Capítulo 9. "La felicidad dura poco."

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Ema se levantó a lavar sus dientes y Look a bañarse.

En media hora estaba Look desayunado y Ema sacando la ropa que se pondría.

-Chao mi amor, que te vaya bien, -lo despide con un beso-
-Gracias mi cielo, hasta pronto.

Ema mientas se quedó organizando el cuarto y ordenando la ropa, lavando a mano la sucia y limpiando la cocina.

La mamá siempre la educó de una buena manera ordenada.

Algo bueno le quedaba de Mariana.

Mientras tanto Look se dirigía al mismo lugar donde había visto el aviso de trabajo.

Se topó con una gran fila de hombres que por lo visto también buscaban empleo.
La mayoría eran morenos y altos.

Uno a uno fueron entrando y saliendo, unos con una gran sonrisa y otros achicopalados.

Cuando fue el momento de Look, entró con muy buen entusiasmo y con mucha educación. Le habían enseñado protocólogo y ética cuando hizo el curso de cajero.

-Muy buenos días. -Habló muy refinado-
-Buenos días, adelante, tome asiento. Mi nombre es Heidi Vargas, mucho gusto.
-Mucho gusto, Look Beth. Gracias, -Look toma asiento-
-Okey, como sabrás, estamos buscando trabajadores para que se vayan en embarcaciones al océano donde se encontraran con otros barcos a quienes deben pasarle mercancía, en este caso pescado.
-¿Puedo preguntar?
-Claro Sr. Beth.
-¿También tenemos qué pescar?
-No, claro que no. Sólo dar el pescado. Usted solo se encargará de eso y también de alguna labor allá, puede ser limpiar un costado del barco o cualquier cosa de aseo. Al igual que todos. -Pausó y siguió- En el horario trabajará de lunes a miércoles de ocho de la mañana a cinco de la tarde, jueves y viernes por la noche. Descansará sábados y domingos, días festivos se trabaja hasta medio día. En cuanto a la paga, quinientos mil mensual, se puede pagar en dos quincenas o a final de mes. Ah, lo olvidaba, también tiene un seguro que lo respalda en caso de cualquier accidente. Entonces Sr. Beth. ¿Acepta?
-Sí. Acepto. -habló muy convencido-
-Fírmeme acá, por favor. Debe presentarse este sábado para que haga un mini curso y más o menos tenga idea de cómo es lo que tiene que hacer, a las once de la mañana parte la primera embarcación y el lunes a las ocho para su primer día de trabajo y ya sabe, también se le dará vestuario y comida. Ah, no olvide, aquí más que todo se trabaja puntual y esperamos lo mismo de los empleados.

Look firmó sin pensarlo.

-Gracias Srta.
-Que tenga buen día, recuerde que habló con Heidi Vargas.
-Hasta luego.
-Hasta luego.

Look iba muy contento en la calle. Se detuvo a comprar unos hermosos girasoles para su princesa y unos exquisitos chocolates.
-Buenas días -Look llegó a la recepción - vengo a pagar dos noches más.

Después se dirigió a la habitación diecisiete dónde se encontraba su hermosa princesa.

-Amor, amor, amor, -repetía al llegar-
-Mi rey, -dijo sorprendida de ver dichos chocolates y flores- ¡qué lindo mi amor, gracias! -responde entusiasmada.
-No es nada mi amor, -se queda sorprendido y estático- ohh, ¿qué pasó aquí?

El lugar estaba muy bien organizado y todo se veía limpio.

-Mi amor, me tomé la tarea de organizar todo.
-¿Adivina? -pregunta con una gran sonrisa-
-¿Qué? ¿Dime?
-Tengo empleo mi princesa, tengo empleo.

Ambos saltaron de alegría y emoción abrazándose al instante.

-Pasado mañana ósea el sábado debo ir a hacer un mini curso mi amor, -siguió sonriente-
-Pero cuéntamelo todo mi rey.

Look empezó a contarle todo a su querida mujer.

-Deberías de preguntar si no están buscando cocineras, sé cocinar muy bien.
-El sábado pregunto mi amor.

Se quedaron parte del día encerrados y viendo televisión. Cuando llegó la noche ambos salieron a comer y de paso fueron a la orilla del mar.

Los días pasaron rápido y casi siempre era la misma monotonía, al llegar la noche sus cuerpos se juntaban como unos adictos a las drogas.

Llegó el sábado y se dirigen los dos al lugar muy puntualmente.

-Buenos días, -se encontraba Heidi con un casco azul-
-Buenos días, ¿recuérdeme su nombre? -miró la lista esperando que Look se lo dijera-
-Sr. Beth.
-Ah, claro, aquí está. Felicitaciones el primero en llegar.
-Gracias, mire una pregunta, ella es mi mujer, y queremos preguntar si puede haber trabajo para ella, así sea cocinando.
-Yo sé cocinar excelentemente y me desempeño muy bien en cualquier área. -Terminó Ema-
-Mm, déjeme hablar con mi jefe, espérenme aquí, por favor.
Después de unos cinco minutos llegó Heidi.
-Sí. Necesitamos cocineras, bienvenida. Me imagino que ya su esposo le comentó todo acerca de nuestro horario, reglas y demás. Venga con nosotros hacer el mini curso y el lunes firmamos contrato. Allá se encontrará con más cocineras.
-¡Muchas gracias! No sabe cómo le agradezco esto.

Después de medía hora y de que llegaran al menos veinte trabajadores más. Salió el primer barco.

Era una nueva experiencia para ambos, tenían una gran felicidad. El día fue muy tenso, se toparon con unos fuertes profesores, Ema exploró la cocina con otras compañeras, la administradora de la cocina era una señora bastante dura y de mucha edad ya.

Se hicieron las cinco de la tarde. Ya el barco se regresaba a tierra firme.

Al bajarse ambos se dirigieron a comprar empanadas y al llegar a casa se dieron un gran baño, que al instante los dejó rendidos en la cama como dos bebés.

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María Camila.    [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora