-Ven aquí, ahora.- Grité fastidiado cuando llegué a mi departamento, sabiendo a Jimin en el segundo piso.
Los pasos se acercan más mientras dejo la mochila en el sillón de la sala, le miro al final de la escalera, mirándome con ojitos asustados.
Jimin sabe que estoy molesto con él.
Señalo el suelo e inmediatamente se acerca para arrodillarse a mis pies.
-Voy a decírtelo claramente.- Tiro de su cabello obligándole a levantar la mirada- No te volverás a acercar a Yoongi, ¿Entendido?- Sus labios se abren para hablar. Estampo mi palma libre contra su mejilla y un color rojizo se asoma apenas por la comisura.- No he terminado de hablar.- Halo bruscamente tirandolo al sofá.
Sus ojos brillan y su respiración se agita, tan erótico...
Subo en sus piernas para apretar su cuello, comenzando con una leve presión hasta hacerlo con verdadera fuerza.
Los labios se abultan y un tono rojizo se esparce por su bonito rostro.
-H-Hyung, no...- Intenta hablar para detenerme, pero sus manitas solamente toman mis muñecas delicadamente, sin intenciones de apartarme.
El bulto debajo de mí dice que aquello le gusta.
-Basta...Hyung...- Se remueve, quito una mano de su bonita piel, dejándole respirar nuevamente y no puedo evitar morder fuerte su cuello dejando una marca tal vez demasiado dolorosa. Incluso gotas de sangre se asoman.
-¿Realmente quieres que paré?- Un gemido doloroso abandona su garganta.
-N-No...-Suspira y su cuerpo tiembla en cuando golpeo nuevamente su mejilla.
-Amor, eres tan sucio.- Restriego mi trasero contra su miembro húmedo debajo de la ropa.- Dices que pare pero te pone tanto que te trate de esta foma.- Acaricio su abdomen y bajo para dejarle una bonita marca con mis labios.
-No quiero volver a verte con él.- Subo a la ducha, dejándole con los espasmos del fuerte orgasmo en su cuerpo y una erección en mis pantalones.
Me encanta.
