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- P-Permiso, aquí tiene amo. -avisé antes de entrar con las pastillas y un vaso de agua, él tardó unos segundos en posar su mirada en mi. 

- Ven acá. -me paré a su lado. - Suelta esa mierda. -gruñó y obedecí rápidamente colocando las cosas en la mesita de noche. - Arrodíllate. -obedecí, este me miró fijamente a los ojos antes de empezar a hablar. - ¿Que hacías sola con Erwin? -negó con la cabeza. - No, mejor... ¿Por qué coño le abriste? -lo miré con nervios.

- E-Es que yo... Él me dijo que abriera que h-hablaría con usted... -él restregó su entrecejo.

- ¿Y por que coño estaban asol... -suspiró. -¿Qué te hizo? - me sonrojé levemente ¿Debería decirle? - ¿Qué coño te hizo? -aumentaba el tono de su voz mostrando furia en su mirada.

- A-ah.. É-Él d-dijo que quería preguntarme cosas... -Rivai frunció el ceño.

- ¿Que tipo de cosas? -me interrumpió antes de hablar. - Eso no me importa ¿Te tocó? -me sonrojé un poco más recordando el beso. 

- N-No señor. -fruncí mis labios. 

- No me mientas. -respiró pesadamente antes de dedicarme una mirada muy fría. - Me das asco, hueles a él. -abrí mis ojos sintiendo una punzada en mi pecho.

- Y-Yo... -este miró al frente.

- Quítate ese olor antes de que se me olvide que tengo el brazo jodido. -me quedé tensa. - No me importa desangrarme pero los voy a matar a los dos. -jadeé levantándome.

- P-Perdone amo.. -mascullé rápidamente antes de corretear fuera de la habitación. Me recosté de la puerta para suspirar con nervios, mordí mi labio antes de irme a duchar, me puse la pijama que me encontré, era un suéter rosa pálido y un short corto ajustado del mismo color, era muy cómodo. Peiné mi cabello con mis manos y salí, mordí mi labio ¿Será que él quiere algo? Miré la puerta de su habitación por unos segundos antes tocar dubitativa. 

- Pasa. -suspiré antes de abrir la puerta lentamente. -¿Qué quieres? -bajé la mirada ante su tono extremadamente seco.

- Q-Quería saber si usted... Necesitaba algo... -lo miré a duras penas y este me miró de reojo. 

- Hazme la cena. -ordenó y yo mordí mi labio.

- Y-Ya le prepararé algo. -cerré la puerta y caminé a la cocina. Preparé algo medianamente rápido y se la puse en una bandeja con una taza de té. Toqué un par de veces y entré al oír un pase. Lo miré por unos segundos antes de dejar la bandeja en su regazo. -A-Aquí tiene amo. -él me miró por unos segundos.-

- Arrodíllate. -obedecí respirando con algo de dificultad. - Mira, aléjate de él. -lo miré. - No malinterpretes nada, solo te estoy advirtiendo que es un maldito sádico. -lo miré confundida, no lo parece realmente. Este suspiró ante mi expresión. - Vaya que eres tonta. -bajé la mirada sintiendo mis mejillas arder. - Mira, me preocupo por ti, si sigues buscando mierda con ese tipo, vas a morir. -lo miré con una mueca. - No esperes que te diga el por que, porque no lo voy a hacer.  -bajé la mirada. - ¿Qué hacías con él? -preguntó en un tono neutro, yo miré a otro lado.

- A-Al principio s-solo lo dejé entrar... Y-Y luego e-empezó a preguntarme cosas y... -respiré hondo.- Me besó. -Rivai la miró detenidamente.

- Me haces el favor de alejarte de él. -gruñó, lo miré.-  Tu eres solamente mía... ¿Te queda claro? -asentí.

- S-Sí amo. -me levanté. - B-Buen provecho. -este se dedicó a mirar su comida, bajé mi rostro y salí de la habitación.

...

Al día siguiente me duché y me coloqué una camiseta de mangas hasta los codos blanca y negra con unos shorts cortos de talla alta negros. Salí de la habitación caminando de inmediato a la de Rivai, mordí mi labio ¿Y sí está durmiendo? Toqué la puerta suavemente. 

Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora