosa. — dice cruzada de brazos intentando mantenerse seria pero una sonrisa se le escapa.
—Oh, en estos momentos me siento completamente especial. — bromeo.
— Lo eres... Para mi, lo eres.
Y nuevamente me sorprendía. Un silencio se instala entre nosotros, ninguno sabe qué decir tras aquello, hasta que Laura carraspea nerviosa y se levanta.
— ¿Vamos? — me pregunta.
— Yo... Si... — murmuro para después pedir la cuenta.
Cuando estamos saliendo, la abrazo por la cintura y la guio a mi auto.
— Podría empezar a salir con Rocky, así saldríamos los cuatro juntos y tendríamos excusas para vernos. — propone.
— No saldrás con mi hermano.
— ¿Por qué no? No somos nada, Ross.
— Porque es mi hermano.
— ¿Y?
— Y tú eres mi chica.
— ¿Y?
No lo negó.
— Y... — comienzo a decir acercándola a mi. — Odio la idea de tú con alguien más.
— No lo besaré ni nada por el estilo, Emma se sentirá segura si piensa que estoy con tu hermano. Es un buen plan.
— De acuerdo. Hablaré con Rocky. — acepto de mala gana.
— Solo serán dos meses... Luego seguiremos nuestros caminos por separado. — me hace saber para después subirse al auto.
Jodida castaña.
Al llegar a su casa, bajamos del auto riendo y conversando entre nosotros olvidando por completo nuestra charla anterior.
— ¿Sigues obsesionada con Grey's Anatomy? — pregunto sonriendo mientras caminamos hacia la puerta de su casa.
— Oh... Eso no se pregunta.
Ruedo los ojos riendo mientras ella intenta abrir la puerta de su casa pero mi risa muere cuando la puerta se abre por si sola... O más bien, por un hombre.
— ¡Al fin llegas, Laura! Sophie no ha dejado de nombrarte. — dice el hombre.
La cara de Laura es un poema. No se esperaba encontrarse con él. ¿Quién diablos es?
— Yo... Mierda... ¿No estabas en un viaje? — pregunta sorprendida.
— Te dije que volvería esta semana con Sophie. ¿Lo has olvidado?
— Si... ¿Cómo... Cómo...?
— ¡Mami! — grita una niña corriendo hacia Laura y le abraza las piernas.
— ¡Hola, bebé! ¿Papá te ha tratado bien durante estas semanas? ¿Te has divertido? — pregunta Laura sonriendo feliz.
— Por supuesto que la he tratado bien. Ahora... ¿Le presentarás a tu esposo el hombre que está contigo? ¿O tendré que hacerlo por mi cuenta? — pregunta el padre de la niña.
¿Esposo?
¿Hija?
¿Ha tenido una familia todo este tiempo y no me lo había dicho?
¿Qué mierda sucede aquí?
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The Wedding
RandomUna boda que lo cambiará todo... O no cambiará nada. #449 en DE TODO.