Epilogo. (Parte 1)

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Tony sonríe al lado de April, quién habla con Berta sobre los niños. Han pasado cinco meses desde la fiesta de la pequeña Mar y con esos cinco meses llegó el pequeño Farid, quién fue adoptado por Tony y April dos meses después de que ellos hablaran sobre una posible adopción. Su padre les ayudó para agilizar el trámite, si podía hacerlo no iba a dudarlo, son su familia y quiere verlos felices. 

Daniel observa a su hijo jugar con sus nietos, si alguien le hubiera dicho que su hijo en menos de un año se casaría y tendría una hermosa mujer con dos pequeños más corriendo en casa, nunca lo creería. Él vio como su hijo se cerró tanto que nunca más creyó verlo sonreír por una mujer, y llegó esa chica con su alegría y sus ganas de vivir, y siempre será algo que él le agradecerá a April, que hiciera que su hijo fuera feliz de nuevo. 

-Abuelo-escucha Daniel a la pequeña Mar.

-¿Qué pasa?

Ella tiene sus brazos hacia el hombre que le sonríe, él feliz la alza y besa su mejilla. Adoraba esa pequeña desde el primer día que la vio. 

-Papá, necesito que cuides a los niños esta noche-dice Tony. 

-¿Por qué? -su hijo sonríe y Daniel levanta las cejas- ¡Oh, claro ya entiendo! -ríe. 

-Sí, papá, no creo que necesites mucha explicación. 

-Claro que no, yo los cuido. Vayan tranquilos. 

-¡Linda podemos irnos! -dice Tony caminando hacia su esposa. 

Ella sonríe. Aquel guapo hombre que camina hacia ella siempre le robará suspiros, aun cuando tengan más de cuarenta años juntos. Él la abraza besando su mejilla, desde que están casado no han podido irse de viaje, aunque sea perderse por una noche, quedan unos días para que celebren su sexto aniversario de casados, y como no podían irse de viaje por el trabajo de Tony debían aprovechar esa noche. 

-¿Te dijo que sí? 

-Sí, solo queda que nos despidamos de ellos y nos vayamos lejos-murmura besando su cuello, ella ríe por las cosquillas-. Vamos, o te llevaré sin que te despidas de los niños. 

Ella puso los ojos en blanco sonriendo, amaba que fuera tan espontaneo. No dudaba en ningún momento en que él era el hombre de su vida, como ella lo era para él. Luego de llenar de besos a los niños se fueron a la cabaña que habían encontrado a última hora. La noche estaba muy fría, pero eso no impidió que se hicieran uno. Que en un momento a otro los vaqueros comenzaron a molestar y su única vestimenta fue la leve capa de sudor que inundó sus cuerpos. 

April camina por la cabaña con la camisa de Tony puesta, investiga todo lo que llama su atención mientras que su esposo la sigue con la mirada desde el sofá de aquel lugar. 

Tony llegó a la conclusión de que Xandra puso en su camino a April, para que viviera de nuevo, para que respirara y amara como se lo había pedido, que encontrara una madre para su hijo, y encontró la mejor de todas. Esa mujer era su musa, su perdición y su salvación, ella lo mira, no necesitan palabras para saber lo que piensan, lentamente camina hacia él. 

-¿Qué piensas? -pregunta ella sentándose  horcadas a él. 

-Que eres la mejor chica que pudo haberme golpeado-ella ríe bajo. 

-Eres el amor de mi vida, Tony-dice ella acariciando su mejilla. 

Él sonríe y besa sus nudillos. 

-Te amo April, eres la única mujer que puede hacerme perder la razón y el control... eres el amor de mi vida, bueno el segundo-ella sonríe levemente bajando la mirada. 

Y ahora tú serás, quien pare el tiempo.Where stories live. Discover now