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Exhalé el aire tenso de mi cuerpo, él estaba acostado en medio de la cama con Dylan sentado en su pecho mientras el pequeño jalaba las mejillas de su padre.

- Auch, maldito mocoso. –el niño rió pero luego me miró, siendo imitado por Rivai.

- R-Rivai. –mascullé ahogando unas pequeñas lagrimas, este puso a nuestro hijo a un lado para luego levantarse y pararse frente a mí. He ahí lo que me consumía la cabeza, que le pasara algo, tenía una herida en el labio y cojeaba un poco. Este me estrechó entre sus brazos, me escondí en su cuello evitando llorar.

- No llores tonta. –y como por arte de magia empecé a llorar. – Joder. –aspiró profundamente mi cabello hundiendo su nariz en este. - ¿Por qué hueles al maldito cejón?... –preguntó sereno, me reí suavemente ante la carcajada de Hanji, no separamos y la castaña se puso a su lado.

- Tú mira enano, este es mi regalo de noche de bodas. –le enseñó la foto que nos tomó esta mañana, me tensé. Erwin venía saliendo del ascensor justamente.

- Oye Erwin. –le llamó Rivai y este le miró atentamente parándose cerca de nosotros – Tu y yo tenemos que tener una pequeña charla... -masculló entre dientes a lo que Erwin sonrió.

- ¿Te parece si salimos un rato Hanji? Trae al pequeño Dylan también. –miré su sonrisa traviesa con un sonrojo en mis mejillas.

- Me parece bien. –comentó Hanji buscando a mi hijo. - ¿Quieres ir a comer algo pequeño Dy? –este le sonrió a la mujer.

- ¡Sí! – estos se despidieron una vez más antes de irse y dejarnos solos.

- ¿Me extrañaste? –mi mirada se detuvo en sus ojos grises.

- Me estaba muriendo. –confesé mirando el suelo molesta, este me tomó de la mano jalándome dentro de la habitación para luego cerrar la puerta detrás de mí y acorralarme contra esta, no dijo nada pero sus ojos sí hablaron. – Te necesito... -mascullé entre dientes a lo que él sonrió muy levemente.

- Y yo a ti. –juntó sus labios con los míos en un beso que ambos necesitábamos, me aferré a su chaqueta y el a mis caderas, nos separamos levemente para jadear sobre los labios del otro. – Joder como hace frío aquí... -sonreí antes de unirnos en otro beso y caminar a ciegas hasta dejarnos caer en la cama más cercana donde cayó sobre mí, se separó levemente a lo que aproveché para acariciar la herida de su boca. Este se separó más para mirarme a los ojos poniendo su mano sobre la mía.

- Me duele. –confesó, hice una mueca colocando mis manos en su pecho y dándole la vuelta para quedar sobre él, este soltó un gemido adolorido por eso.

- P-Perdón. –negó con la cabeza colocando sus manos en mis muslos mirándome detenidamente, yo me acerqué a su labios dejando suaves besos, luego en su nariz, en su frente, su barbilla y por ultimo de nuevo en sus labios, este cerró sus ojos relajándose, sonreí levemente antes de rozar mis labios por su cuello, sintiendo como su respiración se descontroló de golpe, mordisqueé suavemente su piel sacándole un jadeo. Sus manos se movieron a mi trasero donde masajeó ansioso.

Y así todo subió de tono. Nos quitamos toda la ropa para quedarnos jugando con nuestras lenguas en medio de la cama.

- Voy a empotrarte contra la maldita cama... -gruñó en mi oído haciendo que gima ansiosa.

- R-Rivai... -sus manos agarraron mis caderas acercándome a su erección, para luego entrar de una estocada dentro de mí. - ¡A-Amhg! –lo miré a los ojos y este me devolvió la mirada, dejó un sonoro beso en mis labios antes de empezar a mover sus caderas intentando meterse completamente dentro, y lo logró colocó mis piernas en sus hombros y se inclinó sobre mi juntando sus labios con los míos para dejar descansar sus caderas una vez estaba completamente dentro de mí. – A-Ah, j-joder... –respiré por la sensación este jadeó sobre mis labios antes de moverse de manera rítmica a mis gemidos. Rasguñé sus brazos cerca del orgasmo, pero se detuvo, salió de mí y me dio la vuelta completamente revitalizado por el libido. Dejó un sonoro beso en mi espalda antes de meterse dentro una vez más para embestirme con más facilidad. Yo me aferré a las sabanas y escondí mi rostro entre estas ahogando los gritos placenteros.

- Mnhgn... -se dobló hacia delante pegando sus labios en mi oído. – Tengamos otro hijo... -gruñó agitado y yo mordí mi labio ahogando un chillido.

- T-Todos los que tú quieras... -respondí y sentí su sonrisa en mi hombro antes de continuar con sus bruscas embestidas, la cama golpeaba la pared acompañando a nuestros sonidos eróticos. – A-Amhg, m-me vengo... -dejé mi torso reposar en la cama mientras Rivai me hacía llegar en pocos minutos. Salió de mi interior y se acostó frente a mí para acercar mis caderas a él y levantarme una pierna metiéndome rápidamente su polla. En esa posición solo se movió lentamente, mientras me besaba con pasión.

- Mmhg... -se separó levemente para mirarme a los ojos. – Te mojaste bastante así... -mordí mi labio, mirándolo a los ojos, se siente muy bien de esta manera.

- N-No pares... -enredé mis dedos en su cabello mientras él se quedó concentrado en su paulatino movimiento de caderas me centré en besar dulcemente sus labios entreabiertos, él no seguía el beso, solo disfrutaba la manera en que acariciaba su pequeña herida. Jalé suavemente con mis dientes su labio superior sacándole un jadeó.

- V-Voy a... -gruñó cerrando los ojos mientras sus manos agarraron mi trasero hundiendo su polla más dentro de mí.

- U-Uhgnm... -rasguñé su espalda al sentir como me llenaba de su semilla. Respiramos agitados mirándonos a duras penas a los ojos.

- No tienes idea... -jadeó intentando recuperar el aliento. – La falta que me hacía tenerte... -me besó detenidamente, yo rodeé su cuello con mis brazos intensificando el beso.

No quiero que se acabe este momento...

Pero sip, se acabó.

Nos separamos para vestirnos, a lo que pude detallar los moretones que tenía en su cuerpo. En la zona de las costillas, en su abdomen y uno en la espalda, sin hablar de los roces rojizos de sus brazos.

- R-Rivai... -mascullé mirándolo con preocupación este me sonrió levemente terminando de abrochar su cinturón.

- Estoy bien... -me dio un suave beso que intentaba tranquilizarme, suspiré levemente mirando a otro lado. – Mira, solo termina de vestirte para poder comerte esa boca tranquilamente... -me gruñó y yo no pude evitar soltar una sonrisa boba. Terminé de colocarme la ropa abrigada que él miró con cierto disgusto.

- ¿Qué pasa? –ese chasqueó su lengua.

- Extraño verte cuando solo usabas mis camisas. –se acercó agarrándome de las caderas para mirarme a los ojos, me reí atontada.

- Te la pasabas viéndome el trasero. –me quejé y él asintió.

- Es mi pasatiempo favorito. –confesó dejando un beso en mi cuello.

- M-Mhg, pervertido. –se separó dejó un suave beso en mis labios.

- Vamos, quiero besarte un buen rato... -me empujó suavemente al sofá donde se sentó y yo me senté en su regazo para luego retirar mi cabello de mi rostro y juntar mi nariz con la de él antes de empezar un lento beso con sonidos húmedos y eróticos, su mano recorrió mi muslo hasta agarrar mi cadera con fuerza moderada. Así estuvimos por un buen rato disfrutando del otro como tanto nos hacía falta.

Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora