Ema angustiada prestaba atención.
–Mirame, no te sientas mal, te repito que para eso es esta clase, para que aprendas, cariño. Ve donde Amarillo, que te arregle ese cabello cuanto antes. Y antes de salir despídete.
–De verdad, que te agradezco esto. –se levantó – Hasta luego.
–No es nada, donde veas el color Amarillo ya sabes que es ahí. Hasta luego.Ema salió pensativa de la habitación plateada en la que estaba. Comenzó a mirar todo el lugar y a ver si encontraba algún tipo de salida.
–Oh cariño, te estaba esperando. –Amarillo tenía en sus manos una peinilla – vamos a desenredar para luego lavar, secar y planchar.
–Está bien Amarillo. –Se sentó.
– ¿De dónde eres? –Amarillo hablaba mientras desenredaba su cálido cabello.
–Sabanagrande, ¿y tú?
–Ni idea, yo soy de Cali, Colombia.
– ¿conoces Barranquilla?
–La he escuchado, pero nunca he tenido la oportunidad de ir.
–Bueno queda a casi cuarenta y cinco minutos de ahí.
–Listo, vamos a lavártelo. Sígueme.Ema se levanta y se va detrás de Amarillo, quien llega a una ducha.
–Siéntate acá.
Ema hace caso.
– ¿Cuánto tiempo llevas ya acá? –pregunta Ema –
–Uff, creo que voy para diez años. Ya creo que me acostumbré. –suspiró –
– ¿Cómo? ¿No estas acá por qué quieres? –alzó sus cejas –
–Ojalá, así al menos me pagaran. Pues a mí me engañaron junto con unos compañeros más, nos dijeron que era una propuesta de trabajo, que pagarían tanto. Y una vez nos montamos en ese barco nunca más supimos lo que era sentir la libertad. Aquí los días pasan rápido, mi juventud se está yendo y me duele saber que no estoy haciendo nada con mi vida, que no estoy cumpliendo mis sueños, metas, viajes, cosas que me había propuesto. –deja caer una lagrima.
–Lo siento mucho, comparto tu dolor, me pasó igual. ¿Y dónde están tus compañeros? –rascó su mejilla.
–Éramos cuatro, cuando llegamos acá había tres más. Ósea siete en total, mataron a uno de mis compañeros porque andaba quejándose y llorando; recuerdo que fue comida para caimanes, lo vimos morir. Ya éramos seis. El jefe decidió hacer una competencia para dejar a tres y así fue, quedó un compañero, uno de los que ya estaban y por ultimo yo.
– ¿Y dónde están ellos dos?
–Fueron trasladados. No creas que esta sea la única compañía que se dedica a esto. Hasta donde tengo entendido hay cuatro. Pero hace seis años se logró escapar un hombre que era explotado sexualmente, dio con los policías y ellos llegaron de inmediato al lugar. El jefe de ellos fue condenado a silla eléctrica junto a la bruja y la patrona, es lo mismo en todas las sedes.
– ¿Cuál bruja?
–Para poder estar acá ya tuviste que haber pasado por donde ella. Está en el piso nueve y de la oscuridad que hay ahí no se logra ver, ella es la bruja.
–Sí, claro. Ya recordé.
–Listo vamos a secar, –se van a otro costado de la habitación – bueno, ¿estábamos?
–Que yo estuve donde la bruja.
–Ah, pero que valiente eres, la mayoría que viene aquí están temblorosas, asustadas, angustiadas… dicen que ella te hace ver tu miedo más grande.
–Recuerdo que me lo preguntó, pero solo le dije lo primero que se me vino a la mente. Oye, he visto hombres y también los has mencionado… ¿A ellos también?
–Sí, solo que no los dejan junto a las mujeres. Por eso hay varias sedes, porque hay una que es de puros hombres y otros de mujeres.
–Look, –gritó esperanzada.Ema recobró las esperanzas.
– ¿Quién es Look? –Apagó el secador – ven, vamos a planchar.
Nuevamente se dirigieron a lo último del salón.
–Look es o era todo para mí. Llegó a mi vida inesperadamente, salvó mi vida, me hizo sentir segura de mi misma, viví cosas magnificas con él. Puedo decir que a su lado me sentía protegida, tenía unos brazos Amarillo, pero así como la vida me lo dio me lo arrebató.
– ¿cómo pasó todo? –toma el primer pedazo de cabello y comienza a planchar.
–Bueno mira, para resumirte me vine a vivir con él a Cartagena, vimos el anuncio del trabajo y nos dieron trabajo, cuando nos damos cuenta que es una farsa separan a los hombres y a las mujeres. Luego me dicen que está muerto… –Ema limpió una lagrima que intentaba salir.
–No quiero dañar tus esperanzas, pero aquí no mienten, cuando dicen algo es porque es así. –Puso cara de tristeza – ya llevo diez años aquí, cariño.
–Pero bueno, es mejor cambiar de tema. No sabes la falta que me hace. ¿Y tú te has enamorado?
–Te cuento que uno de los números es mi novio desde hace siete años.
– ¡Pero qué genial! ¿Y aquí saben?
–No todos saben, solo los de confianza, porque no sabemos la reacción del jefe.
–Bueno, ¿y qué número es?
–Estoy confiando en ti, es numero setenta y ocho, cariño.
–Me alegro mucho. De verdad, me alegro.
–Mi amor ya terminé, por la hora no puedo hacerte manicure.
–Oye, de verdad gracias, necesitaba hablar con alguien y algo así como desahogarme.
–Siempre puedes contar conmigo. Ves rápido donde Rosado, necesitas pestañas y cejas. Además, te urge una depilada de boso y piernas. El jefe odia los vellos, que nunca se te olvide esto. Puedes ir de la peor manera menos con vellos.
–Muchas gracias, ¿puedo ver cómo quedé?
–Lo lamento pero hasta que no pases por maquillaje no puedes verte.
–Tranquilo Amarillo.Ema sale de la habitación un poco mejor. Puesto que, se había logrado desahogar un poco con Amarillo. Ve a simple vista el color rosado y entra de inmediato.
–Ven cariño. –Dobla la cara Rosado – toma asiento.
–Permiso, gracias. –se sienta en la cómoda silla.
–Oh, veo que te sirvió la corta clase de Ética. –sonríe con agrado.
–Gracias Rosada.
–No, no puedes llamarme como mujer, está en las reglas.
–Lo siento Rosado.
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María Camila. [EDITANDO]
General FictionEn su diccionario no existía la palabra amar, hasta que él apareció. La vida de Ema,una adolescente que a sus quince años se va de un hogar donde era maltrata por su padrastro tanto verbal como físicamente. Look, un chico quién llega inesperamente...