Y ahora tú serás, quien pare el tiempo.

Por ti y por ella.

April respira hondo mirando al abogado, esas visitas eran cada vez más seguidas, ella intentaba salir de eso pero su padre la seguía amenazando y ella aún no entendía como su padre le podía hacer algo como eso. 

-Creo que esta todo en orden-dijo el abogado.

-Dile a mi padre que es el último que traigo, por favor, ya no quiero hacer esto.

-Lo veremos linda-dijo él-, ve con tu querido novio luego hablamos. 

Ella salió casi corriendo de ahí, al llegar a la casa de Tony vio a los niños jugar en el salón. Los llenó de besos y miró a Tony, él estaba cruzado de brazos mirándola serio desde la puerta de su estudio, con la cabeza señaló el lugar, ella caminó lentamente hacia él. Lo besó levemente y entró. 

-¿Le dijiste?-preguntó él.

-Sí.

-¿Qué dijo?

-Que iba a ver-dijo ella-, ya no quiero hacerlo pero si no lo hago me quitan a Mar-dijo. 

-Pero debes pensar en la seguridad de ella y la tuya. 

-Y la de ustedes-dijo ella. 

Él negó con la cabeza. 

-Estamos bien-dijo-, necesito que ustedes lo estén ahora-ella miró a otro lado-, mírame. 

Ella levantó la vista, Tony besó su frente. 

-No quiero hacerlo-susurró. 

-Si te digo que tengo pruebas contra ellos ¿te enojarías?-ella asustada lo miró.

-¿Qué dices?-preguntó.

-Tengo pruebas contra ellos April, solo tienes que decirme y te las daré, solo tú decides que quieres hacer-dijo él serio. 

-Pero ¿Cómo tienes esas pruebas?-preguntó. 

Él suspiró. 

-Eso no es lo que importa-dijo él-, lo que importa es que tenemos las pruebas y es momento de usarlas. No puedes seguir siendo amenazada por ellos. 

-Pero yo estoy entre todo eso, me quitarán a Marena-dijo nerviosa. 

-Prometo que no pasará eso cariño, confía en mí-acarició su mejilla-, por favor yo necesito que dejes eso, por tu bien, no estás para nada bien desde que me dijiste. 

-Quiero verlas-dijo ella. 

Él se acercó al escritorio y sacando el folder de la gaveta, se lo tendió y ella respirando hondo lo agarró. Aquello era un arma de doble filo. Ella ojeó las hojas y se enteró de cosas peores, lavado de dinero era el primero, tráfico de drogas, uno que otro caso de trata de blancas. 

-Dios esto es muy malo-susurró ella asombrada. 

-Tienes todas las de ganar April, estás en eso bajo amenaza, mi padre puede ayudarte y yo no dejaré que te alejen de Mar, si tengo que adoptarla lo hago con tal de que no te separen de ella. 

-¿Harías eso?-susurró ella. 

-Sí, pero creo que debemos estar casados para eso-dijo pensativo-, podemos hablar con mi padre, pero en serio necesito que te alejes de todo eso. 

-¿Casarnos?-susurró aturdida. 

-Cariño, lo haría sin pensarlo-se acercó a ella-, no importa que pase, si me quieres o no, pero si con eso estás tranquila de que no pueden quitarte a Marena lo haré, solo dime ¿Quieres que lo haga? ¿Quieres que me case contigo para proteger a Marena?-preguntó mirándola a los ojos.