Capítulo 63 - Frases

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(T/N) tomó aire y se sumergió en la amplia y alta (profunda, en este caso) estancia inundada con agua y forrada de inscripciones luminosas que alumbraban su camino.
Era algo digno de admiración.

Buceó un rato, tratando de identificar las puertas/salidas de esa sala para decidir cuál tomar. Podía ver tres desde donde estaba. Una parecía ser un túnel, mientras que las otras dos se veían más grandes. Supuso, entonces, que la mejor opción era ir por la que estuviera más cerca, ya que no sabía cuándo podría tomar aire de nuevo.

Emergió de nuevo por donde había venido y volvió a inhalar profundo, buceando otra vez para aventurarse en la salida más cercana de su posición.

Pataleó y braceó con libertad, bajando hasta un poco más alto que el nivel del suelo rocoso e ingresando a uno de los pasillos. No era tan estrecho, pero no era ancho. Había una hilera de inscripciones en cada pared, al igual que en casi todo el resto del recinto.
Se impulsó de los muros y nadó lo más rápido que pudo, asustada de la posibilidad de no encontrar aire más adelante. En cuanto llegó a una nueva estancia y divisó una anormalidad en el alto techo, se impulsó del suelo hacia arriba para tomar el poco aire que había.
Tuvo que inclinar su cabeza y pegar su nariz a la roca, pero algo era algo.

Pulmones con aire renovado, regresó bajo el agua y examinó apresurada la pequeña pero alta estancia a la que había llegado: había dos pasillos que podía tomar.
Sacó su nariz y boca del agua una vez más y se sumergió tras tomar su provisión de aire para el camino.

Buceó hacia el pasillo de la derecha y se las arregló para nadar a través del estrecho (aunque no tanto) túnel que la dejó en una nueva gran sala. Esta vez, sin embargo, el techo estaba mucho más elevado, y era como si la habitación entera estuviera partida en dos.
Y solo pudiera ver una mitad.

Había varias hileras de inscripciones, pero seguía sin ser un área tan iluminada como la que había encontrado tras caer por ese hoyo. La pared que tenía en frente era lisa y diferente, en el sentido en el que parecía que no debía estar ahí.
Parecía removible.

Nadó hacia arriba y emergió para tomar aire. Había unos buenos cinco metros hacia arriba de habitación no-inundada, pero eso no era nada en comparación con todo lo que estaba sumergido. La pared que aparentaba ser removible iniciaba unos diez metros por debajo del nivel del agua, y esa cosa debía tener por lo menos unos treinta y cinco metros de altura.
Eso sí, estaba pegada al suelo.

Abrió los ojos luego de rellenar sus pulmones y tranquilizar su pulso y se encontró con algo que echó todo su trabajo mental a perder.

La pared rocosa frente a ella tenía un dibujo que brillaba tal como las inscripciones, y debía tener unos buenos tres metros de altura. Representaba una mujer de espaldas, de pelo tan largo que llegaba al borde de su vestido maltrecho.
No se veían sus pies.

Tras calmarse un poco de la impresión, observó bajo el dibujo la pequeña inscripción que no brillaba. Se asemejaba a la que había encontrado en la primera sala (en la que tuvo que desactivar unas rejas), por lo que nuestra protagonista supuso que algo debía hacerse en esa habitación para poder proseguir.
Se acercó y leyó: "Ha perecido un O'Neills, y la mujer de paz no está por ningún lado."

(T/N) se quedó pensativa. No estaba muy segura de qué significaba eso. La pregunta anterior había sido un simple acertijo de direcciones, y esta parecía ser una cosa de cultura.
Miró al techo para pensar mejor y notó un par de rocas distintas entre las demás. Tenían un color cristalino, y parecían extremadamente frágiles.

(T/N) pensó. Se sumió en su modo detective y trató de buscar pistas en la misma frase. Lo primero que se le ocurrió que podría ayudar era la primera mitad. "Ha perecido un O'Neills" no podía ser una referencia a un evento en particular, porque de otra forma estaría escrito distinto. "-un O'Neills" tenía que ser la principal clave, junto con "-la mujer de paz".

Agua, por favor [Hetalia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora