-¡Jimin!- corrí por los pasillos del colegio para alcanzarle en cuanto lo vi sólo.- Buenos días.- saludé sonriente una vez se detuvo sólo bajando su mirada provocando que su flequillo tape parte de su rostro.- Jimin, ¿Cómo has estado?- Intento mirarlo pero él sólo se aparta ocultandose más tras las hebras rubias.
-Tengo que irme hyung.- responde con voz temblorosa abrazandose a sí mismo poco a poco.
-Espera, toma esto.- dejo un pequeño papel con mi dirección escrita en su mano. Le veo temblar ligeramente cuando mis dedos rozan su palma.- Ven a mi casa más tarde, te estaré esperando.-
No dice más y le dejo marcharse cabizbajo.
Durante toda la tarde estuve esperando por su llamado a mi puerta, atento a cualquier ruido pero nada.
Jiminie no aparece.
Y estoy preocupado, claro que sí. No es que seamos los mejores amigos...de hecho podría contar con los dedos de una mano las veces que hemos hablado durante los meses que nos conocemos.
Pasaron algunas horas más, es noche y mi móvil suena.
-Hyung, v-vine...estoy afuera.- bajo rápidamente las escaleras, felíz de poder verlo ahí con sus manitas dentro de su sudadera y parte de su barbilla y labios cubiertos por una bufanda negra.
-Pasa Jimin, ve al sofá, te prepararé algo caliente, hace frío.- Té de manzanilla sin azúcar, lo había visto tantas veces tomar aquello en la cafetería.
A decir verdad, había comprado las pequeñas hierbas secas pensando en él, en por qué le gustaría tanto.
Caliento el agua para servirla en la pequeña taza con el difusor dentro, corto un poco de manzana en cuadritos y se lo llevo a la mesita de centro.
Sus ojos se abrieron de par en par mirando los alimentos e inmediatamente sus ojitos se aguaron, pude notarlo aún cuando él no levantaba la mirada desde que llegó.
Sin decirle nada, subí al baño por el botiquín de emergencias que mamá me obligo a traer conmigo cuando me independicé.
Bajando con él entre mis manos, casi tropiezo por correr.
Tengo prisa, necesito curarle ahora.
Aparto un poco las cosas sobre la mesita para acercarla y sentarme en ella frente a Jimin.
Se encogió un poco sobre sí mismo y es allí que noto que sus rodillas juntas están entre mis muslos, tal vez estoy demasiado cerca.
No le tomo demasiada importancia y rápidamente humedezco una bolita de algodón con alcohol.
-Lo siento si duele.- susurro antes de acercarme y presionar el algodón contra la comiaura de sus labios derecha.
Se queja levemente mientras toma mi muñeca, tratando de aminorar el ardor así.
Sus ojitos brillan más.
Limpio un poco más el pequeño corte, y una lágrima resbala por su mejilla.
Unto en mi pulgar un poco de crema para desinflamar y la pongo sobre el pómulo afectado.
-Jimin, sólo...sólo tienes que decirme que él lo hizo.-Levanto su rostro del mentón.- No tienes que pasar por esto, sé que lo quieres mucho, pero esto no está bien y tienes que saberlo, no es normal.- Sobo con cuidado la herida hasta que más y más lágrimas salen de sus ojos.
Me siento a su lado para atraerlo en un abrazo, él se recuesta sobre mi pecho y sus deditos se aferran a mi camisa.
-Hyung, gracias.- le tomo por la cintura y él se sienta sobre mi regazo.- ¿Cómo supiste que son mis favoritos?-
Lo ayudo a acorrucarse un poco más sobre mí para que esté comodo y recargo mi barbilla sobre su pelo, aspirando el dulce aroma.
-Sólo lo supe.- Sonrío. - Ahora descansa un poco, creo que lo necesitas.-
-Gracias por cuidarme Yoongi hyung.-
"Son sus favoritos pero no comió siquiera un trozo."