La Protegida del Diablo. Serie Salamina Nº 6

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Rosa guardo las carpetas sin mirar su contenido y las cartas en su bolso de mano, y se despido de Sandra que le sonreía al verla marchar. Sin mirar atrás dejo a una furibunda Amanda que en sus ojos le enviaba promesas de retaliación.

Guiada por el capataz subió a la camioneta que solo era utilizada por ella, cuando ella requería salir del rancho. Subió en silencio, en su interior se libra una lucha, por saber que contenía esas cartas. No sabía si eran las cartas que Azucena le comentó o tal vez de alguna amante de él, de todas formas, cualquier interrogante que ella se formulaba la atemorizaba saber la respuesta.

Los nervios la tenían demasiado eufórica y un temblor en las manos y piernas lo acompañaba, más el revoltijo de su estómago que le anunciaba que pronto tendría que desocuparlo.

No soporto la inquietud por saber que contenían las cartas que tomo de escritorio de Diablo y haciendo uso de su fuerza abrió el bolso donde guardaba las cartas, saco una y comenzó a leerla.

Era la primera carta que ella misma le envió a Leonardo, en la que le anunciaba que pronto viajaría a la capital para estudiar protocolos y etiqueta, y cuando regresara él se iba a sentir muy orgulloso de ella.

Otra carta donde le reclamaba porque no le respondía, porque había tanto silencio. Otra donde ella le rogaba que le escribiera y le dijera el motivo de su silencio.

Pero Rosa recordó que ella le escribió un sin número de cartas y que ninguna de ellas fueron respondidas por él, ni una llamada ni un papel. Él las tenía en su poder, y era la prueba de que si las recibió, pero él nunca las quiso responder.

El corazón palpitaba muy rápido y las náuseas comenzaron a dominarla cada vez más, haciendo que su boca se llenara de agua amarga.

Entrecerró los ojos y echo la cabeza hacia atrás y trató con todas sus fuerza de controlar el malestar que la estaba cada vez más derrotando. Volvió a meter la mano y  extrajo un papel todo arrugado, amarillento, muy maltratado.

Su corazón comenzó nuevamente el galope sin control, ella observaba la letra aunque se parecía a la de ella, no era su caligrafía, cualquiera podría asegurar que era su letra, y sus ojos brillantes miraban el papel con angustia, su corazón prácticamente se quería salir por su boca, respiraba con la boca abierta, su pecho subía y bajaba de manera dolorosa.

Y con manos temblorosas y sudadas por el evidente malestar, miro la fecha y esta fecha era antes de su viaje a la capital, un viaje que salió de la noche a la mañana, ideado por Marisol, que según ella el mismo Leonardo le había propuesto. Y fue a partir de ahí que ella no volvió a saber de Leonardo.

La carta estaba dirigida a Leonardo y según lo escrito, era ella la que escribía ___ ¡Dios mío! ___ murmuro aterrada de solo imaginar que su madre fuese capaz de destruir el gran amor que había entre ellos dos.

Las lágrimas comenzaron a fluir lentamente y al comenzar a leer su corazón emprendió su rápida caída al destrozarse con cada palabra que ella leía.

Leonardo.

"Quiero informarte que después de haber pensado mucho en nuestra relación me he dado cuenta de que nosotros hemos cometido un gran error." ____ Rosa mordió con fuerza el puño para atragantar el dolor que la destruía poco a poco. No lograba comprender como su madre que tanto decía amarla podría utilizar su amor, para destruir el amor de Leonardo por ella.

Con los ojos anegados por las lágrimas que brotaban si cesar continuo leyendo "Nunca debimos hacernos novios, aunque eres una persona ambiciosa y con muchos sueños, no tienes la posibilidad de darme la vida de lujos que yo tanto merezco" ___ esas era sus típicas  palabras siempre había sido una ambiciosa, por ambición destruyó el matrimonio de Margarita, ella fue la que hizo alejar a Jerónimo, un hombre bueno y que adoraba a su hermana Margarita. Por su culpa hizo que ella odiara a Azucena haciéndole la vida imposible, hasta el grado de llegar a maltratarla tanto física como moral y psicológicamente. Rosa sintió que la vergüenza la abrumaba sin control, lloraba sin control.