Capítulo 14. "Estoy destinada a sufrir."

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Ema había quedado rendida después de haber llorado sin parar tras la muerte de su amado.

Una voz conocida gritó levantándola en un segundo. Era Sara nuevamente.

-Levántate estúpida. -Sara estaba histérica-

Ema hizo caso dándose cuenta que ya el ambiente no era el mismo, sentía frío y se escuchaba un idioma diferente a lo largo del barco.

-Escúchame bien, -comenzó hablar Sara apuntando con el dedo- vas a hacer lo que te pidan a no ser que quieras ver morir a tu mamá. Ya sabemos donde está y la tenemos ubicada.

Ema abrió atentamente sus ojos.

-Vamos. -fue lo último que Sara dijo-
-¿Adónde me llevan?
-Sígueme y ya.

Ema salió del barco dirigiéndose a una refinada camioneta donde se veía que las esperaban.

-Buenas Srta. Sara. -Habló un señor de gafas oscuras-
-Vamos directo allá.
-Como ordene mi señora.
-¿Mi qué estúpido?
-Señorita, lo siento, me equivoqué. No le diga al patrón por favor.
-Ándale rápido a esa porquería más bien.

Ema sólo miraba por la ventanilla preguntándose donde carajos estaba.

-¿Ya habías venido a la India? -dijo Sara abriendo una botella de agua-

Pero Ema sólo la ignoró.

Al cabo de una hora, se toparon con una mansión y muchos vehículos al rededor.

-Bienvenidas. -nuevamente habló el joven de gafas oscuras-

Sara baja del vehículo agarrando a Ema del brazo.

Entraron y se encontraron a un señor de unos cuarenta años.

-Bienvenidas. -Era Colombiano- número ocho. -Allá los trabajadores se llamaban cada uno con un número distinto-
-Dígame señor. -Había llegado un chico con la camisa negra y en ella tenía estampado "Número ocho."
-Lleve a la jóvencita a su nuevo cuarto. Mientras yo atiendo a esta bella dama. -tocó su cabello haciendo un gesto de coqueteo-

Ema estaba herida y sumisa ante todos, tenía la mirada perdida.

Número ocho la agarra del brazo y la lleva a una habitación en el sótano.

-Hacía rato no llegaba carne tan linda por estos lados.

Una vez dentro enciende la luz de tan inmensa oscuridad.

-Nueva compañera, perras.

Habían más o menos cinco camas. En ellas dormían dos personas por cama.

Todas las mujeres se levantaron a ver a Ema.

-Suerte, -habló número ocho marchándose y cerrando la puerta de la habitación-

Ema miraba con miedo e ira a la vez.

-No tienes porque preocuparte. Todas nosotras hemos pasado por lo mismo, quizás hasta peor. Nos traen aquí engañadas y luego nos venden al mejor postor por noche. -habló una dama morena cabello endulado, mientras se acercaba donde Ema-
-Ven. Lo que sientes tú en estos instantes lo hemos sentido todas nosotras. -quién habló esta vez fue una lampiña muy linda y con unos ojos como los de Look-
-Sientante. Entra en confianza. -nuevamente la morena cabello endulado-
-No entiendo nada, ¿cómo es esto aquí? -Ema a poco quería llorar-
-Mira mi nombre es Elif, fui la primera con dos amigas las cuales están muertas. A todas las que van llegando le vamos contando como es esto, todo lo que vas a vivir. -Interrumpió Ema-

Ema sacó una lágrima a frote.

-¿Cómo así lo qué voy a vivir?

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Nota: Les pido guardar esta historia en su Lista de Lectura Favorita, para que estén al tanto de sus próximas actualizaciones.

Gracias por leer, tus votos y comentarios, querido lector. Vuelve pronto.

María Camila.    [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora