Tu cuerpo es mio -Aguslina-

capitulo 32

Narra Carolina

Los rayos del sol pegaron fuertemente en mi rostro y poco a poco mis ojos se habrían, estaba en la habitación de Agustín, unos brazos se aferran a mi con delicadeza y supe al instante de quién se trataba.

Se veía tan bello durmiendo, tan inocente y sexy. Hacer el amor  con Agustín es lo mejor que puede existir, cuando me besa con ese cariño, me acaricia suavemente, es un sentimiento que no tiene precio y solo él sabe como hacerlo. Me levante silenciosamente sin querer despertarlo y me vestí con una de sus camisas que me llegaban hasta los muslos y salí dela habitación.

Baje hacia la cosina estaba dispuesta a prepararle una desayuno especial a mi hombre, desde hace mucho tiempo no teníamos momentos así con él y tenía que hacer que cada segundo fuera el mejor.

Tome un par de ollas y empezé con mi magia de cosinera, que por sierto no soy tan mala.

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Narra Agustín.

Un olor muy delicioso llegó a mis fosas nasales despertándome de mi sueño, y al ver que Carolina no estaba a mi lado supe al instante que ella era la causante de ese delicioso aroma, me vestí y baje con curiosidad de saber que era lo que esa bella chica que me enamoro al instante desde que la vi hacia en la cosina.

Entre silenciosamente y la imagen de una Carolina cosinando inundó mi Visión se veía realmente hermosa y la abraze por la cintura besando su mejilla con delicadeza a lo que ella sonrió quedando frente Ami.

C: buenos días hermoso -dijo besándome- como amaneciste?

A: mal -hice un puchero triste- la mujer que amo no estaba al lado mío por alguna razón.

C: pobresito -dijo besándome- y si te digo que la mujer que amas te preparo un rico desayuno...¿te hace sentir mejor?.

A: bueno es muy tentadora la oferta, no te lo negaré -dije besándola-

C: ven a sentarte Casanova...

A: esto se ve delicioso amor, gracias! -dije tomando su mano-

C: desayuno especial para una persona especial. - me sonrió-

Entre risas y uno que otro coqueteó pasamos nuestro desayuno, estar con Carolina es mi paz, con ella el tiempo se detiene y me siento como nuevo, hace que las cosas sean más simples y siempre sabes que vas a estar feliz cuando estás con ella, simplemente es la mujer más perfecta y hermosa además que llegó a mi vida.

Como hoy tenía universidad me ofrecí en ir a denarla, pues casi siempre llega tarde por mi culpa, es lo menos que puedo hacer por ella.

C: gracias amor por venir a dejarme, no era necesario -dijo mirándome-

A: claro que sí, a mi me gusta ser tu chófer personal -dije con aire autoritario-

C: y ademas el chico de mis sueños...-dijo besándome-

A: te amo preciosa, demaciado! -dije feliz-

C: y yo ati Agustín, mucho! -dijo acariciando mi mejilla- ¿nos vemos en la tarde?

A: si fuera por mí cuando quieras nena -dije guiñándole un ojo-

C: tú no cambias eh? -dijo riendo-  ¿que are Contigo?

A: ¿que tal un beso más?

Carolina sin pensarlo me beso, de esos besos especiales como los que ella solamente sabe hacerlos, todo lo de ella es perfecto, si no la hubiera recuperado no se lo que haría, ahora toda mi vida depende de ella, se transformó en mi oxígeno y en mi razón de vivir.