👑 Prefacio. 👑

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Bien... Todo comenzó cuando nací.

Nah, no tanto, hasta cierto punto.
Todo comenzó hace como un par de años atrás, los cuales me han parecido largos.

**

Dos anos atrás...

Papá estaba a nada de casarse con una bellísima mujer.
Esto pasó unos seis anos después de la muerte de mamá, causada por un accidente de auto.

Yo hasta entonces me reservaba mi juicio sobre aquella mujer de aspecto apacible.

La boda fue hermosa. Incluso me pusieron un traje ridículo de pingüino el cual me quedaba terriblemente apretado de la entrepierna, pero eso es otra historia.

Oh, olvidaba mencionar que la mujer en cuestión tenía un par de hijos varones. Casualmente de mi edad, pero eso significaba que nos llevaríamos bien, ¿No?

Por mi parte... Yo estaba un poco entusiasmado con la idea de una "nueva familia", tal como un día me lo dijo papá.
Mamá había muerto a mis diez años, por lo cual tenía dieciséis cuando, aquella mujer llegó con sus hijos a la casa que hasta entonces había sido sola y completamente mía.
Sus nombres; Trinidad, quien era la madre, y sus hijos, Mauricio y Marcelo quienes eran gemelos.

¿Cómo le hacia su madre para saber quién era quien? ¡Hasta sus amigos los confundían! Y sin duda yo lo hacía.

Al parecer que yo los confundiera les causaba irritación a ambos, o mi sola presencia les causaba irritación. ¡Cómo sea!

Las cosas estuvieron "normales" dentro de la casa.
No veía a mis hermanastros casi nunca, a excepción de en el comedor y las ocasiones que me llegaba a ver con ellos en otra circunstancia me ignoraban.
Bien, ¡No me importó! Porque hasta el momento yo había crecido solo.
Mamá era la única que me quería hasta su muerte y mi padre antes de eso así como después se la vivía metido en el trabajo. Así que es obvio que apenas atención me ponía o se acordaba de mi existencia.

Todo eso era soportable mientras tuviera el recuerdo intacto de mi madre, lo cual me daba fuerzas.

Yo no hablaba con los animales, o ni siquiera les entendía por más que me esforzaba. Y qué decir de los ratones, ¡Esas cosas escurridizas me daban un pánico terrible!
De tan solo pensar en sus patas, dientes o cualquier otra cosa me daba por desmayar. Así que definitivamente ellos y yo no eramos amigos para nada. Además de que jamás me habían confeccionado ni una triste prenda.

Pero eso no era en sí la verdadera historia.

La verdadera historia comenzó un año y medio después de aquella boda.

Año y medio después de su boda, papá murió... Dejándome por completo solo y de forma eterna.

Murió dejándome a la edad de diecisiete años aún a merced de Trinidad y sus hijos quienes de inmediato después del entierro me hicieron saber que me odiaban por ser el impedimento para que ellos se hicieran de todo el dinero de mi padre.

La historia comienza ahí.
La historia donde me convertí en el sirviente principal de aquellos tres.

No me odien, yo era solo un chiquillo inocente que no sabía de la vida ni la maldad de la gente.

Yo solo fui la tonta víctima y Cenicienta... Aunque era hombre entonces, ¡No soy Cenicienta! Ceniciento tal vez...

No Soy Cenicienta. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora