Capítulo 7

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Hola mis amados lectores mi teclado oficialmente me odia, aun ando batallando y para colmo me volvieron a contagiar por lo que me enferme de nuevo, maldición me tocara ir a un internet para terminar esto toda mala.

Como siempre los invito a leer mis demás trabajos, y a comentar siendo respetuosos.

Disfrútenlo

YYY

Capítulo 7. Inicio de las clases

Karamatsu adora ayudar a la gente así la mayoría crea que su ayuda no es precisamente indispensable o deseada. Jamás le ha importado eso si con su apoyo puede hacer felices a los demás, mismo motivo por el que para él era tan importante preparar café. Cura almas y devuelve alegrías. Vaya si era algo hermoso a lo cual dedicarse.

Muchos lo creían loco por pensar así.

Osomatsu opinaba que era un idiota iluso, más aun así estaba de acuerdo en que su elección había sido muy correcta, claro a su amigo le hubiera gustado aún más que finalmente persiguiera su principal sueño pero consideraba que esto era mejor que dejarse manipular como antes.

Se sentía pleno al poder ayudar a otros.

Nunca había hecho algo más que quitarles algo de estrés, aunque le habría encantado llegar más profundo, y al final así fue. Con Ichimatsu llego más lejos que con los demás. Y poco a poco lo ha cautivado esa transformación de un gatito tan triste a uno más relajado. Pensó que con apoyarlo a él ya era más que suficiente y que se trataba de un evento único del destino, sin embargo la vida le puso enfrente a la nueva alma en pena que debía apoyar: Homura-chan.

Cuando la vio ahí sentada llorando, con una expresión lúgubre y sin vida supo entonces que algo muy malo le había pasado aquella chica, no tendría una expresión tan sin espíritu si ella no estuviera atravesando por algo grave, se preocupó aun peor cuando noto la resignación tan tajante en su mirada, del tipo de resignación que uno solo nota cuando la persona pierde toda motivación y esperanzas, incluso todo deseo de vivir.

Aterrado de que la chica se fuese mientras hacia el café, decidió distraerla, para lo que llamo a Jyushimatsu. Ese hombre alegre y positivo, era justo el tipo de compañía que necesitaba esa mujer, además que el chico alegre se mostró interesado en ella.

Aquello salió a la perfección.

Jyushimatsu desde que se le acercó la hizo sentir apreciada al ser tan amigable con ella y ella con lo encantadora que es se ganó el aprecio y la simpatía de los presentes, considerándola alguien de buen corazón. Pero muy rota. Cuando noto como le había regresado el alma al cuerpo y el rubor ligero a sus mejillas supo entonces que no había ya tanto peligro, sin embargo nada lo preparó para que ella le pidiera convertirla en su aprendiz. Prácticamente nadie había considerado genial su trabajo o su forma de vida, sus padres mismos decían que su abuelo era un "viejo ridículo" al pensar como pensaba sobre el café y más aún cuando lo comparaba con arte.

Ni siquiera Osomatsu creía que su vida fuese envidiable. Ni su prima, siendo la otra alumna de su abuelo, soñaba con dedicarse al negocio familiar.

Ahora de la nada aparecía una muchacha hermosa y triste, y le pedía algo así, tan a la ligera, pero en sus ojos hubo tanta ilusión y dicha, que simplemente no tuvo el corazón para negarse. La gente solía decirle que ante una doncella en peligro era un gran tarado manipulable. Lo que la mayoría de la gente no sabía era que ante un chico adorable en peligro era aún más tarado. El punto es que terminó accediendo a todo esto. Y así es como llegamos a este instante donde está en su cafetería con Homura hablando con ella sobre la importancia de la observación. "Sans le don de l'observation vous ne saurez jamais qui a mis essentiellement votre création*"

âme passionnéeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora