Capítulo 1.

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Un tierno puchero se pintaba en sus labios, mientras veía cómo su alfa comía plácidamente y sin preocupación alguna el helado de menta que había pedido.

El de JiMin ya se estaba comenzando a derretir.

Pero es que, no podía, no quería helado en esos momentos, ya que estaba pasando por algo inaudito, ¡Algo sin sentido!

¡¿En serio, Min Yoon Gi?! ¡¿Podrías dejar de comer de ese tonto y rico helado y prestarle atención?!

-Hyung...

-Mmh.

Un bufido de molestia salió de los labios de JiMin, seguía sin quitar su expresión molesta y sus brazos cruzados.

JiMin lo estaba intentado, oh, claro que lo estaba haciendo. Porque coquetearle descaradamente al cajero y pasearse como el bello omega que era por aquélla mesa llena de alfas con varios piropos de camionero, todo por llamar la atención de YoonGi, sí, eso era intentarlo.

-¿Me da de su helado, hyung? -habló con tono coqueto y tímido.

Esperó lo mejor. Que YoonGi lo mirara con sorpresa, que le diera una de esas intensas miradas tan típicas de él, que le sonriera, que lo llevara al baño de atrás para besarlo con lujuria, ¡Algo! Pero se molestó más al ver que YoonGi simplemente se encogió de hombros y le extendió el cono de waffle.

¡Vamos! Incluso había usado "ese" tono y aún así nada.

-Gracias -masculló por lo bajo, lamiendo un poco del helado de menta.

De repente una atrevida idea vino a su mente. Lamió más el helado, mirando fijamente al alfa y soltando unos cuantos gemidos de satisfacción.

JiMin estaba seguro de que había llamado la atención de otros alfas. Pero no, la de YoonGi no.

Este sólo lo observó un segundo y quitó el helado de su alcance, para seguir con su ardua tarea de acabarlo.

Entonces JiMin se desesperó.

El omega siempre había soñado con tener a un alfa predestinado alto, musculoso, de cabello tan negro como el carbón o algo así, ¡Que importa! Él sólo quería al estereotipo de alfa rudo, posesivo y sobreprotector, que les venden a los lindos omegas de pequeños.

Pero, contrario a eso, tenía a ese enclenque un centímetro más alto que él, delgado, pálido y con una cabello tan exótico y llamativo que le molestaba incluso.

Pero no, el lindo Park JiMin quería la atención de ese alfa imposible y perezoso.

-Tonto, tonto alfa -susurró cruzándose de brazos.

YoonGi lo miró un segundo. Ese segundo en el que sus esperanzas volvieron y un brillo de esperanza se posó en los avellanas de JiMin. ¿Acaso lo había logrado?

De repente, la mano pálida del alfa alcanzó la suya por encima de la mesa, JiMin quedó en trance un segundo, hasta que reaccionó y miró cómo YoonGi comía un nuevo helado de chocolate.

En concreto, el helado de chocolate de JiMin.

-Se derretía -se excusó el alfa, lamiendo la nieve de sabor.

Dios, su alfa sí que era un tonto.

「Tonto, tonto alfa」❁ yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora