Capítulo 8. "Una nueva oportunidad de empleo."

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-Amor no es por dañar el momento pero se hizo de noche y debemos regresar para descansar.

Concluye Ema, mientras Look la tenía agarrada de la cintura y ella con sus manos en sus hombros.

-Sí mi amor, tienes toda la razón. Vamos a comprar algo para más tarde comer.
-Podemos cocinar para economizar. Hacemos plátanos -sigue Look-
-Y queso, -continua Ema-
-Salsa de tomate y salchichas, -ambos ríen sin parar y terminan en medio de otro espectacular beso-

De camino a su nuevo hogar; por decirlo así. Y con la comida ya comprada se topan con un gran cartel que decía: “Se necesita ayudante para transportar pescados al medio del océano. Mañana último día de atención.”

-Mi amor, mañana debo venir cuanto antes, gracias Dios. -Look tiró un beso hacía el cielo- -Gracias a Dios mi amor, Dios quiera.

Ya en casa y un poco cansados, Ema se levanta hacer la mini cena para así culminar ese hermoso día.

Cuando Ema pelaba los plátanos se le apareció Look por detrás abrazándola y dándole muchos besos en el cuello.

-Amor, no ni me he bañado, estoy salada. -Dice Ema-
-Vamos a bañarnos pues, -la mira atentamente con una gran sonrisa coqueta-

Todo era tan romántico, Look la llevo de brazos nuevamente a la ducha, como si estuviesen en el mar pero esta vez no había ropa y sólo existía el placer.

-Apaga la luz, -susurra Ema-
-¿Por qué? -Frunció el seño-
-Sólo hazlo.

Look tenía un gran cuerpo que volvía loca a Ema, pero ella no se quedaba atrás con un gran trasero y una figura de Diosa.

-Es el momento más feliz de mi vida, -susurra Look-
-Sólo disfrútalo, mi rey, -susurra también Ema-

Después de una hora los dos cuerpos apasionados y limpios salen de la ducha desnudos, Ema secó su cabello y se puso la bata más sexy que tenía. En cambio, Look se puso unos bóxers súper ajustados y se dispuso a ver el partido del Junior contra Nacional.

Mientras que Ema seguía en la cocina.

Media hora después ya todo estaba listo.

-Mira mi amor, -llega Ema con una gran sonrisa y un plato bastante amplio con unas exquisitas tajadas de plátano con queso, salchicha y salsa de tomate-
-¿Y tú mi amor? Gracias princesa.
-Amor, yo comí un poquito ya, no tengo mucha hambre.
-¡¡Esto está delicioso!! -saboreaba Look-
-Y eso que aún no pruebas el postre... -mordió sus labios-
-Entonces me voy apresurar a cenarme esto para luego comerme el postre rápido. -saboreó sus labios con la poca salsa de tomate que había en ellos-

Ema se levantó a lavar los platos y cuando dio media vuelta ya Look había terminando de cenar, fue por los de él y siguió lavando.

Look nuevamente la sorprendió por la espalda, está vez desnudo y con un miembro más erecto. La besó por el cuello y se fueron lentamente a la cama.
Ema perdía la virginidad. Aunque haya estado con otros hombres, por primera vez Ema estaba con uno sin obligación y por amor. Se entregó por completo a Look.
Todo fue muy lindo, Ema gemía de felicidad y Look se alegraba porque estaba haciendo un buen trabajo. Pero había un punto, Ema no se dejaba ver desnuda de él, había apagado el foco.

Luego de terminar y de quedar cansados, no solo por eso, sino por el gran día que habían tenido Look pregunta.

-¿Por qué no puedo verte desnuda?
-No quiero que el encanto que tienes hacía mí se vea perdido y te desanimes...
-¡No digas eso ni en broma señorita! A ver, muestra, -Look se levantó desnudo y prendió el foco- Déjame ver mi amor.

Ema se pone igual de pie y le enseña a Look, unas cicatrices en sus piernas, nalgas acompañadas de unas grandes estrías y por detrás unas celulitis que ocupaban toda la parte de las piernas.

-¿Te das cuenta por qué me odio? Además mira, -Ema con sus dos manos agarró su panza y siguió- ¿te das cuenta? ¡Estoy gordísima! Mi cuerpo es realmente feo.

-Ven mi amor, siéntate.
Ambos se sentaron en la orilla de la pequeña cama y Look continuó.

-Esas cicatrices son de guerra, las celulitis y las estrías no te hacen ni más ni menos mujer. Tú belleza simplemente es diferente, eso nunca te hará menos hermosa de lo que ya eres. Debes de aprender amarlas y a sentirte orgullosa de ellas, yo las amo, mira…

Look se dispuso a besar todas las piernas, asombrando a Ema.

Esto es realmente lindo, deja de sentirte mal por cosas tan insignificantes como estás.
¿Qué no te ves? Eres hermosa, ¿cuántas veces quieres que te lo repita? Me gustas, y al decirte que me gustas hablo de ti, me gusta todo de ti, hasta tus defectos, tus estrías, celulitis, cicatrices.
Yo tengo a mi lado a una persona guerrera, valiente ante la vida, y esa pancita simplemente te hace ver más respuestica.
Deja de pensar cosas negativas, mi amor. Mírale el lado positivo a todo. Deja de darte tan mala vida y deja entrar felicidad a tu vida.

Ema suspiró realmente asombrada de lo que sus oídos estaban escuchando.

-Tú siempre sabes que decirme, le doy gracias a Dios por ponerme en tu camino, de verdad gracias por todo mi amor.

Ambos durmieron desnudos, como dos niños encurrucados en una nueva ciudad donde no sabían exactamente ni donde estaban ubicados.

Ema se durmió en su brazo y Look la abrazó hasta sentir el sol entrar en sus pupilas.

-Buenos días mi amor. -Habla Ema limpiando sus ojos-
-Buenos días mi princesa. –Le da un beso-
-Haré el desayuno, guardé de ayer de la cena, oíste.
-Mientras me voy alistar, a ver sobre el trabajo que vimos ayer mi amor.

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Nota: Les pido guardar esta historia en su Lista de Lectura Favorita, para que estén al tanto de sus próximas actualizaciones.

Gracias por leer, tus votos y comentarios, querido lector. Vuelve pronto.

María Camila.    [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora