El sol del nuevo día

5 0 1
                                    



Arco del Desierto de Krill.

EPISODIO DIECISIETE. El sol del nuevo día.

Empañe cae al suelo, su ojos emanaba un humo, una muchedumbre blanca como la misma sal con la cual fue impactado. Fairy se salva de tocar la sal pero es que cuando la sal impactó con la piel del corsario y liberó un gas blanco, este aspiro dicho humo, un humo que se metía entre sus pulmones y como si fuera una droga dictatorial, lo mareo de una manera inmediata hasta dejarlo en el suelo cerca al cuerpo del recién derrotado Empañe.

- Ha terminado...por fin, creo que ya ha terminado. –Dijo Gray con voz baja mientras llevaba sus manos al suelo y se arrodillaba en el suelo mirándolo con sus ojos bien abiertos.

Empañe quedó inconsciente por completo, sus manos dejaron de tener esa tenue fuerza que uno emana cuando quiere permanecer despierto, llegando a un estado de inactividad completo en el cual apenas respiraba, sus ojos estaban abiertos pero blancos. Luego de ello, su cuerpo se reduce a su tamaño normal, encogiéndose y luego de su ser emanan diversas líneas negras rectas, líneas que llegan hasta cada uno que había perdido su sombre la recuperara.

"¡Mi sombra!", grita uno de los hombres cuando siente como su sombra le vuelve, era como respirar luego de estar ahogado, era un sentimiento en el cual revivía el ánimo perdido y de hecho los rostros de los que una vez fueron esclavos pálidos se llenaban de un rigoroso tono colorido, dejando su palidez atrás y al menos obteniendo un color mortal o normal. "¡¡¡Lo ha logrado!!! ¡Lo ha logrado!", dice ente lagrimas uno de ellos mientras que el temblor de sus piernas lo deja en el suelo, muchos dejan los arcos, sus ojos cansados desechan lagrimas reprimidas.

Fairy terminaba desmayándose, duerme en un sueño extraño de cansancio y es que había quedado absolutamente exhausto, cae rendido y descansa junto a su hazaña.

- Un día, un día y solamente uno. –Dijo llorando Gray mientras que veía al muchacho tendido en el suelo. –Un solo día me dijeron que habría, un solo héroe y una sola oportunidad. Cuando las estrellas vuelvan a brillar, alumbrando todo con la luz de las supernovas, cuando haiga caminos y regreses a tu hogar. –Sigue llorando mientras que intenta seguir sus palabras de referencia, no podía aguantarse, estaba totalmente conmovido.

"Lo ha logrado, maldita sea...jamás pensé que se daría, el profeta me lo dijo. Me dijo que solamente una persona podría librarnos, un hombre que vendría luego del solsticio de verano, cuando este pareciera tan lejano como próximo estuviera el de invierno...pero no pensé que sus profecías pudieran cambiar de este modo, no creí cuando vino tan prematuramente...pero está aquí, se me salen las lagrimas...no puedo ni hablar." , pensaba mientras que lloraba, de repente se para y con el rostro cubierto de chorrillos, se acerca a levantar con sus brazos al muchacho para poder sacarlo de la escena.

- Snif, snif. –Decía con sonidos tenues de llanto Gray mientras que sujetaba sobre sus brazos al muchacho. -¡Ya basta de llorar cabrones! ¡Aten a ese desgraciado antes de que despierte! ¡¡¡HOY SOMOS LIBRES GRACIAS A DRACO D. FAIRY!!!

- ¡¡¡SALVE DRACO D. FAIRY!!! ¡¡¡VIVA LA LIBERTAD Y LA LUZ DEL SOL!!! –Gritan en un coro instintivo los sirvientes mientras que aún brotan lágrimas de sus bravos rostros.

Un grandulón de tez morena y pelo rubio entra a escena, cargando entre sus manos un par de cadenas blancas y gruesas, este mismo amarra los brazos y piernas de Empañe, con brusquedad jalan las cadenas entre varios hombres y las ajustan para que el corsario no pudiera moverse cuando despertara, con un sudario escondido le tapan el rostro y hacen apenas dos agujeros para que respirara el desgraciado.

Aquellos Que Buscan JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora