Soy presidente escolar, así que es normal para mí asistir a la dirección u oficinas del colegio por los proyectos escolares.
Perder un poco de clases no es problema para mí, pues los profesores me apoyan y también soy bueno aprendiendo, en realidad soy el mejor estudiante.Hace un par de semanas, caminando a una reunión del consejo estudiantil, noté a un pequeño que suele ir detrás del aula de química. También pertenece al colegio, usa una sudadera a veces verde o a veces negra, sudaderas que son dos o tres tallas más grandes.
Su almuerzo de diario es una manzana roja y toma mucha agua durante el día.
Hoy, mientras está sentado al pasto y se apoya al tronco de un árbol, juega con una pequeña pelota amarilla.
He pensado que ese color le gusta, pues le he visto con zapatillas de deporte, camisas, una mochila o lapiceros de ese color, incluso su cabello es rubio.
Decidí acercarme, me causa mucha curiosidad pues nunca conocí una persona con un aura tan tierna e inocente.
-Hola- Me detuve frente a él, quien me miró desde abajo curioso.
También es muy expresivo, por lo que es fácil saber en lo que está pensando o sintiendo.Símplemente ladeó su rostro, mostró una pequeña sonrisa y continuó acomodando algunas hojas que caían de su, tal vez, árbol favorito al estar tan secas, en forma de estrella.
Me senté sobre el césped frente a él sin hablar más por unos minutos, simplemente observando sus regordetas manos acomodar los pequeños tallitos, está vez formando letras.
"J"
No para de mover sus labios ligeramente, provocando muecas apenas perceptibles.
"I"
Arruga su nariz de vez en cuando y sus ojos brillan, como si quisiese llorar, esto provocado por intentar estornudar sin tener éxito.
"M"
Tiene dos lunares en la frente, uno en el cuello y otro en uno de sus pequeños dedos.
"I"
Su sudadera, ésta vez negra, cae ligeramente por uno de sus hombros.
"N"
De su mochila, que tiene a su lado derecho, sobresale un libro de astronomía.
-¿Ese es tu nombre?- Retiro una florecita que calló sobre sus hebras debido al ligero viento de otoño.
Me dirige nuevamente la mirada, entonces cierra sus ojos apretandolos un poco mientras pronuncia un "Mhm" asintiendo sonriente.
-Será un placer conocerte, Jiminie.-