Capítulo 17

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-De acuerdo.- Contestó Nick por teléfono.- Sí, estaré allá en menos de dos horas. Sí, me enteré de lo qué ocurrió y no gracias a ustedes- Ironizó molesto- No, no tenía ni idea. Bien...

Judy estaba espíando la conversación misteriosa que el zorro tenía con alguien al otro lado de la línea. Él hablaba bajito pero para ella su voz era bastante clara.

-Ahora mismo salgo para allá, y no porque ese tipo valga la pena.- Judy entrecerró los ojos, interrogativa-Sino porque tengo información valiosa que deben saber . ¡Lo sé!- Exclamó satisfecho.- Te dije que sería perfecta para este trabajo. - ("¿Perfecta?, ¿Trabajo?" )Judy trataba de comprender a quién se refería. -¿No me crees? Entonces espera a que te cuente todo lo que tuvimos que hacer para conseguirlo. Ella estuvo increíble.- (" Oh...habla de mi" ) La coneja se sonrojó un poco, ocultándose en las sobras cuando él se giró, echando una mirada a la sala vacía.- Incluso salvó mi vida...

"¿Con quién habla sobre mi y lo qué hicimos hace unas horas?, ¿Por qué? , ¿A quién podría interesarle?"

Una risa medio tensa brotó del hocico del vulpino.

-No seas idiota. Yo nunca pensaría en hacer algo tan estúpido, menos ahora que tenemos algunos obstáculos. No, no hay manera de que sospeche nada.-("¿Ah sí? ¿Eso es lo que crees, Nick?" ) Eso le molestó. ¿Acaso la consideraba tan ingenua o tonta como para obviar que él no era quién decía ser? ("Ahora sé más de lo que imaginas. Solo estoy esperando tu paso en falso") -¿Ahora? Está en la ducha- Judy volvió a esconderse cuándo él volvió a darse vuelta.-Sí, descuida. Le daré cualquier excusa. Sí, ya lo sé- Tono cansado- No iría a ningún lado aunque quisiera, estará segura aquí en la guarida de Rob y Dennys. La mantendré a mi lado el tiempo necesario antes de tomar el asunto en serio, hasta dar con Kitty no la alejaré de mi. Lo sé, lo sé, he pensado en eso ya. De acuerdo- Asintió- Ya ...

-¿Nick?

Judy no pudo soportarlo más y dejó de espíar detrás de la pared para interrumpir su llamada. Y no es que no quisiera escuchar más, pero le parecía que había descubierto lo suficiente, el resto, esperaba averiguarlo luego. Ahora necesitaba ver sus reacciones espontáneas y su comportamiento para convencerse de cuánto era capaz de ocultar. Ahora necesitaba que se fuera para pensar un poco y llamar a Jack, su mentor y su amigo.

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-¿...Zanahorias?- Nick respondió al llamado, dando la vuelta pero sin cortar la llamada.

Por un segundo el zorro se quedó petrificado al ver a la coneja en el último peldaño de las graditas, mirándola de arriba-abajo con ojos algo más que hambrientos: Ella estaba usando su camisa y la visión le provocó una sensación entre maravillado y perturbado. Sobre todo porque se miraba sexy.

No tenía más explicación lógica que sentir algo parecido a una especie de intimidad, como cuando se ha hecho el amor y se concede usar alguna prenda del otro. Por supuesto que nada de eso había ocurrido ni ocurriría entre ellos pero esa impresión daban la posición ligeramente entrecruzada de sus piernas descubiertas, en forma y bien torneadas, todavía recordaba el tacto cuando la tocó en aquel baño, y

sus caderas, esas con las que le había tomado el pelo hacía unos minutos, también lucían geniales amoldándose a la forma de su camisa al igual que sus pechos que volvían a marcarse como hace rato y para acabar de aporrear sus muros de defensa, la expresión inocente de su rostro hacía que todos los demás aspectos formaran un conjunto érotico. Sin embargo, en el brillo de sus ojos había más: Una malicia inpropia de ella.

Maestros del engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora