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El mayor separó sus piernas bruscamente, sorprendiéndole un poco, aunque al instante se dejó llevar.

Desabrochó sus propios jeans mirando fijo los ojos de su pareja cuando se acomodó sobre él.

Soba su miembro por sobre la tela del bóxer suspirando y cuando Namjoon mordió su labio, no pudo evitar tirar un poco de su cabeza para que pudiera chuparle.

Siente como la lengua aprieta su punta, se pasea por toda la longitud pero no le da el placer suficiente.

Desesperado tira de su nuca obligándole a engullirle completamente y embiste fuerte.

Puede escuchar y sentir las arcadas  contrarias, cosa que sólo puede excitarle más. Aprietan fuerte de su cadera, después sus muslos rasguñando la piel superficialmente.

Jimin se obliga a sí mismo a detenerse y separar a Namjoon.


-Joonie...- Jadea pausadamente.- Terminemos con todo, por favor.






















****













La vida siempre sería injusta, ¿No es así?
Incluso cuando sus intenciones no eran malas y jamás pudo siquiera pensar en lastimar a alguien, era él quien sufría ahora de sobremanera.


Jamás quizo eso.



No entendía qué clase de mente tan retorcida debían tener la pareja para atarlo en el sótano de su propio hogar, dejarlo sin cuidados y restringiéndole sus necesidades básicas por cuatro días hasta ahora.

No había probado un sólo bocado y podía sentir cómo la vida se le estaba escapando lenta y cruelmente.

Yoongi no merecía esa expresión de burla que Jimin le dirigía cada que Namjoon le propinaba un nuevo golpe.


Mierda, que no soportaba más el dolor en su estómago después de tantos fuertes impactos.





¿Cómo las cosas tomaron ese rumbo?




Estaba equivocado, Jimin disfrutaba de esa enferma relación. Y él precupandose y quedando patéticamente como un estúpido.

A pesar del terror que lo abordaba cada que se acercaban a él, quería mostrarse fuerte.
Pero no pudo más cuando el mayor perforó su costado con una filosa navaja, evitando algún punto vital, pero no el agonizante dolor.

Después un corte más en su abdomen, en los brazos, sus muslos...
Una y otra vez, el arma entró y salió en él tantas veces que perdió la cuenta, dejando de luchar cuando el dolor dejó de sentirse tan claro.



Apenas puede ver cuando Jimin se acerca a él, esta vez con una larga y gruesa aguja entre sus manos.

Con lágrimas en los ojos, toca por última vez la mejilla del pequeño al que tanto quería proteger.

"Jimin..."

Gasta su último aliento con aquel nombre.



Todo termina cuando ruega morir de una vez por todas y el objeto atravezando su pecho repetidas veces le concede su último deseo.




Por supuesto, Yoongi no merecía eso, pero tampoco estaba arrepentido de haber luchado por lo que creía correcto.






























-Namie... esto no tenía que pasar-. Giró, levantándose del suelo donde se encontraba el cuerpo inerte. -Pero él te besó Namie... No podía quedarme con los brazos cruzados, no podía...































































Bebé, mira. || NamMin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora