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Desperté en el mismo rincón donde me quedé dormida, temblé inconscientemente, empezaba a hacer mucho frío aparte de que está nevando fuera, solo tengo la ropa con la que me trajeron aquí. Jadeé y me senté adolorida, las caderas me están matando, miré alrededor pero eran solo cuatro paredes y un piso de madera helado, abracé mis rodillas, sentía mis ojos realmente cansados así que los cerré reposando por el silencio que había en el sitio.Dí un pequeño saltito al oír el pestillo de la puerta, me abracé con más fuerza y miré al azabache entrar a la habitación, lo miré fijamente.

- A mi no me mires así mocosa. -masculló con voz grave. Entró con una mano es su espalda a lo que me revolví nerviosa ¿Acaso me matará o algo por el estilo? dio unos pasos acercándose un poco a mi para tirarme una bolsa del Macdonals. - Come. -lo miré expectante por unos segundos, decidí no responder y no tomar la bolsa. - ¿Que esperas maldición? ¿Que te lo de en la boca? -jadeé y tomé el paquete dubitativa. El azabache suspiró y salió de la habitación dejando la puerta entreabierta, pensé por unos segundos en salir corriendo, pero, con este dolor apenas me puedo levantar y no creo que esto esté así de solo, seguro apenas salga alguien me recibirá con un tiro entre ceja y ceja. Me sobresalté al ver que el hombre volvió con una silla la cual colocó en la esquina de la habitación, cerró la puerta y tomó asiento encendiendo uno de sus cigarrillos.

- ¿Aún no comes? Tch, que lenta... -fruncí el ceño levemente, abrí la bolsita observando una hamburguesa y patatas fritas, mordí mi labio ante el apetito que me entró, saqué la comida y empecé a comer con pequeños bocados. Observaba de vez en cuando al hombre que tenía su mirada fija en mí incomodándome.

Terminé de comer y dejé la bolsa a un lado, una vez hecho esto él se levantó y tiró la colilla del cigarro en el suelo apagándola con su bota negra estilo militar, me dedicó una mirada fugaz que se juntó con la mía.

- ¿Tienes frío? -asentí lentamente ante su pregunta a lo que no dijo nada más y se acercó a mi a paso pesado me encogí aún temblando pero esta vez de miedo. Me cogió con fuerza de la barbilla acercándome a su rostro me miró a los ojos por unos segundos antes de tirarme al suelo, me quedé unos segundos recuperándome del golpe y me tensé al oír la correa de su pantalón, miré de reojo pero la correa rodeó mi cuello, jalándome y ahorcándome un poco apegándome contra su pecho.

- ¿Por qué no gimes? .... -gruñó en mi oído a lo que me tensé, mi garganta estaba hecha mierda, apenas si podía hablar. Metió su helada mano por debajo de mi camiseta y rápidamente pellizcó uno de mis erizados botones.

- ¡Ah! -logró salir de mis labios y este se revolvió, sus labios se posaron en mi cuello mordiendo hasta dejar marca, seguí soltando chillidos mientras mis piernas temblaban. Sentí una erección en mi trasero a lo que mordí mi labio poniéndome nerviosa. Bajó mi pantalón con una de sus manos mientras sostenía el agarre de la correa con la otra, oí el roce de sus pantalones bajándose a lo que jadeé ansiosa, se posicionó para entrar en una estocada, no pude evitar soltar un pequeño grito, ajustó la correa colocándola como si fuese un collar de perro en mi cuello, la soltó y caí hacia delante recargándome en mis manos, dejó una sonora nalgada antes de empezar a embestirme como ayer, reposé mi torso en el frío suelo soltando pequeños gemidos. Sentía como se aferraba a mis caderas con fuerza, me dolía un poco pero era pasajero, en un momento dado sentí como iba a correrme, alcé mi cuerpo del suelo recargándome en mis brazos.

- ¿Vas a correrte? -preguntó me dio pánico responder pero intenté mirarlo de reojo mientras mordía mi labio, este jadeó y agarró mi cabello con fuerza deteniendo sus embestidas dejándome en la puerta del climax. Me revolví suplicante. - No seas tan perra... -salió de mi y me tiró nuevamente al suelo, me puso boca arriba y agarró mis piernas juntándolas para luego entrar de nuevo esta vez más profundo.

- ¡Ahh! -tiré mi cabeza hacia atrás.

- Maldición... -gruñó apegando mis rodillas contra mi pecho mientras embestía con fuerza, en esta posición lo podía sentir demasiado bien y no pude evitar chillar. Miré su rostro, tenía los ojos cerrados con fuerza y los labios entreabiertos, no había notado la fineza de su rostro.

- ¡Ahmhg! -grité al llegar al clímax. Este segundos después salió de mi y soltó todo sus fluidos sobre mi, me miró levemente jadeante antes de cogerme con algo de fuerza y quitarme la correa de mi cuello sin delicadeza.

- Ahora vuelvo. -masculló arreglando su pantalón y salir de la habitación con su pesado andar.

Me quedé mirando la puerta mientras jadeaba un poco.



Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora