En otra vida.

25 0 0
                                    

Pasaron dos meses, de los cuales Tony y April apenas se separan, su amor florece cada día y ellos no dejan que nada ni nadie lo marchite. Diego, como su padre, está cada día más enamorado de April, cada que se ven no se separan, se adoran. Un viernes April se había quedado a dormir, junto a Diego bañó a los perros mientras que Tony trabajaba un poco, debía revisar algunos papeles importantes.

-Espera hay que secarlos-dijo April.

Los perros salieron corriendo por el patio felices, entre risas los secaron. Diego jugaba con sus juguetes en la bañera cuando su padre entró.

-Hijo vamos, sal, hay que vestirte-dijo él sonriendo.

-Vale-dijo él dejando sus juguetes en la canasta.

Tony lo secó y lo vistió, April entró para darse una ducha. Al salir escuchó a Diego hablar con su padre en la habitación, sonrió y cepilló su cabello mientras se miraba en ese gran espejo. Salió y Diego al verla salió corriendo, ella rio.

-¿Qué pasó?

-Me estaba contando un secreto-sonrió Tony.

-¿Algo mío?-él asintió abrazándola- ¿Debo preocuparme?

-No, cariño, no tienes porqué preocuparte.

Ella lo besó sonriendo.

-Estoy muy cansada-dijo ella.

-Cenemos y nos vamos a la cama-dijo él besando su frente con cariño.

Cenaron juntos, ella esperó a que Tony volviera de dormir a Diego para dormir con él. Abrazados lo hicieron, él besaba su cabeza mientras ella con los ojos cerrados le contaba como estuvo el trabajo. Cuando dejó de escucharla la miró, ella dormía cómodamente en su pecho, él la abrazó para pegarla más, si es que pudiera, a su cuerpo. April se levantó asustada, miró a ambos lados y vio a Diego mirarla sonriendo.

-Lo siento-susurró él.

-¿Qué pasa?

-Me duele la garganta-dijo él tocándose-, ¿Me das medicina?

Ella miró a Tony y lo despertó.

-Cielo, ¿Le puedo dar medicina a Diego?-Tony frunció el ceño.

-¿Por qué me preguntas eso?

-No quiero que te molestes-susurró ella.

-No me voy a molestar-sonrió él-, ¿Qué tienes?-miró a su hijo.

-Me duele la garganta papi.

April fue por la medicina y se la dio, a partir de ahí durmió en medio de ellos dos, abrazado a April, ella lo abrazó sonriendo. Pero no pudo dormir más, solo cerró los ojos y escuchó las respiraciones de esos dos hombres que había empezado a querer como su vida. En la mañana esperó a que despertaran, Tony se movió y abrió los ojos, al verla abrazada aun a su hijo lo hizo sonreír. Ella lo miró y sonrió.

-Hola-susurró.

-¿No dormiste?-preguntó él frunciendo el ceño.

-No, no pude.

Él suspiró y le besó la frente, bajaron a comer algo mientras que esperaban a que Diego despertara, al despertar la casa se llenó de risas y besos. El celular de Tony sonó y al verlo ir al despacho ninguno de los dos lo molestó, sabían que eran cosas del trabajo. Ellos estaban jugando en la habitación de Diego cuando él entró, miró a April y ella se levantó.

-¿Pasa algo?

-Debo ir al banco-dijo él- ¿Puedes quedarte con Diego hasta que llegue tía?

-Claro que sí, ve tranquilo de aquí no me muevo hasta que Rocío llegue.

Y ahora tú serás, quien pare el tiempo.Where stories live. Discover now