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- ¡¡¡¡WOOAH LINDA _TN-CHAN!! -Hanji saltó a mi rodeándome con sus brazos y apretándome con fuerza.

- ¡¡P-Por favor pare!! -me solté de su agarre como pude para luego mirar al rubio detrás de ella. - S-Señ...  Buen día. - este me sonrió levemente.

- Buen día. -entró y se paró junto a la castaña.

-  Enaano... ¿Qué te pasó? - este chasqueó su lengua. - ¿Estabas distraído acaso? Es raro en ti. -él miró a otro lado.

- No te incumbe. -me miró. - Prepara algo niña. -demandó con voz firme.

- S-Sí señor... -correteé a la cocina en donde comencé a preparar las tazas de café y la de té. 

- Dijiste que... Habían más de los esperados ¿Cierto? -Rivai le dedicó una mirada fría al rubio antes de responder su pregunta, este sonrió por ello.

- Seh... -se sentó en el sofá a mirar por el balcón.

- ¿Habrán detectado las infiltraciones en la red?... -murmuró para él mirando lo mismo que el azabache.

- ¿Estás queriendo decir que no hago bien mi trabajo? -gruñó Rivai mirando de reojo sus ojos azules, este parpadeó mirándolo de vuelta.

- No... ¿De que estás hablando Rivai? Eres el mejor hacker que conozco. ¿Por qué crees que lo dudo? -la mirada que le dedicó era más fría que la noche. - ¿Mhg? -entreabrió sus labios sabiendo el por que de su enojo.  

- Oigan, oigan... Lo importante es que cumplimos con la fecha de entrega a tiempo... ¿Cierto? -se tiró en el sofá al lado de Rivai.

- Te quitas o te quito -gruñó el azabache.

- vale... -se levantó inflando sus mejillas y sentándose en el mueble desocupado frente a él.

- ¿Por qué tan serio... Rivai? -preguntó Erwin con una sonrisita traviesa. Terminé las bebidas y las llevé en su respectiva bandeja dejándola en la mesita de cristal. - Muchas gracias _tn... -abrí mis ojos y lo miré por unos segundos, hace tiempo que no oía un ''Gracias'' su mirada se cruzó la mía y mis mejillas ardieron así que solo bajé la mirada. 

- N-No es nada. -respondí y me devolví a la cocina. El azabache seguía mirando fijamente al rubio. Hanji empezó a hablar con Rivai el cual le oía por encima, Erwin tomó un sorbo de café antes de levantarse.

- ¿A donde vas? -demandó Rivai. 

- A decirle algo a _tn... -contestó burlón, el azabache tuvo un tic en el ojo.

- Cualquier duda o petición que tengas puedes hacerla AQUÍ FRENTE A TODOS.... -hizo una pausa, hablaba entre dientes con la mandíbula tensa y apretando sus puños. -Sin necesidad de ir asolas con ella. -este sonrió sereno.

- Es que me gusta más estar asolas con ella. -abrí mis ojos ante su respuesta, Rivai se levantó bruscamente.

- ¡Ahora si te mato cejón!... -exclamó y Erwin sonrió ladino pero Hanji intervino.

- ¡Ya paren! -todos la miraron. - ¡Tu Erwin, deja de ser tan hijo de puta! ¡Y tu Rivai, contrólate enano impulsivo! -respiró hondo. - ¡Saben perfectamente que si se empiezan a matar yo me llevaría a _tn a mi laboratorio y no la vuelven a ver jamás! -confesó y me quedé helada. - Y... Tampoco me gustaría ver como dos de mis mejores amigos se matan a balazos. -miró a Rivai y luego a Erwin. - Ya enserio Erwin ¿Que haces con un arma tan grande? -este arqueó una ceja.

- ¿Qué arma?

- Esa de ahí... la de tu.... -frunció sus labios.- O-Olvídalo. El punto es que... -Rivai suspiró sentándose nuevamente para coger su taza. 

- Ya cállate cuatro ojos... -bebió su té intentando calmarse un poco. Todos volvieron a sentarse en sus asientos terminando sus bebidas. 

- Bueno. -Erwin se levantó. - Nos retiramos, ya te avisaremos de algún trabajo cuando te mejores. -Rivai asintió sin dedicarle la mirada.

- Nos vemos enano. -me miró. - Adios _tn-chan. - me guiñó un ojo y me sonrojé levemente.

- A-Adiós... -despedí para ambos. Salieron de la casa y miré a Rivai el cual miraba fijamente el suelo pensativa, me acerqué a él dubitativa para coger la bandeja.

- ¿Qué...-masculló, lo miré. Suspiró y me miró. - Ven acá. -me paré frente a él, y me crucé con sus ojos grises. - ¿Qué hizo él para que te pongas así de estúpida cuando lo ves? -lo miré levemente sorprendida. - ¿Qué? ¿Te besó? -con su mano sana me jaló de mi brazo para que cayera sentada sobre su regazo, su mano se detuvo en mi cuello donde apretó moderadamente apegándome contra su cuerpo. - Yo me muero por besarte. - me estremecí ante sus palabras que soltó sobre mi oído.

- H-Hágalo... -se tensó. - P-Por favor béseme... -su mano terminó en mi barbilla donde la giró para quedar frente a frente a su rostro, nuestra respiración se mezcló y mis latidos se aceleraron, miré sus ojos y él los míos para luego juntar lentamente sus labios con los míos. Me puse nerviosa, su mano se detenía delicadamente en mi barbilla sosteniéndola sutilmente, ninguno de los dos se movía, simplemente un suave roce que para mi era perfecto.

Al cabo de unos largos segundos nos separamos lentamente para mirarnos a los ojos. 

- ¿Es eso? -mi rostro estaba rojo y solo bajé la mirada. - M-Mierda... -gruñó entrecortado mirando a otro lado. 

- Q-Quítate

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- Q-Quítate... -ordenó en un gruñido torpe, mordí mi labio y obedecí de inmediato.

- C-Con permiso... -dije agarrando la bandeja y caminando a la cocina. Él se mantenía recargado de su brazo saludable con mano cubriendo la mitad de su rostro el cual estaba algo sonrojado mientras su mirada se perdía por el balcón. 

Me detuve en la cocina, fregué las tazas y suspiré suavemente recargándome de la encimera sin ninguna otra cosa en mente que ese tierno beso.

Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora