María Camila. [EDITANDO]

Capítulo 17. "El cambio."

-No vayas a desobedecer, te puede ir mal- habló Camila.

Por la mente de Ema pasaban miles de cosas malas.

Todas salieron abrazado una a una a Ema.

-Ojalá nos veamos de nuevo- exclama Ema.

Después de quedar sola cinco minutos y de que la angustia casi la acabará entró Número cincuenta.

-Acompáñame. -Abre la puerta asustando a Ema.

Ema recordó las palabras de Camila e hizo caso.

Alante de ella iba Número cincuenta.

Ella sólo observaba el grandiosisímo lugar.

Nota cámaras por todos lados.

Se topa con un ascensor.

Número cincuenta unde el piso ocho, se puede dar cuenta que el edificio tenía nueve pisos.

Se abre la puerta del ascensor.

Se topa con un lugar muy oscuro, abrumador, el color negro estaba por toda la habitación.

-Ya puedes irte número cincuenta- hablaba una voz de mujer, Ema no podía ver quién era por la oscuridad pero notaba que tenía un cigarrillo en mano por el humo.

Número cincuenta toma el ascensor dejando a Ema en medio de dicha oscuridad.

-¿Cuál es tu más grande miedo?- pregunta la voz misteriosa.
-No tengo- responde asustada Ema.
-Dime o lo averiguo de la peor manera- deja caer el cerillo del cigarrillo a la mesa.
-Eh, eh, no sé, -Ema toma aire- las arañas, me aterran.

Lo que parecía ser el mismo infierno siguió preguntando.

-¿De dónde eres?
-Barranquilla, Colombia.

Ema parecía estar un poco más tranquila.

-Te diré un par de cosas antes de que inicies a trabajar.

1. Hacer todo lo que te pidan.

2. Si es posible dejarse hacer los cambios que digan sus estilistas.

Creo que éste es el más importante.

3. Respetar a los jefes, números y clientes.

4. Tratar de no quedar embarazada o de lo contrario te toca abortar.

5. Si te portas mal tendrás castigos como quitarte un dedo a no dejarte comer por una semana, depende lo que hayas hecho.

Y sin más preámbulos puedes regresarte tú misma por donde llegaste.

Encontrarás tu primera prueba.

Depende como te vaya decidirán.

-¿Cómo qué que decidirán?- estaba nuevamente angustiada.
-Sino haces bien las cosas puede que seas violada por cualquier Número y después comida para caimanes o si eres linda, pasarás a trabajar virtual.

Prendió otro cigarrillo la voz misteriosa.

Olvidaba decirte, al jefe le gustan muchos los caimanes, puede que te toque bañarte en su lago para complacerlo. De ti depende tu supervivencia.

Ema se puso de pie y se dirigió a la habitación.

En el ascensor comenzó a pensar en voz alta.

"Look, mi rey, me haces mucha falta, te necesito. No puedo sola, tengo mucho miedo, cuídame. Esto no es fácil."

El ascensor abrió en el piso cinco y dos números entraron.

-Oh a quién tenemos por acá- era Número setenta hablándole a Número veinticuatro-
-Carne fresca compañero -la miró desde abajo hacia arriba- lástima que seas intocable.

Ema sólo miraba hacia arriba.

Número setenta unde el piso nueve.

Ema se sorprende porque se le había olvidado hundir su piso.

Se apresura. Unde el piso cero.

Al momento ya estaba en su piso, sale de su habitación apresurada por saber lo que le esperaba.

-Adiós, carnecita.

Ema les hace mala cara.

Abrió la puerta, prendió el bombillo y un traje de gata estaba sobre la cama, junto a el una carta que decía.

"Ponte hermosa, ahora te recojo."

Ema se cambió apresuradamente.

-Oh, no, así no se pone eso. -Una voz femenina hablaba desde la puerta dándole un susto a Ema.
-¿Tú quién eres? -valvucio.
-Yo soy una de las estilistas del congo y vengo a verte, noto que necesitas muchos cambios, me divertiré contigo. -Se encoge de hombros.

Nuevamente por la cabeza de Ema pasó la frase de Camila.

"Haz todo lo que te pidan."

-Esta bien, ¿qué cambios? -habló decidida.
-Me caes bien ya cariño. -Sacó un lapicero, una libreta y comezó a escribir mientras hablaba.

1. Necesitas un corte de cabello.

Ema tenía un cabello largo.

2. Pestañas abundantes.

3. Una operación en los senos.

4. Las cejas delgadas.

5. Depilación con cera:
>Bozo.
>Piernas.
>Axilas.
>Espalda.
>Partes íntimas.

-Aguarda, ¿no tienes ropa verdad?
-No.

6. Ropa.

-Me temo que ya. -Metió la punta de su lapicero en la boca-. Estoy pensando en tinturar tu cabello.
-Como quieras. -Alzó los hombros.
-Vamos, tienes que estar lista antes que llegue la noche.

Ema quería preguntar miles de cosas, pero prefiero callar.

-Lo olvidaba, soy Rosada. En el Congo nos distribuimos por colores. -sonrió- obviamente sabrás quién es cada quién por el color de su ropa.
-Interesante -responde Ema.

Ema y Rosada cogen el ascensor.

Rosada pulsa el piso cinco.

Cuando llegan Ema no vio nada de belleza ni "Congo." Por ningún lado.

Rosada camina y se dirigen a lo último donde encuentran una puerta blanca.

Ambas entran y lo que Ema ve la sorprende por completo.

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