Capitulo 18

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Hola mis amados lectores ando tan contenta porque el capítulo anterior ha sido de mis favoritos y aparentemente, les gustó mucho. Este fin de semana mi hermanita cumple quince años así que probablemente, dedicado a ella haga un OS estense atentos la otra semana.

Como los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Capítulo 18. Compañeros de dolor

Homura no había tenido la vida de ensueño. Se podría decir incluso que su vida había sido lo más cercano a una pesadilla.

La muerte de sus seres amados, violencia de todo tipo, desapego emocional y carencias siempre fueron parte de su vida. El dolor era como el cruel recordatorio de que todo era real. Lastimosamente real.

Una vida miserable que solo por cobarde es que nunca se había animado a terminar. Seguia sin comprender que fue lo que la mantuvo viva y cuerda tantos años en ese infierno. A veces cree que podrían ser los recuerdos. Los dulces recuerdos de la gente que la amo y a quienes amaba, la gente que hizo su vida feliz, claro mientras duro.

Ahora en su nueva vida todo se sentía tan único.

Jamás en su vida había tenido amigos.

En esa vida siempre había gente con malas intenciones o egoístas que velaban por sus propias ambiciones. Aun así quería desesperadamente conocer a esa gente que se apoya entre ellos en las buenas y en las malas. Lo había visto montones de veces en diferentes personas. Personas horribles tenían gente a sus lados, incluso esas personas no estaban solas. Mientras ella, solo anhelaba tener por lo menos algo parecido.

Ahora que lo tenía no cabía en felicidad.

Tantas personas valiosas que la quieren y la apoyan, tantos momentos de felicidad y diversión. Un trabajo, una nueva casa muy bonita y pacífica, amigos, tantos amigos. Incluso ahora tenía amigas mujeres. En el ambiente anterior las mujeres estaban tan rotas que preferían romper a otras, si eso significaba salvarse un poco a ellas mismas, otras más llegaron al extremo de disfrutar el dolor de los demás. Era algo muy triste de ver. Era desesperanzador.

Quería tener amigas mujeres como las demás chicas normales.

Una pijamada, salir de compras, tomar un café con las amigas, hablar de ropa, accesorios, maquillaje y zapatos; maquillarse y peinarse unas a otras, tener una charla de chicas hasta la madrugada, llamarse cuando algo interesante ocurriera, cosas que solo las mujeres se pueden contar entre ellas.

Sueños tontos eran donde se escapaba de su horrible realidad y conseguía una vida hermosa y tranquila.

Una vida como la que tiene ahora. Incluso había tenido una pijamada con mujeres y había disfrutado de todas esas cosas. Todas las cuales habían sido gracias a su salvador.

Todo gracias a Karamatsu.

Él le había dado más que un lugar donde vivir y un trabajo, le dio una nueva oportunidad de vivir una vida digna.

Ahora tenía una hermosa meta de vida. Ser algún día, tan buena cafetera como Kara, para poder apoyar a la gente con un placer tan simple y complicado como el café. El francés parecía tener poderes mágicos. Además de su gran habilidad en el café este también gozaba con muchas habilidades que lo convertían en la definición de un hombre capaz del éxito. A pesar de poder ir por ambiciones más grandes, Karamatsu comprendió que en la vida hay cosas que te hacen más feliz que tener placeres económicos y status social. Lo que vale en la vida es aquello que te haga feliz, aquello que te llene de dicha el alma, algo que te de la verdadera felicidad. El extranjero había huido de una vida llena de comodidades pero totalmente llena de exigencias y crueldades, buscando una vida más sencilla y dichosa.

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