En la torres de Square

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Arco de Britannia-Square.

EPISODIO TREINTA. En la Torre de Square.

El día ya empezaba con su mañana, Fairy y Aiknu se deciden por recoger a Merma, la cual extrañamente había permanecido la noche entera en el tejado, y posteriormente, partir a buscar a Dervhi. El anciano se despidió de ellos, les otorgó un fiambre y una alforja para que siguieran su recorrido pero sin antes ser agradecido por ambos pero en eso se dieron cuenta de que no sabían su nombre así que se lo preguntaron.

- Simplemente me llaman Sr. Robber. –Contestó el anciano sonriendo y guardándose en su casa.

Así fue que siguieron su travesía mientras que pensaban en donde ir a parar, en eso, Aiknu dijo que lo mejor sería ir a los lugares más turísticos de la ciudad, lugares en donde seguramente Dervhi iría fácilmente si mandaban a Merma con un mensaje atado en su ala pues no podían ir a los muros de la ciudad por los guardias que suelen pedir documentos a todo aquel que ven sospechoso, por ello era mejor no arriesgarse.

Fairy y Aiknu se dirigieron entonces al lugar más cercano, la Torre de Square, fácilmente de localizar por su gran altura. Escribieron un mensaje que decía: "Estamos en la Torre de Square", en un papel enrollado a la pata de Merma y la mandaron a buscar a Dervhi por toda la ciudad.

El ave voló rápidamente por lo cielos urbanos, apreciando las cabezas de esos burgueses trabajando y de las caminantes bestias de carga junto a los militares, mientras que ella buscaba al anciano, Fairy y Aiknu se dirigían al centro de la famosa torre, la edificación más alta de la ciudad.

Mientras que ellos se acercaban hacia su lugar de encuentro, un ente vagaba entre dicha edificación, que por una pelea ya ganada tenía descascaradas las paredes...

Por cada gota de la sangre derramada por pasión, su espíritu gritaba encajado en su pecho mientras que, ya habiendo elegido su camino, decidía encontrar la semilla del mal. Subió hasta el último de los cuartos, revisó hasta la última galería y reviso hasta la última estantería o almacén dentro de ella pero no encontraba nada dentro de dicha torre. Sentado en silencio se puso a recordar su trágico pasado, una historia que comenzaba ya hace cientos de miles de años, quizá hasta millones.

<<El viejo continente aún emergía entre las aguas del mundo, en el feudo donde los reyes y sus vasallos ocupaban el occidente, una época no muy diferente a la actual, un mundo dividido por diferencias entre los suyos y sus aquellos. El rey de dicho país, en dicho castillo, junto a un pueblo, junto a una cordillera, junto a un lago, junto a un bosque, se ostentaba como fiel devoto, y como todo devoto a su fe, estaba ciegamente dirigido a ella. Subiendo a lo alto, su llama encendió, su llama brilló más allá de la noche. Hace un tiempo un dios marcó su mente con letras de odio a todo ajeno a él, y con el fuego se dirigía junto a su ejército para destruir un bosque señalado por ser casa de espíritus, fue así que a las tres de la mañana se avecinó a este para destruir con su fe a los empíreos malignos del mal.

La noche estaba en su más penumbroso clímax, el negro crespón reinaba en un mundo indefenso contra sus sombras, resulta que ese bosque constaba con muchos árboles de más de cien años, muchos de miles incluso desde la creación primigenia. Con canticos en el griego arcaico adoraban a la tierra, por ello la tierra los besaba, el viento los acariciaba, los dragones les temían pero no contaban con protección contra uno de los seres más destructivos entre las esquinas del orbe... portando la flor roja en sus armas y paso, esa misma que les dio el viejo titán les había otorgado a ellos y a todos en su linaje, para igualarlos dragones, asustar a las sirenas, distinguirse de las fieras y calentarse entre sus pares. Su marca era la de las garras de la bestia, el ojo del grande, la cerradura del alma la tempestad que se veía entre sus cejas y parpados enteros. Quemaron el bosque, destruyeron las hierbas y con la sangre de los árboles mancharon la sagrada laguna...ese día solamente era un castillo junto a un pueblo junto a una cordillera junto a un lago...pues el bosque había desaparecido. La tierra dejo de besar sus pies y se secó, el viento dejo de acariciarlos y se quedó quieto y estático, estos robles no tenían semillas pues tenían almas enteras y no reencarnarían como los animales...solamente quedó un pequeño brote que observo y sintió en sus raíces la sangre de los suyos...Crue. >>

Aquellos Que Buscan JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora