16. Sí, papi

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Por fin había encontrado un gimnasio decente y barato en esta ciudad. Ya llevaba un mes en Londres y me iba bastante bien. El tema de los estudios no me preocupaba, ya que siempre lo llevaba todo al día y estudiaba bastante. Gracias a Eddie y a Harry había empezado a comer un poco más. Ellos seguían insistiendo en que les contara el por que hacia aquello, pero obviamente yo nunca lo hacia y siempre omitía el tema.

Harry había prometido apuntarse a clases de boxeo para pedirle la revancha a aquel camarero que, supuestamente, me drogó. Por ello aprovechó para apuntarse al gimnasio conmigo. Así que allí estábamos los dos, a las puertas de uno de los mejores gimnasios de Londres. Hoy tocaba sudar todo el alcohol del finde pasado.

Entramos en la recepción y una rubia tetona con el escote más sugerente que había visto en mi vida, nos pidió nuestro nombre. Harry, que estaba embobado con el escote de la chica, no se enteró ni de lo que nos había preguntado, por lo que yo tuve que contestar por los dos. Al final, tras unos minutos de espera, la chica nos indicó que podíamos pasar hacia dentro.

Un chico guapísimo y que estaba buenísimo, se nos acercó con una enorme sonrisa.

- Hola, soy Liam. - Dijo tendiéndome la mano, a lo que yo le respondí con una sonrisa estrechándole mi mano también. Ahora me tocaba babear a mi por que el chico estaba para comérselo. - Tu debes de ser Harry ¿verdad? - Le preguntó Liam.

- Eh, sí. Harry Styles, encantado. - Dijo H, con un tono de voz autoritario. Que machito se ponía delante de su entrenador.

- Yo soy Ariel. - Dije llamando la atención de Liam. Joder, cuanto más lo miraba, más guapo me parecía.

- Anda, como la sirenita. - Dijo el chico, bastante sorprendido. - ¿Tu también vienes a clases de boxeo, sirenita?

- Pues en realid.. - No me dio tiempo de terminar la frase ya que Harry me interrumpió.

- No la llames así. - Dijo cabreado. Que pesadito podía llegar a ser. Lo divertido de todo es que había conseguido intimidar a Liam.

- Oh, lo siento. Perdóname si te he ofendido. - Me miró arrepentido.

- No pasa nada, estoy acostumbrada a que me llamen así. - Dirigí mi mirada a Harry, a lo que él me respondió con un guiño.

- Bueno, ¿empezamos?

- Enséñame todo lo que sabes.

Ambos chicos se despidieron de mi y antes de poner rumbo al ring de boxeo, Harry me agarro de la mano y dijo:

- Ten cuidado. No te acerques a ningún tío. Si ves algo raro avísame, y practicare con ellos como si fuesen mi saco de boxeo. Bebe mucha agua y para, cuando estés muy cansada. - Puse los ojos en blanco al terminar de escuchar todo su discurso.

- Sí, papi.

- Ahg, nena. Como me pone que me digas papi. - Me puse colorado como un tomate y bajé la mirada hacia mis zapatillas de deporte. Que me dijera estas cosas en un gimnasio cargado de gente no debería de ser legal, pero así era Harry. Impredecible y juguetón.

- Lo digo en serio, ten cuidado sirena. Nos vemos luego. Y ahora a mover ese culito. - Dijo él mientras me dedicaba una última sonrisa y tomaba su camino hacia el ring.

Yo me dirigí hacia la zona de colchonetas. Iba a comenzar con una sesión de sentadillas y abdominales. Una hora después estaba totalmente sudada y exhausta. Menos mal que había comido algo antes de salir. Aunque si fuera por mi no lo hubiera echo, pero Eddie me había obligado a comer.

Me senté un poco a descansar y beber agua antes de comenzar con las pesas. Estaba mirando mi movil cuando noté que alguien se sentaba a mi lado. Levanté la cabeza encontrándome con un rubiales de ojazos azules.

- Hola, preciosa.

- Hola. - Dije sonriéndole al chico.- Soy Ariel.

-¿Como la sireni.. - No le dejé terminar la frase. Me estaba empezando a cansar de escuchar la misma pregunta siempre.

- Sí, como la sirenita.

- Que pasada de nombre. Yo soy Niall, encantado. - Nos dimos un apretón de manos y el chico siguió hablándome como si me conociera de toda la vida. -Bueno ¿Con qué empezamos?

- Pues yo iba a empezar con las pesas ahora mismo.

- Pues venga, vamos a darle caña a esas pesas.- Me gustaba este chico, era muy alegre y por su manera de hablar deduje que era irlandés. Me encantaba ese acento.

Un rato después solté la última pesa que pensaba coger ese día. No había estado más cansada en toda mi vida. Esto de hacer deporte no era lo mío, pero iba a serlo, por que pensaba venir al gimnasio todos los días hasta que consiguiera un cuerpo atlético.

- Horan. - Dijo una voz ronca a mis espaldas.

- ¿Styles? ¿Que pasa, tío? - Niall se acercó a saludar a Harry de una manera muy efusiva.

- Joder, te has puesto enorme chaval.

- Se notan los dos meses en el Gym ¿verdad?

- Sí que se notan. Que hijo de puta, pero ya veras, en menos de un mes ya te he superado en masa muscular. - Dijo Harry fanfarroneando como siempre. No aguantaba esa actitud tan creída que gastaba delante de la gente.

- Venga ya Harry, lo más cerca que vas a estar del Gym, va a ser cuando te estés tomando un Gymtonic con tus colegas. - Eso era cierto, dudaba mucho que Harry fuera aguantar en el gimnasio.

- Por lo que veo, ya has conocido a mi chica. - Dijo Harry, señalándome a mi con la cabeza.

- ¿La sirena es tu chica? No jodas. - El rubio parecía muy impresionado. - Que suerte tienes, Styles.

- No soy su chica. - Aclaré para que no hubiese confusiones.

- Aún. - Dijo Harry con una media sonrisa, mostrándome sus hoyuelos.

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Hola holitaaaa!!!
Espero que os esté gustando la novela.
No olvidéis que podéis decirme vuestras sugerencias, me encantaría leer lo que pensáis de los personajes.

Un besasito enorme para mis lectores, y GRACIAS 💗

Mermaid (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora