Capítulo 4. "Una dura decisión."

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-Te entrego a mi hija, espero la cuides y no le hagas daño, no se lo merece, para mí esto no es fácil, pero no tengo otra opción, no me queda de otra.

Mariana lloraba sin parar aún tirada en el suelo.

-No se preocupe mi señora, yo cuidaré de ella, y cuando estemos estables volveremos por usted.

Ema baja con un bolso todo dañado y se apresura a levantar a su mamá del suelo con la ayuda de Look.

-Te amo mamá, esto solo será un hasta pronto.

Se abrazaron fuertemente y sus lágrimas se juntaron tras un fuerte beso de despedida.

-Chao mamá, volveré por ti, te lo prometo.

Salieron y Ema ya un poco calmada pregunta.

-¿Adónde me llevas Look?
-Iremos a mi casa por unos ahorros de cuando estaba trabajando en el supermercado y nos iremos de por aquí, no sé qué ciudad, tengo en mente Cartagena.
-¿Cómo? ¿Vas a dejar a tu mamá? -confusa Ema preguntó-
-¿Crees que se le puede llamar mamá a eso? Ayer me dijo que yo nunca debí haber nacido y que fui un condón que había salido mal.
-Lo siento, -respondió Ema- te regreso tus palabras, eres una persona muy fuerte.
-Además, -siguió Look- ya pensaba irme de la casa, por eso los ahorros.
-¿Y dónde iremos?
-Hoy dormiremos en mi casa y mañana saldremos temprano.
-¿Y tú mamá no está en casa?

Look hizo un gesto con su cara y prosiguió.

-Hoy es sábado, ella nunca está un fin de semana, siempre está tomando. Hoy llega muy tarde con "un padrastro nuevo." Pero no te preocupes, ella nunca revisa mi cuarto cuando llega, y mañana siempre se levanta tarde. Por esos debemos madrugar.
-Está bien.

Fue lo último que dijo Ema, de camino a casa de Look no mencionaron más palabras. Look no vivía tan lejos de Ema. Cuando por fin llegaron Look le pregunta.
-¿Tienes hambre pequeña?
Ema suspiró y respondió -Muchísima, Look.
-Okey, explora la casa, ponte algo cómodo mientras hago algo de comer que yo también tengo hambre.

Look se puso en marcha e hizo unas tajadas de plátano verde con queso rallado encima y jugo de mango.

-Eres un excelente cocinero, -Ema lo miró a los ojos- gracias por todo esto que haces por mí, chico.

Ambos sonrieron y se miraron como dos estúpidos enamorándose instantáneamente.

Look da el primer paso, postra sus labios gruesos sobre los dulces y curiosos labios de Ema.

La tensión fue mucho mejor, ambos se olvidaron del hambre que sentían y decidieron sólo prestar atención a su primer beso.

-Eres una dulzura. -Susurró Look-
-Ema sonrió coqueta- Y tú una maravilla de persona.

Ambos sintieron abrir la puerta, era la mamá de Look quién borracha hacia un escándalo. Además, no estaba sola, era cierto lo de "un padrastro cada fin de semana."

-Anda, ve rápido a mi habitación y no salgas de ahí. -Habló angustiado Look-

Ema se apresuró hacer caso y por suerte no fue vista.

-¿Por qué dos platos hijo? -dijo en medio de su borrachera la mamá de Look-
-Creí que llegarías con hambre, mamá. Por suerte los platos estaban casi enteros.

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Nota: Les pido guardar esta historia en su Lista de Lectura Favorita, para que estén al tanto de sus próximas actualizaciones.

Gracias por leer, tus votos y comentarios, querido lector. Vuelve pronto.

María Camila.    [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora