-¡Hijo de puta!- Me lancé sobre Namjoon sin siquiera pensarlo, quedando ambos en el suelo, yo a horcadas sobre él.- ¿No le harías daño? - Golpeo su mejilla con mi puño. - ¡Te lo advertí Namjoon!-
Escuché gritos al rededor de los demás estudiantes que pasaban por allí, pues es recién hora de entrar.
Quería deshacerle el rostro a golpes, a tal grado que nadie pueda reconocerle.
Namjoon me empuja para quedar ahora él sobre mí.
Intento patearle pero su peso me lo impide, claramente es más fuerte que yo. Aún así sigo estampandole mi puño hasta que mi vista se nubla ligeramente y un sabor metálico invade mi boca.
El idiota tiene fuerza.
-Pequeño.- Se acerca demasiado y yo sólo puedo sentir asco.- ¿Siquiera sabes lo que haces?- Hala de mis hebras obligándome a chocar miradas con él.
Escupo mi propia sangre sobre su mejilla, lleno de rabia al saberme patéticamente derrotado. Sus rodillas atrapan mis brazos y su mano libre presiona mi cuello contándome poco a poco la respiración.
¿Dónde mierda estan los profesores?
Quiero sacarle en cara cuán idiota es, pero la falta de aire en mis pulmones me lo impide.
-¿El niño te dijo que fui yo?-
Escucho a Jimin correr hacia nosotros, me mira preocupado, pero toma la mano de aquel estúpido y se lo lleva, seguramente para que ningún adulto nos encuentre peleando.
Jimin le ayuda a él...no a mí.
Dios, el estúpido soy yo.