April entró al restaurante de su padre, él al verla sonrió. Llevaba un mes allá y estaba pensando en volver, pero no quería hacerlo luego de la llamada de su amiga contándole que Tony había ido a buscarla, ¿Qué quería ahora? Primera la echa de su lado y luego la busca, estaba más loco que una cabra.
-¿Cómo te fue?-preguntó él.
-Bien, tranquilo, los niños son un amor-sonrió ella.
-Que bueno, le dije a Alda que prepara tu comida favorita-ella sonrió.
-Gracias-dijo.
Pasó a la cocina y comió mientras hablaba con Alda, la chef. Al salir regresó al orfanato en el que estaba trabajando. Era voluntaria, su padre al principio le dijo que no, que se iba a matar trabajando para algo que no le pagaban, pero a ella le dio igual. En ese lugar se enamoró de una niña con ojos negros como la noche, tenía apenas 2 años, pero la niña era puro amor y abrazos. Desde el primer día.
-Sor Leticia-dijo April- ¿Pensará mal si quiero adoptar a Marena?
La monja la miró.
-Hija mía, solo tú decides si quieres hacerlo o no. Solo espero que pienses bien las cosas, no quiero que un mes después estés aquí devolviendo a la niña, ella no lo merece.
April sonrió y negó con la cabeza.
-Jamás lo haría. Pero necesito que me diga que necesito para adoptarla y yo moveré cielo y tierra para hacerlo-la monja sonrió.
Aquella muchacha era muy decidida, y sabía que con ella la niña sería feliz. Esa noche con los papeles en un fólder llegó a casa, en su habitación leyó lo que necesitaba, necesitaba un buen abogado. A su mente llegó Daniel Botillo, le pediría el número de alguno de sus contactos para poder empezar el proceso de adopción. Marcó el número y esperó.
En Londres Daniel y su familia cenaban tranquilos, Iliana como siempre había organizado una de esas cenas en familia, su celular sonó luego de la cena. Él contestó al ver que era un número desconocido.
-¿Bueno?-contestó.
-¿Daniel?-preguntó la mujer- Soy April...
-¡April!-dijo sonriendo, Tony lo miró con el ceño fruncido y se dio cuenta de su error, caminando a la cocina dijo:- ¿Cómo estás linda?
-Bien, ¿Ustedes?
-Nosotros bien ¿A qué debo tú llamada?
-Necesito saber si tiene el número de algún buen abogado aquí en Italia.
-¿Para qué necesitas un abogado? No me digas... ¿Estás en problemas?-preguntó él preocupado.
-No-rio ella-, solo necesito el número.
-¿Para qué? No te lo daré hasta que me digas-dijo él sonriendo.
Ella suspiró.
-Quiero adoptar a una niña-dijo, él levantó las cejas.
-Mándame todo, yo me haré cargo.
-No, no, solo necesito el número y...
-Me haré cargo, linda, no te pongas rígida. ¿Vale? Yo lo haré, verás que todo saldrá bien, te mandaré mi correo y tú me mandarás todo lo que tenga que ver con esa pequeña.
-Vale... Gracias-dijo ella.
-De nada linda, hablamos cuando vea el caso-dijo él y colgó.
Le mandó el correo por mensaje y regresó con los demás, Tony se acercó a él disimulado.
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Y ahora tú serás, quien pare el tiempo.
Romance3 años pasaron desde la muerte de Xandra, Tony ha estado pendiente de su hijo, solo de él, no ha tenido cabeza para otra cosa que no sea cuidar y proteger a su hijo. En su lugar, Diego adora a su padre, ama sus tardes de soccer, o sus noches de pel...