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Suspiré una vez más mirando al azabache.

Pasó una semana, una semana en la que solo me daba ordenes, le prepara sus tres comidas diarias y apenas si me dirigía la palabra. 

- U-Umgh.. ¿Amo?... -él se recargó del barandal del balcón, estaba mucho mejor de su brazo pero algunos movimientos bruscos le provocaban mucho dolor. - S-Su teléfono está sonando.-este alzó su cabeza, estaba de espaldas a mi.

- Déjalo. -hice una leve mueca.

- ¿Necesita algo? -este negó con la cabeza. Mordí mi labio antes de preguntar otra cosa.- ¿Está bien? -este tardó unos segundos pero luego me miró de reojo, me tensé, sus ojos fríos se posaron sobre los míos.

- No. -gruñó y luego se puso recto. - No estoy nada bien... -se acercó a paso lento a mi y yo solo me encogí. - Estoy deseando mejorarme de una maldita vez solo para cojerte con todas las fuerzas que tengo... -masculló entre dientes apegando su cara a solo milímetros de la mía.

- A-Amo... -gemí nerviosa este me miró unos segundos.

- ¿Sabes qué? Hagamos algo... -dio un paso atrás. - Siéntate en el sofá. -obedecí y me senté en medio del mueble negro juntando mis piernas con recelo. Él se sentó en el mueble aledaño a mi mientras me miraba fijamente. - Quítate las bragas... -traía falda, así que me levanté y fácilmente bajé mi ropa interior hasta retirarla. - La falda también. -obedecí retirándola. - ¿Traes sujetador? -negué nerviosa.

- N-No señor... -este asintió.

- Siéntate. -obedecí, apenas con esto ya sentía un gran calor en mi entrepierna. - Primero quiero que abras tus piernas. -lo miré roja. - Ábrelas. -ordenó en un gruñido y las abrí lentamente. - Tócate. -volví a mirarlo. - Tó-ca-te... -gruñó demandante, mordí mi labio ya bajé mi mano hasta mi intimidad en donde rocé con nerviosismo mi entrada. - ¿Estás mojada? -lo miré suspirando ansiosa.

- S-Sí amo. -por inercia mis dedos se movieron en círculos.

- ¿Que tanto? -ladeó su rostro levemente mientras me empezaba a calentar.

- N-No mucho... -mordí mi labio y él se echó un poco hacia delante. 

- ¿Y como te mojarías? -lo miré sonrojada. - ¿Que te gustaría que yo te hiciese para que te mojaras? -se levantó y empezó a caminar alrededor de mi. - Sé que te moja que te trate mal... -cerré mis ojos suspirando ante la sensación de mi entrepierna, moví mis dedos más rápido. - ¿Que tan rápido te vendrías si te lamo? -lo miré de inmediato suplicante. - ¿Quieres que te lama? -se paró frente a mi con las manos en su cintura mirando detenidamente mi acción. - Responde.

- S-Sí amo, s-sí me gustaría... -este ladeó su rostro y deslizó dos de sus dedos por mi frente hasta mis labios en donde se quedó quieto mientras me miraba a los ojos. 

- Chúpalos... -masculló entre dientes y yo obedecí metiendo sus dedos a mi boca succionando lentamente. Él jadeó y los sacó de mi boca luego de unos segundos. - Sigue tocándote. -continuó caminando a mi alrededor. - ¿Quieres mi polla? -me tensé y tiré mi cabeza hacia atrás mientras el placer aumentaba.

- ¡S-Sí amo! - exclamé mordiendo mi labio.

- Detente. -ordenó, detuve mis dedos pero mis caderas se movían solas. - Levántate. -obedecí y él se detuvo a mi lado me miró por unos segundos antes de sentarse donde yo estaba, desabrochó su correa y pantalón para luego bajarlo lo suficiente para sacar su miembro erecto. - Siéntate aquí. -jadeé antes de obedecer, me puse sobre su regazo, cara a cara con él y su mirada grisácea. Sostuve su pene colocándolo en mi entrada para luego dejarme caer sobre él entrando cada vez más dentro de mi.

- A-Ahm... -gemí una vez llegué hasta el final. Sus manos rápidamente se posaron en mis caderas aferrándose a estas.

- Muévete. -ordenó jadeando suavemente, lo miré a duras penas mientras comenzaba a mover mis caderas poco a poco.

- A-Ah... Aah... -cerré mis ojos, lo sentía tan adentro, abrí mis ojos topándome con los suyos mientras comenzaba a moverme con más fluidez subiendo y bajando más. 

- Hagh... -gruñó sin dejar de mirarme, mientras sus manos agarraban mis muslos empujándome hacia abajo yo me aferraba a su camisa medianamente desabrochada. - No te detengas... -ordenó entre jadeos mientras bajaba los tirantes de mi camiseta dejando mis pechos expuestos, cerré mis ojos mientras mis caderas hacían el trabajo. Su boca se posó en uno de mis senos succionando y enrollando con su lengua mi pezón. 

- ¡Ah! -gemí tirando mi cabeza hacia atrás. - ¡A-Amo! ...-sus brazos me rodearon completamente apretándome contra él mientras alzó su rostro mirando el mío, le devolví la mirada y dejé reposar mi frente sobre la de él mientras nuestras respiraciones se mezclaban. 

- Nnhg... -ahogó un gemido cerrando sus ojos con fuerza, cerré mis ojos sintiendo que iba a correrme a la vez que me movía más rápido, sus caderas también se movían metiendo su pene al ritmo de mis movimientos. - Hahg... -abrí mis ojos topándome con los suyos.

- M-Me veng... Ah... -mordí mi labio, él jadeó.

- N-No te detengas... -cogió mis mejillas con sus manos obligándome a mirarlo. - ¡Ghag! -ambos cerramos al mismo tiempo. Jadeé sintiendo como mi cuerpo se relajaba, sentí sus manos detenerse y descansar en mis muslos mientras ambos tratábamos de recuperar el aliento. Abrí mis ojos encontrándome con su rostro levemente sonrojado, sus ojos se abrieron y de inmediato se encontraron con los míos, sus labios se acercaron a los míos juntándonos en un beso que se volvía cada vez más apasionado. Tiró la caja negra al suelo y me acostó en el mueble sin salir de mi interior y se puso sobre mi empezando a moverse paulatinamente.

- A-Ahgm.... -logré gemir entre sus labios antes de comenzar un movido juego de lenguas. Sus caderas me embestían moderadamente, yo enrollé mis piernas alrededor de él y enredé  mis dedos en su cabellera azabache. 

- Mhgn... -cortó el beso y se escondió en mi cuello mientras los movimientos de su cintura buscaban entrar más dentro de mí. - Nhgm... -jadeó en mi oído separándose un poco para mirarme a los ojos.

- Amhg... 

Ding Dong.

Se detuvo mirando la puerta algo ido. 

- ¿A-Amo? -este me miró  y juntó nuestros labios siguiendo con sus embestidas.

Ding Dong.

Siguió ignorándolo mientras aumentaba el ritmo de sus caderas.

- ¡Rivaii!! -llamó Hanji pero este jadeó recargándose con algo de dificultad de sus brazos mientras continuaba sus movimientos que se volvieron un poco más rápidos. 

- A-Amo... -este se acercó más a mi rostro.

- Grita... -golpeó con más fuerza sacándome un chillido. - Más, grita para mi... -siguió golpeando mi interior con más fuerza.

- ¡Ahg! ¡Ahh! ¡A-Amo! -me aferré a sus brazos sintiendo el segundo orgasmo cerca. - ¡M-Me vengo! -él continuó hasta que me corrí y se detuvo luego de unas cuantas embestidas más.

Se dejó caer sobre mi mientras el sudor de ambos se mezclaba.

- A-Arréglate. - gruñó con dificultad quitándose de encima de mi. - Vístete en tu cuarto. - me tiró mi ropa y la caja negra, me quedé sentada unos segundos antes de reaccionar. 

- S-Sí amo... -corrí a mi cuarto encerrándome para proceder a vestirme. 


Levi Ackerman x Reader // Dolorosamente //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora