Maratón 2/3
Laura
Las semanas cada vez pasaban más rápido y antes de darme cuenta, ya faltaban tres días para la estúpida boda. Con Ross las cosas estaban bien, no tanto como antes... Pero parecía que estaban bien, seguíamos teniendo sexo.
— ¿Puedes creer lo ingenua que es Emma? Me cae mal. — dice Savannah mientras elegimos vestidos.
— Savannah, no hablamos mal de nuestras amigas. — le recuerdo rodando los ojos divertida.
— ¡Oh, vamos! Tampoco debes acostarte con el hombre de una de tus mejores amigas. Nuestro grupo de amigas se ha ido a la mierda. No, espera... Eso no es cierto. Emma lo arruina todo.
— Emma es una gran persona, Sav. Solía ser una de mis mejores amigas, es solo que es diferente a nosotras... Más pura e inocente. Nosotras somos unas perras que no sabemos el significado de pureza.
Savannah suelta una carcajada y me mira sonriendo.
— Has cambiado... Ya no eres una perra. Eres una hermosa persona y una increíble mujer.
Sonrío levemente y miro un vestido avergonzada. — Creo que me estoy enamorando de Ross... — susurro.
— ¡Oh Dios no! ¡Laura!
— ¿Qué? Solo sucedió... No pude evitarlo. Sé que está mal y que sufriré pero... Lo quiero.
— Cielo... No sigas por ese camino. Mañana se terminará todo.
— No, ¿sabes qué? Es hora de madurar. Yo quiero a ese hombre, y él me quiere a mi. Le temo al amor, a salir lastimada... Pero por Ross tomaría el riesgo. Quiero hacerlo. Si, perderé a Emma y probablemente a todas ustedes. ¿Y si es el amor de mi vida? No perderé a mi alma gemela por mi reputación ni por animarme a sacrificar una amistad. Emma es importante para mi, pero estoy enamorada de su prometido. — digo finalmente.
Joder... Se siente bien.
— Vaya... — murmura Savannah boquiabierta. — Díselo esta noche. Ven, vamos a probarte un lindo vestido para dejarlo impresionado.
Sonrío ampliamente y la sigo a los vestidores. Savannah vino a Paris por asuntos de trabajo y había arrastrado a Ryland, el hermano menor de Ross, con ella. No eran novios, de hecho... Ryland tenía una pareja, Kelsey. Pero eran amantes, tal y como Ross y yo.
Cuando llego al hotel, Sophie me recibe con una amplia sonrisa. Estaba en el suelo jugando con sus muñecas a tomar el té, en ese momento aparece Ross con una corona en su cabeza. Río enternecida.
— Llegas tarde para el té. — me dice Ross apuntándome de manera acusatoria.
— Lo siento. No volverá a repetirse... — murmuro para después besarlo con suavidad. — Muy masculino de tu parte.
— ¿La corona? Lo sé, me queda bien. ¿Quién diría que alguien puede verse caliente con una corona de princesa? Soy increíble.
Suelto una carcajada y lo abrazo por el cuello, feliz por tenerlo conmigo un día más.
— Tienes un ego muy alto, Lynch. — respondo antes de girarme hacia Sophie, quien me tiende otra corona. — Oh gracias, cielo... ¿Te has divertido con Ross?
— ¡Si! — exclama sonriendo ampliamente.
Me encanta verla tan feliz. Con Ross nos sentamos en la mesa junto a ella y pasamos una tarde llena de té, risas y amor. Parecíamos... Una familia, y no quería cambiar aquello.
Lucharía por Sophie, Ross, la posible familia que podríamos tener y por mi. Porque era hora de ser feliz y dejar todo en el pasado.

ESTÁS LEYENDO
The Wedding
De TodoUna boda que lo cambiará todo... O no cambiará nada. #449 en DE TODO.