Capítulo 26

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—Voy al salón — digo sonriéndole para enseguida salir.

Al entrar al salón hay varias personas del castillo ahí, mejor dicho todas las del castillo porque la coronación es importante.

Me posicionó junto a Alena y Lev se posiciona junto a mí.

Escuchamos pasos y eso significa que hay vienen. Entra Angele junto a Fredek y más atrás viene un hombre, el sacerdote que los va a coronar, más atrás vienen las damas de Angele y a mitad de pasillo se posiciona junto a otras personas para observar.

Angele y Fredek se arrodillan y el hombre se posiciona frente a ellos para enseguida empezar la ceremonia.

Madre y padre estaría muy orgullosa en este momento de ver a su hijo mayor ser coronado rey de Rusia.

El sacerdote al terminar de pronunciar las palabras para enseguida posicionar las coronas en la cabeza de ellos.

—Larga vida al los reyes — pronunciamos todos —¡Larga vida a los reyes!

Ellos al voltearse todos aplaudimos y no puedo evitar ver una sonrisa en la cara de Fredek.

Aplaudo fuertemente porque estoy muy orgullosa.

Enseguida ellos toman asiento en los tronos que hay en el salón para demostrar que ellos son los que están a cargo ahora.

Segundos después se ponen de pie y vamos al salón de al lado para poder celebrar con la comida y entretención que prepararon.

La música suena por todo el salón y la gente está contenta porque por fin el país tiene a unos nuevos gobernantes.

—Irina, vamos a bailar — me dice Coline.

—¿Nosotras solas? — preguntó refiriéndome a ella, Selene y Anne.

—Si — me responde ella moviendo la cabeza.

Las cuarto nos sacamos los zapatos y corremos a la pista de baile.

Al llegar a la pista la gente nos queda mirando extrañada, pero realmente no me importa.

Nos tomamos de las manos y empezamos a girar haciendo un círculo grande. Nunca me había atrevido a bailar sola, pero veo que es fantástico hacerlo y que no necesitas de un hombre para bailar.

Pero de repente oímos explosiones afuera entonces dejamos de bailar y nos acercamos a los vidrios a observar, pero de repente por un ventanal entra una pierda.

—¡Aléjense de las ventanas! — grita Petrov.

—¡ Malditos turcos!—grita mi hermano pateando una silla.—Irina! — me llama Fredek.

Me acerco rápidamente hacia el.

—¿Que? —preguntó mirandolo.

—Alena, Angele, sus damas y tú saldrán de aquí y irán a mi cuarto y se quedaran ahí— dice a lo que yo asiento con la cabeza .

Lev trae a su madre y las damas de Angéle también se acercan.

—Yo las llevare — dice Lev.

El abre la puerta cuidadosamente y asoma su cabeza para ver si hay alguien, enseguida el avanza y nosotras corremos atrás de el en dirección al cuarto de Fredek.

Al llegar hay varios guardias en la puerta.

—Quédense aquí y no salga por nada del mundo — dice a lo que todas asentimos.El sale y cerramos la puerta.

Esto es horrible.

Los nervios me consumen, nunca había pasado esto.

Miro a Angéle y la noto más nerviosa que yo y la entiendo porque es su primer día como reina y ya está pasando algo malo.

Hay una luz que ilumina el cuarto, nos acercamos a la ventana que da hacia la entrada de castillo y vemos que los árboles están en llamas.

—Dios mío — digo tapándome la boca con asombro porque esto nunca había pasado antes.

Escuchamos gritos y pisada a lo que todas nos juntamos y nos vamos hacia un rincón.

—Creo que esos son gritos de los guardias — nos susurra Anne.

Mi corazón está por salirse de mi pecho tan rápido que late por lo asustada que estoy.

Las puertas de madera se abren fuertemente dejando ver a varios hombres, pero entendió de ellos sale uno.

—Que lindas damas tenemos aquí— dice el hombre mirándonos. Su acento es turco.

—Tú eres el desgraciado turco que nos molesta — digo sería mirándolo.

— Solo vengo a reclamar lo que ustedes, los rusos — nos señala con una espada—Nos robaron.

— Lo tomamos porque era de nosotros y también queremos el acceso al mar mediterráneo y liberar a los Balcanes de su imperio — dice mirándolo.

— No tendrán el mar mediterráneos y tampoco liberaremos a los Balcanes — dice el hombre con una sonrisa en su rostro.

— Hay nuevos reyes y ellos reclamarán lo que nos pertenece— digo mirándolo.

—Ya se quién eres — dice caminando lentamente — Eres Irina, la hija del fallecido rey Dimitri.

Miro para hacia todos los lados y lo único que se me ocurre es tomar el arma que tiene Fredek.

—No te acerques — lo amenazo apuntándolo con el arma.

— Tranquila jovencita — dice el caminando hacia mi con una mano adelante.

Pero hace un movimiento y me quita la espada para enseguida  fuertemente del brazo.

Los hombres se acercan y toman a las chicas.

—Lamentarás tocar a la reina de Rusia — le dice Angéle al hombre.

—Cállate y avanza — dice el hombre tirando del brazo de Angéle.

—Hoy nos divertiremos — me sonríe el hombre.

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