XVII. Las de perder.

821 101 32
                                    

Maratón 3/3

Emma

— ¿Qué le has dicho a Ross? — pregunta Savannah hecha una furia.

— Nada, ¿por qué? — digo confundida mientras me pruebo mi vestido.

— ¡Laura está destrozada!

— ¿Por qué lo estaría? Yo no he dicho nada malo... — murmuro.

¿Qué diablos estaba ocurriendo aquí?

Ross se la pasaba serio y enojado con el mundo, Laura ni siquiera me hablaba... Y mañana era el gran día.

— ¿No le has dicho nada a Ross respecto a Laura?

— Oh... Si. Solo le he hablado sobre Derek y el baile de graduación, ella se acostó con él esa noche y Sophie es producto de aquello, y le pregunté si Laura había conseguido al hombre que le quería arruinar la relación. — digo. — ¿Qué tiene eso de malo?

— ¿Qué tiene de malo? ¡Yo te lo diré! ¡Laura y Ross se acostaron esa misma noche! ¡Laura fue la primera vez de Ross! — me grita. — ¡Fue algo especial para ambos pero todo se jodió! ¡Y Laura no estuvo con Derek esa noche, estuvo con Ross!

¿Qué...?

— ¡¿Laura se acostó con mi prometido?! — chillo furiosa.

— Oh, no te hagas la víctima... Tú sabías que Laura amaba a Ross pero jamás se lo has dicho, jamás la has ayudado a superar su miedo.

— ¡Porque ella me dijo que no lo amaba y solo lo quería en su cama! ¡No lo estoy inventando, no estoy ocultando nada! ¡Jodidamente no sabía que Laura amaba a Ross realmente! — grito.

— ¡Ahora ya está! ¡Ross te eligió a ti hace tiempo!

— Si, porque me ama y sabe que jamás sería como Laura. No jugué sucio, fui realmente paciente. Nunca quise hacerle daño a Laura, pero ella jamás lo amaría como yo lo hago.

— ¿Y has pensado en que tal vez Ross jamás te amará como la ama a ella? — pregunta sonriendo de lado para después irse.

Jodida perra.


Tras la prueba de vestido, me dirijo a la casa de Laura. Cinco minutos después, me abre la puerta de su casa y me sonríe levemente. Se veía... bien.

— Oye, estoy ocupada... ¿Pasó algo? — murmura.

— ¿En qué estás ocupada? — pregunto.

— Conocí un italiano que es... Oh, Dios... Exquisito. ¿Puedes venir más tarde? Me está esperando con chocolate.

Ruedo los ojos e ingreso a su casa sin pedirle permiso. Laura suelta un bufido y hace puchero.

— De acuerdo... Le diré que se marche. — murmura para después irse a su habitación.

¿Ven? ¿Cómo iba a saber yo que Laura amaba a Ross tres años atrás si siempre se comportó así? No es mi jodida culpa.

Unos minutos después, baja un hombre de ojos verdes y mirada profunda. Contengo el aire sin poder evitarlo. Es jodidamente caliente.

— ¿Tú eres la que nos arruinó la diversión? — pregunta sonriendo de lado.

— Yo... — comienzo a decir pero Laura me interrumpe.

— Mark, puedes irte... Nos vemos mañana. — le dice antes de besarlo.

Ruedo los ojos ante su demostración de afecto. Ross jamás me besaba con tanto deseo.

Mark finalmente se va, dejándonos a solas y yo suelto un suspiro intentando cobrar coraje.

— ¿Qué sucedió entre tú y Ross? Quiero toda la historia. La verdadera, sé lo del baile. — pido.

— Nos acostamos en el baile de graduación, eso fue todo. No sabía que era tu novio en ese entonces, realmente lo siento.

— Toda.

Laura suelta un suspiro. — Éramos niños cuando nos conocimos, él fue mi primer beso... Han pasado años pero aún lo recuerdo. Luego mi padre se murió, me alejé de Ross y comencé a intentar borrar el recuerdo recurriendo al sexo con otros hombres, jamás tomaron el control. Pero siempre volvía a Ross... Ross y yo por un tiempo nos encontrábamos a escondidas y nos besábamos, a veces un poco más que eso. Pero nunca ocurrió nada. Un día, nos alejamos por completo... Y en el baile de graduación nos acostamos. Fuimos a su casa y simplemente sucedió. Cuando me dijo que me amaba, huí y no supe nada más de él hasta ahora.

No puedo creerlo...

— Él ya no te ama. — digo, y me arrepiento de inmediato.

— No, ya no lo hace. Ahora me odia. Me lo ha dejado bastante claro.

— ¿Y tú lo amas? Jamás fue mi intención lastimarte, no sabía nada de esto... Si me lo hubieras dicho...

— Descuida, no es tu culpa. Ya ha pasado.

— ¿Lo amas?

Laura mira el suelo debatiendo su respuesta correcta y luego vuelve a clavar sus ojos en mi.

— No, Emma... No lo amo. — dice.

Y en ese momento lo sé. Yo había sido una estúpida todo este tiempo.



Luego de irme de la casa de Laura, voy con un solo objetivo a mi casa: mandar a la jodida mierda a Ross, tal vez después perdonarlo... Pero primero mandarlo a la mierda.

— ¿Todo en orden? — me pregunta cuando me ve llegar furiosa.

— ¡Te has acostado con Laura! ¡Fue tu primera vez y nosotros ya estábamos juntos! — exclamo enojada.

— ¿Cómo lo sabes?

Me entero de su infidelidad... Y lo que le preocupa es quién me lo dijo.

— Eres increíble. — digo mientras ruedo los ojos.

— Lo siento... Realmente lo siento. Esa noche tomé de más y simplemente pasó, perdón.

— No, tú estabas completo sobrio.

— Te aseguro que me hubiera encantado esperarte, pero... — comienza a decir mientras se acerca a mi.

— Pero yo no soy Laura. Vete a la mierda, Ross. — finalizo por él para después irme a mi habitación.

¿Qué le había hecho para merecerme esto?

Desde un principio me engañó con ella, literalmente desde un principio.

La mayor parte de mi vida tuve que luchar contra mi mejor amiga, Laura Marano, por algo que ni siquiera es culpa de ella.

Era hora de dejar de luchar, era hora de dejarlo ir y simplemente ser yo. Si a Ross le gusta, perfecto, pero sino... Que se vaya a la maldita mierda.

Ser buena, comprensiva y dulce no te lleva a ningún lado con los hombres, al parecer les encanta el sufrimiento. Porque Ross al lado de Laura solo sufría y él lo sabía, era una relación tóxica. A Laura le encanta ser tóxica y de alguna manera yo llevaba todas las de perder en esto. ¿Por qué?

Porque yo no soy Laura Marano.

The Wedding Donde viven las historias. Descúbrelo ahora