Capítulo 10. "No todo es color de rosa."

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Un hermoso día resplandecía en la bella ciudad de Cartagena. Era un perfecto domingo.

-Día de playa, -dice Look con gozo y alegría- cambiate mi amor, comemos en el mar. Debemos celebrar que mañana vamos a trabajar y que con el favor de Dios todo nos saldrá bien.
-Bueno mi rey, -se estira completamente- voy a ver que me pongo, -termina-

Ambos tomaron una corta ducha y se dirigieron a la playa más cercana.

Se bañaron por horas, luego fueron almorzar y decidieron caminar un rato agarrados de mano, como solían hacerlo siempre.

Llegó el atardecer, junto a el, unos besos apasionados que terminaron en la habitación húmedos y latentes.

Se comieron unas empanadas que habían comprando, se dispusieron a verse una película cómodos, como de costumbre Ema en sus brazos.

-Estoy ansiosa por el día de mañana.
-Yo también lo estoy mi amor.
-¿por qué no nos dormimos ya?
-Bueno mi princesa.

Ema casi no durmió de los nervios que sentía, en cambio se quedó viendo en gran parte de la noche el hermoso hombre con el que estaba.

-Despierta mi amor, -era Look un poco angustiado-
-Se nos hizo tarde, -Ema se había quedado dormida-

Se fueron sin desayunar, con la primera ropa que encontraron. Llegaron corriendo, por suerte no se habían ido.

-Buenas, buenas, -habló Look nuevamente angustiado- señorita.
-Eh, buenos días Sr. Beth. Y sra. De Beth. -le hablaba a Ema, creyendo que ya estaban casados- Vengan conmigo.

Asintieron sin decir ni una sola palabra, se montaron en una lancha que los llevó al barco donde trabajarían.

-Aquí están sus uniformes, pueden cambiarse en el baño.
-Gracias, -ambos respondieron-
-¡¡Bienvenidos!!

Se bajaron y pudieron ver a unos diez hombres más, menos que la vez pasada, sólo habían tres mujeres igual de jóvenes que Ema. Me atrevería a decir que de la misma edad, parecían modelos de televisión. La mayoría de hombres eran de piel morena y musculosos.

-Buenos días, hoy empieza su primer día de trabajo. Buena suerte a todos, -habló una voz muy masculina por un parlante-

Todos aplaudieron excepto Ema y Look.

-Las mujeres vengan conmigo, los hombres quedesen con Mateo, -era Heydi una vez más-
-Hola chicos, mi nombre es Mateo Ocampo encargado de vigirarlos a ustedes, de que hagan bien su trabajo.

Mientras Ema se dirigía a la cocina con las tres compañeras más, Heydi se mostraba como una especie de guía.

-Chicas ella es Sara, Sara ellas son las niñas. -Sara era una mujer de unos cuarenta años, con un buen cuerpo. Además, traía un cigarro en mano con unos labios abundantes de color rojo-
-Mucho gusto chicas, yo estoy encargada de ustedes, mi nombre es Sara Vega. Estaré pendiente de que hagan muy bien su trabajo de que se desempeñen bien en su labor.

Ema y Look estaban muy entregados a lo que hacían.

Cuando el barco avanzaba, luego de estar Ema pelando unas papas es llamada junto con sus compañeras con las que ya había sentido una gran empatía.

-Vengan conmigo, jovencitas. -Sara les habló en tono fuerte-

Todas asintieron, fueron llevadas a duchas y después a ponerse vestidos de baño. Ninguna entendía lo que pasaba.

Por otro lado, Look estaba sentado un tanto desesperado esperando el barco al cual se suponía que iba a transportar los pescados.

De repente se acerca un barco dos veces más grande en el cual estaba.

-Ok, todos hagan una hilera. -Mateo había llegado de la nada con un megáfono.

Unos tipos extraños y con capuchas habían abordado el barco. Nadie entendía absolutamente nada de lo que pasaba.
Por un costado había aparecido Ema en vestido de baño con tres mujeres más.

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Nota: Les pido guardar esta historia en su Lista de Lectura Favorita, para que estén al tanto de sus próximas actualizaciones.

Gracias por leer, tus votos y comentarios, querido lector. Vuelve pronto.

María Camila.    [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora