María Camila. [EDITANDO]

Capítulo 5. "Un nuevo comienzo."

El nuevo padrastro de Look estaba tirado a un costado de la sala con una cerveza en mano, medio dormido.

Look se aproxima a la habitación, ahí se encontraba Ema, con una hermosa pijama, el cabello recogido y alistando la cama donde dormirían.

-Hasta en pijama te ves hermosa- exhaló -mañana debemos irnos antes del amanecer, hay vecinas madrugadoras y muy chismosas... respecto al beso, fue el mejor.

Se acerca Ema y lo besa una vez más.

-Vamos a dormir, mañana tenemos un día pesado por lo visto, -asintió quitando su pantalón y quedando en bóxer-
-Dulces sueños princesa.
-Lindos sueños mi rey.

Eran dos cuerpos totalmente extraños, que no sabían nada del amor, esa noche fue la mejor para Ema, a pesar que no tuvieron relaciones, Ema durmió querida, protegida en los fuertes y musculosos brazos de Look. En cambio Look, durmió con el pensamiento que al fin tenía a quién proteger.

La noche pasó en un segundo. El reloj marcaba las 4:30 A.M. Look se levantó a bañarse y cuando salió en toalla miró a la cama a despertar a Ema, pero ella no estaba. Angustiado la buscó por toda casa y la encontró con la nevera abierta y arrodillada buscando que preparar para desayunar.

-Me diste un susto, -sonrió-
-Oh, lo siento, simplemente quería ver que hacía para desayunar, lo siento -volvió a repetir-
-Sólo bromeaba, voy a cambiarme, ve a bañarte y después haces algo mi amor. Yo tengo que alistar mis cosas, ya al menos tú tienes tu maleta lista. Ahh, no te olvides de hacer silencio.
-Está bien mi amor. - Respondió- Que guapo te ves, que músculos -pensó-

Look se dirige a cambiarse y a guardar sus cosas. Ema se apresura a bañar, también a cambiarse para luego preparar el desayuno.

Habían dos maletas al lado de la mesa, en la mesa dos platos de tortillas bien deliciosas y en esos dos platos se encontraban dos jóvenes desayunando y al mismo tiempo enamorándose.

-Que rico estuvo todo, debemos irnos, casi amanece - se limpió los costados de los labios con una servilleta y sacó de su bolsillo una carta de despedida para la mamá-
-Gracias mi amor, ya, ya -Ema se llevó a la boca el último bocado y se pusieron en marcha-¿Adónde iremos al fin? -preguntó nuevamente Ema-
-Te estabas demorando- sonrió con gracia- mi amor, me decidí por Cartagena, allá hay más centros comerciales y tendré más oportunidades de conseguir empleo como cajero.
-Perfecto. Yo puedo hacer pulseras e irme a la playa a venderlas.
-Vámonos rápido. En el bus hablábamos.

Ema se apresuró abrir la puerta, mientras Look traía las dos maletas.

Aún no salía el sol, eran las 5:15 A.M. Cogieron el primer bus que pasó y se dirigieron a la terminal de transportes.

Look compró los pasajes y por suerte el bus salía en quince minutos.

Cuando ambos se suben y se sientan Ema miró por la ventanilla y fue notoria su nostalgia.

-Tranquila pequeña, todo estará bien, no temas. -Puso su mano en su hombro abrazándola con esos brazos musculosos que ella estaba empezando amar. Ema instantáneamente se quedó dormida y Look se quedó contemplando su belleza-

-Despierta mi corazón, hemos llegado.
-¿Me quedé dormida todo el viaje, Look?
-¡Nos quedamos!, querrás decir. Esperemos que todos bajen, -estaban en las últimas sillas- Debemos apresurarnos, para buscar donde vivir o donde pasar la noche.

Una vez afuera del bus, se dirigen ambos a preguntar por el hotel más cercano y más barato.

Un señor que se encontraba vendiendo minutos les dijo que donde él se quedaba costaba quince mil la noche. Le dio las indicaciones y se fueron de prisa.

El lugar estaba a cinco cuadras de ahí.

-Buenos días, estamos buscando estadía y nos recomendaron éste lugar. -Habló Look sudoroso- Nos hablaron muy bien de usted y de los precios que ofrecían aquí. -Terminó con toda seguridad-

El recepcionista era un señor de aproximadamente unos sesenta años.

-Quince la noche, veinte dos días.
-Está más que bien, -Ema sólo observaba la conversación de los dos hombres.

Look sacó de su billetera la plata, el señor le hace entrega de su llave y le explica por donde queda ubicada su habitación. Ambos entraron y se toparon con una cama pequeña y un baño. Todo era súper pequeño, pero estaba muy bien ordenado y sobre todo limpio.

-¿Qué vamos almorzar? -preguntó Look-
-Lo que tú quieras mi amor.

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