El dragón del bosque

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Arco del Bosque Maximoof.

EPISODIO SEIS. El dragón del bosque.

Despierta de golpe, en medio de la noche había tenido una pesadilla, desea olvidarla pero no puede así que deja atrás el sueño. "No importa, de todos modos ya había dormido demasiado", se dice entre sus pensamientos.

Estaba próximo al bosque, solo unas horas de caminar pero la noche era oscura, demasiado negra para su gusto, solía dormirse temprano para no ver la penumbra y ahora le chocaba de lleno. Merma aparece de entre las ramas de un árbol, sus ojos garzos pueden ver entre la oscuridad como en el día, se acerca a su amo y le acaricia el rostro con su cabecera.

Las estrellas alumbraban el cielo, ojos enormes que miran desde su morada tela cósmica, tan indiferente, tan abstracta al ver pues nadie sabía a ciencia cierta que diablos eran, nadie es capaz de llegar tan lejos como para saberlo.

Las lagartijas rodeaban las hojas del césped por la noche, todo era un prado amplio, pastizales y algunos árboles dispersos, por ello no había temor de ser atrapado por bestias salvajes pero la noche lo hacía factible, en esas sombras podía esconderse gran cantidad de cosas sin ser detectada, Fairy teme un poco pero vuelve su mirada a su compañera y sabe que está seguro pues la noche es su dominio natural.

- Si algo o alguien atentara contra mí en la noche, me lo dirías, como no chillas sé que la noche es tranquila y que solo es mi temor lo que es peligroso. –Dice Fairy al acariciarle el lomo, sus fuertes alas vibran con el viento.

Fairy guarda el cobertor con el cual acampaba libremente, lo esconde entre la maleta y decide prender algo de fuego, tras un buen rato intentando prender una mecha, lo logra y con una rama gorda y seca empieza a caminar en la noche.

Pasan las horas, llega la mañana y aturde a todos con sus rayos luminosos, Fairy encuentra el camino correcto por una orientación animal que le ayuda, Merma dirige el paso y finalmente ante él se ve el bosque, con sus árboles y sus ramas, su follaje y también con sus sombras escondiendo bestias vespertinas.

- Así que es este, el bosque que custodia el dragón, cuyas maravillas naturales son famosas.

El bosque era un lugar espeso, sus fuertes robles se alzaban frente a metros tras metros de explanadas verdes con pastos ridículos, era un bosque muy amplio, no podías ver su final ni forma de rodearlo por cualquier lado, ni derecha ni izquierda, solo maleza y árboles.

Fairy tenía la idea de que el dragón no estaba, naturalmente en esa época del año no está y es raro que una bestia que lleva décadas con su cronograma intacto cambie sus hábitos de la noche a la mañana.

Fairy pisa las hierba dentro del bosque, se mueve hacia adelante y con un pequeño impulso se adentra dentro de la enorme complejidad natural, esa complejidad sin orden en la que la naturaleza dispone sus frutos, árboles que siguen el patrón más aleatorio pero en fin, un patrón es uno y hay que reconocerlo que hasta los más grandes pensadores sienten eso, que la naturaleza dispone todo premeditadamente aunque lo camufla tan bien que parece desorden.

Los árboles formaban senderos, turbios en verse pero senderos pues una persona podían andar entre uno pero no atravesar de entre sendero y sendero, pero estos eran laberinticos y desembocaban a lugares donde el pasto solo continuaba y continuaba siendo amurallado por cercos vivos.

Merma se perdía con facilidad entre ese camino espeso, decidió entonces volar hasta la sima de los árboles. El ave vio diferentes puntos donde la maleza y las hojas dejaban pasar la luz hacia el suelo, eran claros distinguibles de entre toda la masa arbórea verde, con chillidos pudo guiar a su amo hacia donde estaría uno de estos claros interconectados por pasadizos de cercos y troncos vivientes que respiraban en ese bosque.

Aquellos Que Buscan JusticiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora