Mermaid (h.s.)

4. Gemelos Styles

Estaba cien por cien segura de que ayer no fumé María pero ahora mismo estaba viendo doble.

- Hostia puta. - Dije sin pensar mirando hacia la puerta principal y después a hacia la cocina repetidamente.

- Se me olvido mencionarte que eran gemelos ¿verdad?. - Dijo Alaska mirándome con una sonrisa en la boca.

- Oh.. Si que se te olvidó.

- Así que, te has levantado esta mañana y al ver a mi hermano creías que era yo. Muy típico. - Dijo el tío de ayer mirándome burlón. - Edward habrá flipado cuando ha visto que te has tirado a sus brazos.

- No hermano, ella no quería tirarse a tus brazos precisamente. Más bien parecía que quisiera partirte la cara. - Dijo Edward riéndose de la situación.

- Ariel, te presento a Edward, el de los calzoncillos y piel blanquita sin ningún rastro de tinta, y a su doble maligno, Harry, el de ayer.

No daba crédito a lo que estaba viendo, joder. ¿Cómo un tío tan perfecto podía tener un hermano gemelo igual de perfecto pero igual de gilipollas?

- Encantado de conocerte, amor.- Dijo Edward mientras extendía su mano para agarrar la mía y dar un beso en esta.
Pero ¿este que se cree?

- A mi ya me conoces. - Dijo Harry mordiéndose el piercing de su labio inferior. - Y ahora que se tu nombre, voy a llamarte sirena. Me encanta.

Pues los ojos en blanco. La gota que colmó el vaso.

- Vale, esto es muy heavy. Sois gemelos. Tú - Dije señalando a Harry - ayer estabas fumándote un porro en mi sofá. Y Edward, está cocinando desnudo en la cocina. ¿Alguien me explica el por que?. - Dije sin entender nada.

- Desgraciadamente tengo que decirte que mis hermanos son nuestros vecinos. Los muy pesaditos no me dejaban independizarme sin tenerme vigilada.

No jodas. ¿de verdad? Cuando dije que quería salir de la monotonía no me refería exactamente a esto. Y con esto me refiero a fumar porros con un grupo de drogados y encontrarme a chicos desnudos en mi cocina. Bueno, quizás lo segundo sí, pero ese no era el tema.

- Ge..genial, encantada de conoceros. Voy a vestirme, que llegaré tarde. - Dije y salí corriendo hacia mi habitación.

Vale, tenía que aguantar todo el curso con estos chicos merodeando por casa y haciendo lo que les diera la gana. Pero eso no podía ser así. Aquí teníamos que poner unas normas de convivencia sino esto iba a ser un caos.

Me vestí deprisa por que me había levantado mas tarde de lo previsto debido a la movida de anoche y fui corriendo hacia el baño para maquillarme un poco. Cuando acabé de arreglarme fui a buscar mi mochila y llegue al salón esperando encontrarme a los tres hermanos allí, pero no había nadie. Mejor, así no tenía que aguantar más numeritos hasta esta tarde.

Salí corriendo del ascensor dirigiéndome hacia fuera del bloque para ir a buscar mi coche, el cual estaba aparcado justo en frente de este. Así, cuando me monté, me puse en marcha hacia mi primera día de universidad.

Que nerviosa estaba, joder.