Aquellos Que Buscan Justicia

Arco de Unimportant-Town

EPISODIO UNO. Aquellos que buscan justicia.

Nos situamos entonces en algún lado del mundo, para ser más específicos en el tema, en un lado entre el sur y el este, en algún país que transita cerca de esa zona donde todo es tropical por naturaleza. Es de esos lugares donde el sol brilla en verano a sus horas más fuertes, donde en la primavera se siente el vigor del viento como reconfortante forma de apaciguar al calor, en su otoño las hojas caen a manera de débiles plumas sobre la tierra de pastos secos y en invierno se intercala la neblina y la lluvia para llenar aún más los ríos y quebradas. Un lugar muy hermoso de no ser que como todo lugar del mundo, esta infestado de seres que oscilan entre ser negros o blancos, con más de un matiz de colores y dispuestos a todo.

Para informarlos, nos situamos en una era donde la gente arriesga todo cuanto tiene y lo que los demás tienen en sus metas, sueños o ambiciones. Una era en la cual la navegación llena de riquezas a los comerciantes, encarece la vida de reyes, somete a los pobres y es un oficio para los atrevidos. Donde no existe ni bien ni mal, solo existe la búsqueda de cada uno por sus sueños: ¡La Gran Era de la Navegación!

Durante muchos años, en la península se habían acentuado varias naciones apretadamente encerradas en la rica península, una de estas naciones es Diagon, una nación de régimen obviamente feudalista como era tan generalizado, afiliada a los grandes poderes del mundo y ambiciosa.

La ciudad llamada Unimportant-Town es un poblado destmurumado, es decir una ciudad muy por debajo del ojo estatal, pues el señor a cargo de administrar el feudo entero no le daba la importancia suficiente para imponerle una muralla, estando obviamente ante ataques de bandidos, pero a pesar de ello, el pueblo era pacífico, esto gracias al enorme bosque que rodeaba la mitad de la circunferencia lejana de dicho poblado. La poblado se separaba en cuatro lados que colapsaban en el centro, los cuatro sectores eran agrarios y de la plebe trabajadora, el centro estaba coronado con las guarniciones militares, el enorme parque de la plaza, con un cuidado jardín de borbónicas blancas que paseaban sus peciolos por las laderas, frente al bello jardín la alcaldía, único edificio con el típico arquitectónico de la nación refinada. Las chacras del norte pueblerino estaban dispuestas para varias familias, una de ellas era una familia de campesinos libres, la familia Draco, una pareja de leñadores que trabajaban tierras dentro del pueblo y que daban hogar a un único hijo.

Fairy era un chico delgado, pelo rubio y despeinado pues cuando uno trabaja en el campo no se puede fijar demasiado en esas cosas, de piel canela clara y ojos de color café grandes y picaros con los cuales solía ver de reojo todo al andar paseándose. Además de esas características, una sonrisa muy amplia en su rostro cuando era posible. Usaba una camiseta blanca con el cuello holgado, una faja verde oscura que sostenía su pantalón azul y calzaba unas sandalias de madera que eran su único calzado en su armario. Fairy siempre iba acompañado de su ave Merma, un halcón de mar con ojos tan profundos como el océano y plumaje tan fino como delicados pelos de color azulado como la marea en la espalda y en las puntas de las alas de color negro, siendo su pecho de color celeste claro que estaba uniformemente coloreado hasta el final de este y siendo además el plumaje de su pecho más grueso y con las plumas finamente ordenadas como saben hacerlo todas las aves, así era Merma un halcón marino muy especial.

El muchacho al que describimos se trata de alguien con un origen humilde asignado.

La madre de Fairy era una mujer que rodeaba ya la mitad de una vida, tenía cincuenta años de edad y tenía rastros delicados del rostro, una regordeta apariencia de cuerpo y con gentiles vestimentas de colores pastel. La Sra. Draco se encontraba cocinando un suave guiso, con sutiles aromas a vegetales cocinándose en un cassoulet donde la carne variaba entre olores suaves hacia otros más fuertes, era el plato mejor cocinado por ella pues venía del sur mismo del cual era típico de allí. La madre de Fairy ve al que llama hijo desde la ventana, el humo de la cocina salía por dicha ventana mientras que lo veía en el pasto verde por entre el gallinero y donde se colgaba la ropa.