¿Qué podía hacer un simple mesero de una cafeteria frente algo tan roto como Park Ji Min?
Jimin era una caja de cristal, así lo describía Kim Nam Joon, pero ya estaba cristalizada y en ciertos lugares rota. Eso podia bajar su valor, pero no para el...
Nam se había puesto la camiseta más especial que tenía para la... ¿Cita?
Aún no sabía muy bien que era lo que le había pedido ¿Una simple salida de amigos o una cita? Porque a él le atraía el omega como para ser una cita pero no le había mencionado la palabra "cita" en la propuesta.
En todo caso, la cabeza del alfa estaba hecha un lío, intentando calmar su emoción y sus nervios. Esperaba que todo fuera perfecto esa noche y, al menos, poder a acercarse al menor. Y en especial que este le correspondiera.
Tomó su móvil para ver la hora una vez más, seguían marcando las 7:30 p.m.
Ya tenía que salir de su casa, caminar hacia el río Han, encontrarse con Jimin, dirigirse a la cafetería y, lo más importante, no hacer ninguna estupidez.
Miedo era poco comparado a lo que sentía. Estaba aterrado, nunca había contejado a un omega y no quería arruinarlo con alguien tan especial como lo era Jimin.
Sus largas piernas caminaban rapido hacia el lugar de encuentro, siempre fue algo puntual para todo, por lo que a las ocho menos diez ya estaba esperando sentado en un banco frente al río.
Jimin caminaba lento, con miedo de lo que se llegaría a encontrar o no encontrar.
Cita... No, encuentro. ¿O cita?
Jimin también era un lío de pensamientos y suposiciones. Su mente pensaba en que posiblemente sea un simple encuentro, pero su lobo estaba seguro que era más que eso.
Sus manos estaban ocultas hasta sus últimas falanjes gracias a su camisa amarilla a rayas. Sus pantalones algo sueltos que mostraban un poco la piel de sus piernas al estar rotos.
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A lo lejos ya podía ver el banco frente al famoso río de Seúl, pudo notar el gran cuerpo del alfa sentado, esperandolo.
El mismo cosquilleo en sus dedos volvió y sus mejillas se tornaron un poco rojas. Con pasos temblorosos llego al banco y saco valentía para saludarlo y no correr hacia su casa por los nervios.
-Jiminnie -Namjoon se había volteado al sentir la presencia del omega, su olor era inconfundible. Realmente especial y unico para el olfato de Kim.
-Siento llegar algo tarde -se disculpó tomando asiento a su lado.
-Hace unos minutos llegue yo, no hay problema -Le sonrió y ambos conectaron sus miradas. Los sentimientos de la noche anterior volvían a recorrer sus cuerpos.
Nam no pudo para de sonreír cuando estuvo en su casa, durmió con sus hoyuelos haciendo presencia gracias al menor.
Y Jimin mantuvo toda la noche, y parte de la mañana, la sensación de sus manos al tocarse. Le molesto un poco que no pudiera dejar de pensar en aquello. Porque ya no era su lobo el que lo hacía pensar en Namjoon.
