Portgast Yeknoks Dervhi, el Maestro Ígeno

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Arco del Bosque Maximoof.

EPISODIO OCHO. Portgast Yeknoks Dervhi, el Maestro Ígneo.

La bestia era irascible, se tomaba muy en serio lo que sucedía de manera temprana y olvidaba todo lo que le decían previamente pues entraba en el calor de la batalla. Cuando Fairy atravesó el circulo de fuego, se escuchó un silbido con fuerte tono, rompiendo el aire y dejando el silencio atrás, e incluso partiendo la tensión cuando todos voltearon a ver de donde provenía.

- Ba-ja-ja-ja. He visto suficiente. –Dice de entre el bosque aquel hombre, mientras se ocultaba por entre las ramas y el follaje cercano.

El hombre saca a relucir una botella plateada y bebe un largo sorbo hasta tomarse todo su contenido, luego guarda el frasco en su faja y sigue caminando para poder ver al muchacho.

Era un hombre anciano que había salido de la cueva que estaba terminando el claro, era un anciano que ya cifraba los 54 años de edad, por lo cual se podría afirmar que llevaba medio siglo de ventaja en experiencia a Fairy. El hombre tenía el cabello emblanquecido totalmente, encrespado hacía arriba dándole a su cabeza la perfecta simetría de un cepillo, su rostro era largo y su cabeza grande, un par de ojos con una cicatriz surcando el izquierdo, una nariz fina estaba como centro del rostro y una sonrisa de lado a lado cubierta con un bigote irregular y de pelos pálidos, bajo el mentó había una barba abultonada. Dicho personaje vestía un poncho con una enorme cubierta verde y negra por dentro, su ropa en el torso constaba de una delgada polera verde claro amarrada por una faja de un tono aún más claro que apresaba una gran botella metálica de licor, vestía un pantalón azul oscuro.

El hombre señaló a Fairy mientras que se reía en su presencia con una carcajada sumisa.

- Ba-ja-ja-ja. ¡Así que este es! Este es el energúmeno que te ha causado ese ceño fruncido. ¡Por el amor de los dioses!, Ramsey, ¿este niño? ¿enserio? –Dijo mientras que se acercaba a Fairy.

El anciano medía apenas unos diez centímetros por debajo de los dos metros, era alto de por sí y aún más imponente con aquel peinado que alargaba aún más su cabeza, un pelo erizado hacia arriba como púas blancas.

- Chico, veo que eres valiente, al menos lo suficiente para hacer una locura así. Saltar inconscientemente ese fuego no lo hace un estúpido andante cualquiera. Esas cosas son destinadas para los estúpidos que son especiales- Dice el anciano con un aire de burla pero no con intenciones de ofender al muchacho.

Fairy se sienta cansado sin entender aun lo que sucedía en ese momento.

- Me llamo Portgast Yeknoks Dervhi, el maestro ígneo, este es mi dragón Ramsey, tú debes conocerlo bajo otro nombre. –Dice el anciano con una sonrisa enorme al mismo tiempo que llenaba nuevamente su botella metálica con el contenido de una garrafa de piel que escondía entre su polera...

Fairy aún no entendía lo que sucedía, acababa de salir de la impresión en cuando su ave vuela a su lado y se junta con él, luego esta descansa sobre su regazo pero estando aún con el cuello levantado por la situación que demandaba que este alerta. Fairy logra entonces entender quien era ese sujeto, era al que vino a buscar en un primer momento. "¡Maravilloso!, ya lo he encontrado, solo me queda pedirle que me acompañe al pueblo y que me entrene."

- ¿Tú eres el que vive aquí?

- Sí, precisamente ese mismo.

- ¡He venido buscándote!

- Vaya, pero no me digas...pero si has venido hasta acá solo. ¿Cosas así? ¿Cosas como esa? Bueno, eso solo lo hacen dos tipos de personas. Los valientes y los estúpidos. ¿Cuál de las dos eres?

Aquellos Que Buscan JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora