—¿Que pasó? — me pregunta Fredek ya en el carruaje.—Los malditos turcos — solo soy capaz de decir por la rabia que me invade.
—Estábamos recorriendo el pueblo y entramos a una tienda, de repente se escucho un ruido afuera entonces salí a ver que pasaba y ellos habían matado a nuestros guardias — le cuenta Petrov — Entre lo más rápido posible y saque a Irina de el pueblo.
— Ellos no me creyeron que era Irina — tomo la mano de Fredek — Ellos me llamaron impostora.
—La gente está enojada — dice apretando mi mano — Pero pronto nos creerán.
—Hay una señora que me reconoció como Irina y me ayudó a mi y a Petrov a escapar — le cuento con una sonrisa ya que la mujer fue muy amable — Me gustaría que la recompensemos.
—Lo haremos — me sonríe Fredek.
Apoyo mi cabeza en el hombro de de Fredek ya que estoy muy cansada.
Finalmente llegamos al castillo y afuera se encuentra Angéle y Alena.
Al bajar del carruaje ellas se acercan a mi.
—Querida — me abraza Alena — Nos asustaste mucho.
—Estoy bien — le sonrió.
Enseguida se acerca Angéle para igualmente abrazarme.
— No vuelvas a ir — me dice en el abrazo.
—Tranquila — digo mirándola.
—¿Vamos a tu cuarto? — me pregunta Angéle a lo que yo asiento con la cabeza.
Las dos caminamos por los pasillos del castillo hasta llegar a la puerta de la habitación mía, enseguida entramos.
Nos recostamos en mi cama mirando hacia el techo.
—Cuéntame ¿que pasó? — me pregunta ella.
—Nadie me creyó, nadie creyó que era la hija de el rey — mi voz no puede sonar más triste.
—Es normal — me dice ella — Las personas que dijeron eso nunca antes los habían conocido, solo se dejan llevar por lo que se escucha.
—Entre a una tienda y la señora que trabaja ahí me reconoció, fue muy amable conmigo — miro a Angele.
— Ella supo reconocerte verdaderamente — me sonríe ella —¿Luego qué pasó?.
—Petrov salió afuera a revisar qué pasa y eran los turcos los cuales reconocieron a los guardias y los mataron — le cuento —Luego salimos de la tienda por la puerta trasera y escapamos a las afueras de el pueblo donde encontramos ese hogar y pasamos la noche ahí.
— ¿Pudieron dormir algo? — me pregunta ella.
—Si — respondo con nerviosismo — El dormido en la silla y yo en la cama.
—¿Enserio? – pregunta mirándome.
Ella me mira por unos segundos y esa mirada me hace confesar.
—Está bien — digo sentándome en la cama y ella igual — Me molesto verlo dormir en la silla entonces le dije que se recostara al otro lado de la cama.
—Entonces durmieron juntos
— ella aseguró.—No — niego rápidamente — No es tan así, no pasó nada.
—Está bien, te creo — dice ella mirándome.
—Ocurrió algo extraño —confesé con naturalidad.
—¿Que? — me pregunta ella.
— En la mañana nuestras manos se cruzaron igual que nuestras miradas. Me sentí extraña — juego con mis manos .
—¿Y que sentiste? — me pregunta con una ceja alzada.
—Como te dije, algo extraño, sentí una corriente eléctrica a través de mi — digo mirándola.
— Eso se llaman sentimientos — ella toma mi mano.
—No puede ser — me pongo de pie — Lo conozco hace muy poco.
— A lo mejor ni tú misma te has dado cuenta — dice ella poniéndose de pie para enseguida salir de el cuarto.
Necesito agradecerle por la protección que me proporcionó.
Salgo de mi cuarto para ir a verlo, pero no sé dónde queda su cuarto.
Un guardia está caminando junto a mí, entonces lo detengo.
—¿Sabe donde está el cuarto de Petrov ? — preguntó a el guardia.
—Si, dobla a la izquierda, la primera puerta — me señala el hombre el camino.
—Gracias — le sonrío para enseguida caminar hacia allá.Al llegar golpeó la puerta y luego de segundos se abre dejándolo ver a el.
—¿Que pasa? Señorita Irina — pregunta el.
— Deja de decirme señorita Irina, solo dime Irina — digo mirándolo.
—Está bien — el asiente con la cabeza.
—Venía a agradecerte por haberme cuidado — digo mirándolo.
—No es nada — dice pasando su mano por su cabello — Es mi deber.
— Pero gracias igualmente — le sonrió a lo que veo una sonrisa en su cara.
—Nunca dejaré que nada te pase — dice y esas palabras producen algo dentro de mi.
—Gracias — digo sonriendo todavía —¿Dormiste bien?.
—Si — se acerca a centímetros de mi rostro — Y el secreto nadie lo sabrá.
—Si — asiento con la cabeza nerviosa, su rostro tan cerca me pone nerviosa.
— Ahora dejaré que descanses — digo mirándolo.
—Adiós, Irina — me sonríe.
—Adiós, Petrov — también le sonrío para enseguida caminar hacia mi cuarto.
¿Que me está pasando?
¿Que me estás haciendo Petrov?.
❄️❄️❄️
Girls.
Espero que estén bien.
Fredek siempre llega a el rescate, lo amo... como a todos.
Angele es una buena amiga, la francesa es buena.
Petrov.... querido Petrov, eres espectacular.
Las veré pronto
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Realeza prohibida
Historical FictionEllos fueron los que crearon el significado de amor prohibido