capítulo once

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Maraton 2/3

-se me hace muy cool que tengas un pedazo de metal incrustado en la cabeza, sos como Civil War,  el amigo del capitán América. Te voy a prometer algo. La persona que te hizo esto la va a pagar con su vida. Esto no va a quedar así. Nadie le hace nada a nosotros jamás.- beso su mano. Toca la puerta una enfermera de unos 20 años

Tenía el cabello castaño, ojos verdes y buenas curvas.

-vine a cambiar el suero -dice un poco tímida.
Hace lo que tenía que hacer y antes de que se vaya la llamo.

-¿qué es exactamente lo que tiene?

-tiene el cráneo fracturado, puede causar consecuencias muy graves- mi corazón se paró -es una pena, es muy joven y... guapo. Si tiene suerte va a salir ileso. Pero si no es así puede llegar a perder la memoria, paralizarse total o parcialmente el cuerpo  y en los peores casos perder la vida. Lamentablemente aun no esta estable.- asiento -es más fácil decirle esto a usted que a sus padres. Ahora si me voy, si necesita algo avisame.

-bueno, gracias. -ella se va.

-es exactamente lo que no te va a pasar Alexander. Sos un León en todos los aspectos. Vas a salir de esta y de miles más. -lo observo- es linda tu enfermera. Cuando despiertes vas a ser todo un galán y la vas a llevar a la cama. Yo lo digo y lo declaro hombre. Se me hace muy raro no oírte decir pelotudeces, pero sabes que a fin de cuentas no voy a llorar ahora, sé que sería al pedo porque vamos a terminar riéndonos. ¿Para que llorar si vamos a terminar riendo? sería muy incoherente hacerlo. -era horrible hablarle y no obtener respuesta. -gracias a vos no estoy sola. Sos el único que me ve siempre y me cuida, a su manera pero me cuida. Te necesito conmigo. Sabes... Me acuerdo cuando quede internada porque me habían operado del apéndice. Comiste tanto chocolate para intoxicarte y así ir a verme que quedaste internado más días que yo. Te amo tanto. No te lo digo casi nunca pero lo hago...

Luego de un rato me despedí de él.

Hoy iría a Rusia, no quería estar más acá. Me dolía mucho que mi hermano no pueda estar bien y no pueda vivir como lo haría alguien de su edad.

De camino a casa estacione en un bar. Necesitaba beber algo. Me saque la peluca y el gorrito y camine hacia ahí.

Más de uno comenzó a silbar en cuanto ingresé.

Me siento en las bancas que están frente a la barra, estaba muy cansada como para esperar en una mesa a que me atiendan.

Un chico joven me sonríe y me atiende.

-Hola, ¿Que haces acá?

-quiero beber duh. Dame lo más fuerte que tengas.- él asiente y luego me lo da. Era una botella de algo que no conozco.

-no es un lugar bueno para vos.- ¿el que sabía?

-¿para mi? ¿me discriminas por ser mujer?- comienzo a reír.

-no, no lo tomes así-se apresura a decir- no fue mi intención ofenderte. No soy machista.

-¿entonces? -él se arrima en la barra para hablarme al oído

-todos acá están locos y son muy... acosadores con chicas tan delicadas como vos. -vuelve a su postura.

-esta bien. Pero no soy delicada. Para nada.

-bueno. Pero sos hermosa. -se va y atiende a otras personas.

Siento que alguien se sienta junto a mi. Era un hombre de unos 40 años, tenía un olor a cigarrillo y alcohol insoportable. Pone una mano en mi regazo y enseguida le pego.

-que nena mala.

-que estúpido

-no te hagas la difícil. Te pago lo que quierasssss.-Estira la S siguiendo con la mirada mis piernas.

-no me hago. Soy. Y para tu información tengo mucha plata. -le doy el primer sorbo a mi bebida.

-pero estoy seguro de que no experimentaste el placer que sólo yo puedo darte. -dé sólo pensar en eso me agarró náuseas. Pero sin embargo sonrío con malicia y asiento

-bueno. Vamos afuera. - dejó el dinero y salimos ambos del lugar.

Una vez afuera lo conduzco a un callejón. Él enseguida se acerca a mi pero yo lo esquivo y comienzo a pegarle. Tenía que descargarme y este tipo era una perfecta bolsa de boxeo, necesitaba esto.

En ocasiones él quiso devolverme los golpes pero no podía, yo los esquivaba a la perfección.

Cuando cae al suelo ya rendido me paro frente a él, estaba sosteniéndose la nariz porque le sangraba.

-Tenias razón.

-¿con que?- comienza a levantarse

-con que ibas a generarme placer

-maldita zorra.- lo miro y le doy una patada en la cabeza haciendo que caiga inconsciente.

-cuando quieras se repite bombón. La pase muy bien.- le digo y le tiró un par de billetes.- toma, para el taxi.

Salgo del callejón. Mi botella y yo caminamos hacia el auto, el mismo chico de las barra había salido y al verme se acerca.

-te fuiste de la nada.

-estaba golpeando a alguien -digo sincera y él asiente como si fuera un chiste.

-¿puedo invitarte a cenar?- Dice de repente

-no me conoces

-pero podría. Si queres.

Lo pienso unos minutos, un poco de distracción no me vendría nada mal.

-esta bien, pero con una condición.

-¿cuál?

-yo te paso a buscar -él sonríe.

-me gustan las chicas con iniciativa.

-a mi me gustan los fideos con tuco.  ¿dónde vivís?

Me da la dirección y pactamos el horario. Nos saludamos brevemente y cada quien se va  por su lado. Espero pasarla bien...


Amores, no se si llegue a terminar el maratón. Estoy cansada. Pero si no lo subo ahora lo subo mañana si? Ahora me siento muy mal, me duele mucho la cabeza. Espero que entiendan.

Gracias por leer, los amo ❤😙

MARCADOS POR SANGRE #2 [Completa Y En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora