Los guardianes del templo

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Arco del Desierto de Krill.

EPISODIO CATORCE. Los guardianes del templo.

Fairy se había topado con el primero de los guardias, era algo totalmente fuera de lo normal en apariencia y su descomunal aspecto lo tenía impresionado.

Fairy se vio frente a la bestia y esta intentó darle un fuerte golpe con el puño, pero, gracias a los poderes de la semilla, Fairy pudo superarlo en velocidad y esquivarlo.

- La velocidad es peso, pero veamos si puedes superar el peso de mi espada. –Dijo una voz que entre los oídos de Fairy asomo vertiginosamente.

El hombre que estaba en su delante era un gigante en talla, con sus escamas de color rojo profundo se veían brillar con el sol como si fuera una armadura de pulido metal, su voz anunciaba con una rasposa garganta y voz gruesa. Sus ojos eran dos círculos perfectos, unas cejas gruesas de pelo dorado y acompañado de esto arriba tenían una osamenta ondulante similar a un alce, de un marfil prominente y amarillento. Su pecho parecía hueso en lugar de músculos, sus brazos eran un par de troncos en similitud pues eran tan fuertes que de seguro podían hacerlo trizas como si se tratara de exprimir un limón o una pasa. El gigantesco ser solamente vestían una túnica bárbara en su cintura lo que tapaba sus piernas. A su poder llevaba una enorme espada que más parecía asimilarse al aspa de un tremendo molino que había arrancado de uno pero su filo podía verse desde la distancia pues toscamente afilada era su hoja blanca.

- ¡Yo soy, el gigante molino, hijo de parte de padre por un mismísimo gigante! He matado incontables caballeros y soy el Guardián de la Salida del Templo. –Mencionó el enorme gigante.

Mientras que empuñaba su espada, sin pensarlo, Fairy intentaba sacar el edicto pero fue demasiado tarde, la espada se clavó en la piedra del suelo haciendo temblar el suelo entero.

- ACEÑA DEL SEÍSMO – Grita fuertemente en lo que un enorme temblor sacude toda aquella área liberando una enorme fuerza en todo ese lugar.

El enorme gigante levanta la mirada para poder ver al muchacho, entonces se percata de que este estaba subido a una roca muy alta sin algún rasguño mientras que se cubría con los brazos la cara como si no supiera que lo había esquivado. La Espada se levanta con enorme rapidez para ser vuelta a dar embestida con la roca en donde el muchacho estaba salvado, pero tras esto sucedió lo mismo que la primera vez, instintivamente el viento corre por el espacio así que Fairy también.

- Siente el poder de mi estoque, el estoque de esta arma que es la aceña que mi mano diestra empuña. –Grita en lo que golpea con el mismo ataque que hizo la anterior vez.

Los mundanos polvos que entre todos los lugares cubrían aquel templo se volvían a revolver por el tremendo movimiento pero parecía que el temible gigante no podía darle al muchacho aún.

- Oye tú gigante, al menos déjame hablar, déjame recobrar el aire. –Dijo Fairy en lo que fijaba contacto de mirada cara a cara con Briareo.

- Ciertamente no eres otro de los tantos caballeros que he destrozado. Ni siquiera veo el casco plateado o el purasangre que deberías tener bajo ti. ¡¿Quién demonios eres tú?! -Dijo Briareo con una voz más calmada pero aún muy profunda y fuerte.

- Yo soy Draco D. Fairy, y vengo aquí para derrotar al desquiciado que se llama Empañe, vengo por orden del viejo Eregr y aquí tengo una carta que él me dio en persona junto a esta habilidad que no pudiste frenar. –Dice tratando de igualarle el tono de voz al gigante.

El gigante agarra el edicto entonces y lo lee, curiosamente el gigante necesitaba de unas gafas que guardaba atrás de su melena. El gigante entonces lanza una carcajada desde lo profundo de su pecho y se sienta en el suelo dejando descansar la espada. Fairy se ríe junto al gigante para luego decirle que si tenía idea alguna de cómo llegar a donde Empañe estaba.

Aquellos Que Buscan JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora