Capítulo 20

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Zootopia Centro. ,6ta avenida con la calle Fish-River.

7:37 a.m.

El aire puro fue gratificante.

Kitty respiró hondo luego de pasar más 5 horas dentro de aquella camioneta repartidora.

Bueno, aunque era más humo de carros que oxígeno limpio, reconocía que eso era mejor que pasar más tiempo en ese camión del averno soportando ir sentada en un espacio tan pequeño e incómodo para dormir y para desgracia, soportar las carreteras irregulares de las zonas de tierra.

-¡Al fin!- Exclamó abriendo la puerta del copiloto y saliendo a tomar aire fresco de la mañana, aún junto al camión.

-Pero...¿Qué hace señora? Aún faltan un par de manzanas antes de llegar al casino. -Le preguntó un zorro polar que iba en el asiento de atrás.

Los otros dos la vieron con la misma cara de interrogación y su chófer también.

A pesar de que habían estacionado a orilla de un parque común, una bocina sonó detrás de ellos, perteneciente a un auto en dónde venían cinco zorros y un lobo más. En total la acompañaban ocho zorros y dos lobos, árticos todos.

-Iremos caminando hasta allá, no quiero levantar sospechas- Subió la cremallera de su chaqueta y se enrrolló la bufanda, tomando su bolso. Estaba harta de ir sentada y sus piernas le dolían- Sólo límitense a seguirme a una distancia prudente.

Asintieron, abrigándose bien y ocultando sus armas en la cintura.

El clan felino se caracterizaba por ser una bola de gatos endemoniados, siempre a la defensiva y totalmente agresivos al mínimo movimiento extraño, así que era preferible tomar precauciones.

Subió a la acera para que la vieran desde el otro vehículo e hizo varias señas a los pasajeros: Caminarían hasta el sitio y ellos debían llevar los autos en una posición adecuada. Llamaría a dar órdenes cuando conviniera.

Dado su mensaje, le respondieron. Uno de los zorros salió del carro para tomar el lugar del lobo cuando Kitty partió acompañada por el resto.

Todos tomaron diferentes rutas alrededor del parque y las aceras al otro lado pero siempre custodiándola con la mirada.

"Muy bien."

Kitty caminó con toda la naturalidad del mundo, sosteniendo su bolsa y sonriendo de vez en cuando a algún animal deseándole un buen día, como cualquier cívil que va camino a cualquier parte en esa enorme cuidad. Echando un vistazo a varios puntos.

Compró un capuchino y una dona glaseada en una mini cafetería de una simpática anciana y más adelante, luego de cruzar el semáforo, el diario de ese día.

-Mmmhh...no ha ocurrido nada interesante en este lugar-Hojeaba el periódico al andar, cuesta abajo y sorbiendo su café.

Las noticias de esa madrugada serían historia del mañana.

Ya casi llegaba cuando le dio un mordisco a su dona y de inmediato la escupió, sabía horrible.

-¡Puaj...!-Exclamó limpiándose el hocico, aún degustando el mal sabor.-¡Vaya basura!- Por fuera se miraba deliciosa pero el pan no era nada agradable. Buscó un basurero para botarlo.- Una estafa total.- Lo tiró con fuerza junto al periódico- Podría darle clases sobre repostería a esa tonta...

Ella sí que era una excelente cocinera y hornear pasteles era una de sus aficiones favoritas, aparte de repartir balas y componer música.

-Apuesto a que Nick lo habría odiado igual...-Se sacudía las garras al decir aquello, reaccionando de inmediato al borrar la sonrisa de su rostro.

Maestros del engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora