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- ¡¡Rivai!! -una castaña morena entró de un salto con brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja buscando abrazar al azabache el cual retrocedió y la esquivó en un simple y limpio movimiento.

- No me toques -esta bufó cruzándose de brazos. Seguido de ella entró un rubio alto.

- Rivai. -saludó cortés a lo que el nombrado lo miró.

- Erwin. -respondió antes de que la castaña comenzara a gritar.

- ¡OH MI DIOS! -me sobresalté un poco y los miré de reojo para luego dar un pequeño salto, la morena estaba justo a a mi lado mirándome fijamente con los ojos bien abiertos y un sonrojo en sus mejillas. - ¡¡Pero que monada!! -exclamó para luego apretarme las mejillas, gemí separándome sonrojada. - ¡¡Pero mira ese traje!! -ella jadeaba de manera extraña. - ¿Puedo quitártelo? -me sonrojé hasta las orejas y empecé a chillar cuando agarró la falda con intenciones de subirla.

- ¡N-No deténgase! - puso una cara rara mientras sonreía cada vez más.

- ¿Te puedo llevar a mi laboratorio? -jadeó a lo que la miré muy asustada.

- Aléjate de ella cuatro ojos, es mía. -gruñó el azabache y ella lo ignoró.

- Oye, oye... Venga, vente conmigo. - la miré aterrorizada ante su mirada carnívora. - Solo cortaré tu linda piel... -chillé cuando saltó hasta mí, la esquivé y corrí hasta el otro lado de la cocina, Rivai se paró en medio de ambas. - Rivai... ¿Me la prestas una hora? 

- Púdrete. -la castaña hizo una mueca y luego se paró recta. 

- Ahhh, que desperdicio. -caminó hasta la puerta donde el rubio los veía divertido. - No cuidabas tanto a la primera. -los miré curiosa mientras me paraba frente a la encimera a seguir cortando vegetales.

- A ti que te importa.- se encaminó hasta el sofá seguido de ambos que se sentaron en los muebles frente a este. - A lo que vinieron. - Erwin carraspeó la garganta para luego poner un maletín en la mesita de cristal. 

- Esto es solo un pequeño adelanto. -Rivai se revolvió interesado. - Dijeron que querían todo por partes... ¿Hanji te ocupaste de los órganos? -esta asintió enérgicamente. 

- ¡Sipirilipi! -me miró de reojo y rápidamente desvié la mirada. - Puedo ocuparme de los órganos de tu maid cuando quieras... -le hizo un guiño al azabache que tuvo un pequeño tic en el ojo.

- Cierra la maldita boca antes de que yo te la cierre a tiros. -esta rió.

- Bueno, volviendo al tema. Ya todo estaría completo, excepto tu parte. -miró a Rivai que asintió. 

- Ya me encargaré de eso ¿Para cuando es la entrega? 

- Para mañana en la noche. -el azabache chasqueó su lengua. 

- Está bien. -suspiró cerrando sus ojos para recostarse del espaldar.

- Oye Rivai...  ¿Tu maid está cocinando para nosotros? -preguntó la castaña aspirando el delicioso aroma sutilmente. 

-  No sí sigues con tu mierda de abrir gente. -esta frunció el ceño.

- ¡Venga ya! Pero como quieres que me controle con una chica tan linda ¿¡Cierto Erwin!? -este la miró de reojo.

- No... No me involucres en eso. -hizo una muy leve mueca de desagrado. Rivai se levantó de su asiento y se encaminó a la cocina con pasos pesados, me tensé y me encogí al sentirlo detrás de mi. 

- Me imagino que sabes hacer café... ¿Cierto? -me presionó las caderas contra la encimera a lo que gemí suavemente. 

- S-Sí señor... -mascullé nerviosa.

Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora