Epilogo

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Escucho como golpean la puerta varías veces.

Abro los ojos y al hacerlo veo que Lev está despierto.

—Yo iré cariño — dice poniéndose de pie para enseguida ponerse su abrigo y salir del cuarto.

Lev vuelve a entrar luego de unos minutos, pero su rostro se ve diferente.

—¿Que pasa? — pregunto tomando asiento en la cama.

—Petrov me acaba de informa que acaban de encontrar a Osman y que está en las celdas del castillo — dice mirándome.

—Necesito ir Lev — me pongo de pie y acercándome a mi armario, pero toma mi brazo.

—Iremos los dos, Irina — dice él mirándome a los ojos todavía sujetando mi brazo delicadamente — Se que tú quieres asesinarlo tanto como yo, pero no hay que acelerarse.

—Si— cambió mi expresión por una sonrisa.

Me acerco a mi armario y busco un vestido para enseguida ponérmelo y salir junto a Lev en dirección a los calabozos.

—Abran la puerta — le ordeno al guardia a lo que enseguida lo hace.

—Necesito hablar con él. Necesito hacerlo, Lev — digo mirándolo. Veo que el lo duda.

—Está bien, pero no este tanto ahí — dice el acariciando mi cabello —Te esperare aquí.

El guardia abre otra puerta la cual es la celda donde se encuentra Osman.

A veces puedo ser muy mala.

—Mira que tenemos aquí — digo entrando, el levanta su mirada —Te encontré.

—Mi bello diamante — dice el. Se encuentra amarrado de brazos y piernas—Te ves tan bella.

— Tus halagos te los puedes llevar al infierno porque ahí será donde irás   — me posiciono frente a él.

—Porque tan grosera cariño — dice todavía sin dejar de lado su humor de loco —Supe que te casaste con tu hermano.

—Mi medio hermano— lo corrijo con una sonrisa en mi rostro — El es el hombre que amo.

—Te perdiste de todo el amor que te podía entregar — dice mirándome con una sonrisa.

—Cállate —habló firmante — Mande a que te cazarán. Que te trajeran con vida porque yo haré de tu vida miserable.

—Eres un algodón de azúcar cariño — dice el.

—No me conoces. Puedo ser una mala persona  con la gente que me daña a mi y a mi familia —hablo amenazantemente.

—Lo siento por Fredek — habla — Miento, no lo siento.

—Quiero ver lágrimas de sangre que corran de tu rostro pidiéndome que termine con tu vida porque ahora vivirás un calvario— digo mirándolo — Espero que disfrutes la tortura que recibirás.

Su rostro cambia.

—Petrov — lo llamo a lo que viene enseguida —Ya sabes que hacer.

—Si— responde Petrov —Te haré ver el infierno.

Salgo de la celda hacia afuera donde Lev me espera. Al llegar ahí está él

—Petrov se encargará — digo a lo que él asiente con la cabeza para enseguida caminar hacia nuestro cuarto.

Al llegar busco el vestido dorado preparado para mi coronación.

Al observarme al espejo veo que me queda a la medida.

—¿Estás listo?— le pregunto a Lev.

—Si — responde. Me acerco a él.

—Te ves como todo un rey — digo arreglando el cuello de su camisa.

—Y tú cómo una reina — me sonríe el.

Salemos del cuarto hacia el gran salón donde el sacerdote nos coronará.

Al llegar está completamente lleno de la misma gente asistió a nuestra boda.

Caminamos hacia adelante  donde hay dos tronos. Nos posicionamos mirando a toda la gente.

—¿Irina Ivanock prometes amar a Rusia con tu vida y dar la vida por ella, ser una hermana, una amiga y una madre para los habitantes del país. Implementar la justicia y  mantener la paz?— me
Pregunta.

—Juro amar a Rusia con mi vida, prometo proteger a mi gente con mi propia vida, ser justa y mantener la paz para vivir una vida próspera —le digo al sacerdote.

—¿Lev Ivanock prometes amar a Rusia con tu propia vida y dar la vida por ella, ser una hermano, un amigo y un padre para los habitantes del país. Implementar la justicia y mantener la paz?— le pregunta el sacerdote .

— Juro amar a Rusia con mi vida, prometo proteger a mi gente con mi propia vida, ser justa y mantener la paz para vivir una vida próspera— repite lo mismo Lev.

—Irina Ivanock reina de Rusia— dice el sacerdote para enseguida colocar la corona en mi cabeza, tomó asiento en el trono—Lev Ivanock rey de Rusia — dice el sacerdote para enseguida poner la corona, el tome su cetro y tome asiento en el trono.

Enseguida nos ponemos de pie  y caminamos por el pasillo.

—¡Larga vida a los reyes de Rusia!— gritan las personas—¡Larga vida a los reyes de Rusia!.

Junto a Lev vamos hacia el salón de la fiesta.

—Irina puede ser que yo sea el rey, pero se que eres una mujer poderosa así que tú tomarás las desiciones   importantes— dice sonriéndome.

—Te amo Lev y no me arrepiento de haber hecho nada en el pasado — le sonrió.

—Te amo y tú eres mi todo — dice para enseguida abrázame.

                 ....

—Y esa es la historia de la  reina Irina, la cual fuera la primera mujer que hizo la diferencia — le dice la mujer a su hija con el libro en mano.

—Mami quiero ser como Irina — dice la pequeña niña recostada en su cama — Ella me demuestra que el amor es fuerte.

—El amor siempre puede lograr cosas impresionantes,
cariño — le habla la madre a su pequeña hija — Solo tienes que encontrar a la persona indicada que te ayude a hacer la diferencia.

—¿Mami porque la vida de la reina Irina fue tan mala? — pregunta la pequeña niña con curiosidad.

—Solo le tocó esa vida, pero ella supo enfrentarla — le sonríe la madre.

—Quiero ser una mujer poderosa como Irina — dice la pequeña niña.

—Serás como Irina cariño — dice tocando su nariz juguetona mente a lo que la niña suelta una pequeña risa — Y no olvides que todas las mujeres somos importante y que podemos lograr grandes cosas. Ya es tarde, tienes que dormir.

—Buena noches mami — dice ella acomodándose en su cama.

—Buenas noches cariño — dice la madre para enseguida apagar la luz.

Realeza prohibida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora