Capítulo 29

127 8 0
                                    


— Señorita Irina — llama mi atención una mujer.

—¿Si? —preguntó dejando de mirar la ventana que da hacia el jardín.

— Esto es para usted — dice la mujer entregándome un papel.

—Okey, ahora vete — le hago un gesto con mi mano para que se marche.Ella se marcha rápidamente.

Miro el papel un par de segundos para enseguida abrir el papel.

Mi querido y hermoso diamante quiero invitarte está noche a una cena espectacular entre tú y yo. Algo inolvidable, pero si rechazas está inolvidable invitación habrá consecuencia y no serán sencillas. Tú decides bello diamantes si quieres tener una maravillosa cena o quieres conocer las consecuenciasOsman.

En estos mismos momentos las irá y la rabia se apoderan de mi.

Aprieto fuertemente el papel arrugándolo para enseguida arrojarla al piso e irme de ahí.

Camino por los pasillos del castillo para rápidamente llegar a la puerta de mi cuarto la cual la abren los guardias. Al entrar tomo asiento en la cama.

No quiero hacerlo, pero en el papel decía que si no lo hacía habría consecuencias y siempre me espero lo peor de hombre como el.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por golpes en la puerta.

—Hola — me saluda Selene al entrar.

—Hola — la saludo con una sonrisa.

—¿Estás bien?— pregunta tomando asiento junto a mi.

—Si... — me encojo de hombros —Solo estoy un poco cansada.

—Todas lo estamos — apoya su cabeza en mi hombro.

—Quiero volver a mi hogar — suelto un suspiro.

—Todas lo queremos — responde junto a mi Selene.

—Cuéntame un poco de tu hogar — digo a lo que ella levanta su cabeza de mi hombro.

—Claro — enseguida aprieta sus labios — Paris es muy bello. Vivía con madre y padre también con Maurice quién es el mayor, después sigo yo, Fleur, Prieto y Thylane. Mi vida no a sido muy fácil ya que yo no vengo de una vida adinerada como la de Anne o Coline, agradezco ser amiga de Angéle porque eso me ayudo a ser respetada al igual que mi familia y ahora mi misión como la mujer mayor de la familia es encontrar a un hombre que tenga una buena reputación para así asegurar la vida de mis otros hermanos.

— Eres una chica muy valiente por querer lo mejor para ti familia — le sonrío —Conseguirás todo lo que quieras y mucho más.

—Ahora cuéntame un poco de ti — dice ella mirándome.

—Está bien — respondo—Bueno... yo nací aquí, mi padre es ruso, pero mi madre es Italiana, ella viene de una familia muy importante allá, pero sinceramente yo creo que mi padre se enamoró de ella no porque venía de una familia adinerada si no por su belleza. Madre se mudó aquí y se casó con padre y meses más tarde nació Fredek para dos años más adelante yo, ser hijos de reyes no es muy fácil  porque todo el mundo mira lo qué haces y ellos no tenían mucho tiempo para nosotros. Nuestros primeros años aquí fueron los mejores, pero la tormenta se desató cuando pasó.

—Lo de Alina y Lev — dice ella a lo que yo asiento con la cabeza.

—Éramos unos niños y no entendíamos porque la gente nos miraba. Una tarde un guardia de padre nos dijo que el nos quería ver en su cuarto así que fuimos, al entrar al cuarto vimos a madre llorando y padre un poco alterado, el nos confesó de que madre estaba esperando un bebé y yo ilusionada creí que iba a tener un hermano, pero al saber que era de otra mujer se rompió mi corazón porque madre era la mujer más importante, yo quería ser como ella. Esa noche me prometí a mi misma que que nunca dejaría que odiar a Lev y Alena, pero años después madre enfermo y murió, estaba destrozada por que la quería mucho y fue en eso cuando Lev se acerco a mi y me dijo que estaría para cuando siempre. Finalmente puede perdonar a los dos porque me di cuenta de que ella solo amaba a mi padre y que Lev no tenía la culpa.

—Tú vida a sido igual o más difícil que la mía — dice ella poniendo una mano en mi hombro.

—He aprendió que solo hay que enfrentar las cosas con la frente en alto y que algún día la vida me recompensará por todo lo que e pasado — sonrió mirando hacia la pared —Ahora si me disculpas tengo que arreglarme porque tengo una cena con Osman.

—¿Que? — pregunta ella sorprendida.

—Tengo que ir porque se que si no voy pasara algo malo y no quiero eso — me pongo de pie.

—Está bien — dice poniéndose de pie para enseguida tomar mis manos —Pero cuídate.

—Lo haré — asiento con la cabeza.

—Nos vemos — dice para enseguida salir del cuarto.

Me acerco al armario y busco un vestido, al final me pongo un vestido azul con piedras rojas. Me acerco al espejo y tiro mi cabello hacia atrás para enseguida ponerme un collar que había.

Presiento que no será una buena noche.

Realeza prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora